El Kremlin tantea la "situación" policial y jurídica en Cuba y otros aliados de Rusia
Lázaro Alberto Álvarez Casas, ministro cubano del Interior, se reunió con su homólogo Vladímir Kolokoltsev y con el secretario del Consejo de Seguridad de Rusia, Nikolai Patrushev
La Habana/El tablero geopolítico del Kremlin sigue reservando para Cuba el papel de “socio fiable” entre sus aliados de Latinoamérica. Lo demostró, este lunes, el secretario del Consejo de Seguridad de Rusia, Nikolai Patrushev, que recibió al ministro cubano del Interior, Lázaro Alberto Álvarez Casas, para discutir y firmar un acuerdo de colaboración en la esfera policial, penal y de inteligencia.
Se trata del segundo encuentro de Álvarez Casas con Patrushev en menos de un año: el pasado febrero, el alto cargo ruso viajó a La Habana para reunirse no solo con el ministro del Interior, sino también con Miguel Díaz-Canel y Raúl Castro. Patrushev es, junto al canciller ruso Serguéi Lavrov, uno de los emisarios más frecuentes de Vladímir Putin a Latinoamérica, y ha sido el encargado, a través de frecuentes visitas, de sellar alianzas decisivas para el Kremlin con Nicaragua, Brasil y Bolivia.
Además de las “cuestiones de la interacción ruso-cubana” –frase con la que la prensa oficial rusa define la supervisión periódica de Moscú a sus aliados en La Habana–, Patrushev y Álvarez Casas discutieron sobre los cuerpos policiales, fuerzas de seguridad y de inteligencia, y órganos de Justicia.
El encuentro, que Prensa Latina califica este martes de “importante”, incluyó una reunión de Álvarez Casas con su homólogo ruso, Vladímir Kolokoltsev. Ambos altos cargos firmaron un documento que “persigue trabajar por fortalecer la lucha contra la delincuencia, el intercambio de experiencias y la formación del personal”, según Kolokoltsev.
Ambos altos cargos firmaron un documento que “persigue trabajar por fortalecer la lucha contra la delincuencia, el intercambio de experiencias y la formación del personal”
El objetivo, alegó el ruso, es mantener el “contacto muy estrecho, por todas las estructuras”, con un enemigo supuestamente común: Occidente, que “nunca se ha calmado y nunca se calmará” en su ataque a los Estados ruso y cubano, añadió. Kolokoltsev dijo también que el acuerdo con su “socio fiable” ya estaba dando “grandes resultados”.
Kolokoltsev tampoco es un extraño en La Habana, ciudad que visitó en noviembre de 2023, recibido también por Álvarez Casas, Castro y Díaz-Canel. La presencia del nonagenario general de Ejército en ambas reuniones daba a entender que tanto Patrushev como Kolokoltsev eran invitados de primera categoría, y que lo más alto del régimen se implicaba en acuerdos que –según las declaraciones rusas– eran de mera colaboración policial y jurídica.
Entonces, Moscú ofreció a La Habana mandar agentes a entrenar a una base ruso en Nicaragua y prometió brindar asistencia "metodológica y consultiva" a la contrainteligencia cubana. Kolokoltsev informó a la Isla de las dos prioridades que se ha fijado: la lucha contra el "extremismo" y la prevención de la "injerencia". Aludió a ambos términos en sus declaraciones este lunes a la prensa rusa, aunque la agencia cubana no se hizo eco de ellos.
Patrushev se reunió también este lunes, por separado, con otros “colegas extranjeros”
Patrushev se reunió también este lunes, por separado, con otros “colegas extranjeros” como José Hugo Moldis, Asesor Presidencial de Bolivia para Asuntos de Seguridad, que realizó un balance de la “situación en la región latinoamericana” que el alto funcionario escuchó con atención, según la prensa rusa.
Otro de sus invitados fue Celso Amorim, asistente especial del presidente de Brasil para Asuntos Internacionales, con el cual discutió “la cooperación ruso-brasileña en materia de seguridad” y la “interacción entre Rusia y Brasil en formatos multilaterales”. Por último, Patrushev conversó con Ahmed Ibrahim Mufadal, director del Servicio General de Inteligencia de la República de Sudán, con el que no solo debatió sobre los intereses del Kremlin en África, sino también “una amplia gama de cuestiones de seguridad internacional y regional”.
Rara vez la prensa oficial cubana alude al cada vez más activo intercambio de funcionarios que viajan entre La Habana y Moscú, de la muy ocupada agenda del embajador cubano en Rusia, Julio Antonio Garmendia, o la del consejero de Educación y Ciencia de la Embajada, Gustavo José Cobreiro. Ambos son los artífices de la colaboración ruso-cubana en otro de los planos en los que más se ha interesado el Kremlin: la educación y la cultura rusas en la Isla.
Ambos dos diplomáticos visitaron esta semana la Universidad Federal de los Urales, donde estudia un grupo de cubanos. Allí revelaron que Rusia ha firmado importantes acuerdos con las universidades de La Habana, la Central de Las Villas, Cienfuegos, Tecnológica (Cujae) y de Ciencias Informáticas (UCI).
Viktor Koksharov, rector de la universidad rusa, dijo que tenía la intención de “aumentar el número de estudiantes cubanos” en los Urales
Viktor Koksharov, rector de la universidad rusa, dijo que tenía la intención de “aumentar el número de estudiantes cubanos” en los Urales y prometió enviar “apoyo pedagógico y metodológico a los profesores de ruso” en Cuba. “También estamos dispuestos a ayudar a mejorar las calificaciones de los profesores y científicos de las universidades cubanas en áreas prioritarias de cooperación: biotecnología, medicina, productos farmacéuticos, economía global, ingeniería mecánica y atención sanitaria”, dijo.
Los subdirectores del Centro de Isótopos de Cuba, Rolando Serra y Jorge Carida, también estaban de visita en Rusia esta semana, interesados en firmar acuerdos de colaboración con el Instituto Conjunto de Investigaciones Nucleares de Rusia. Su objetivo: pedir ayuda para fabricar radiofármacos –compuestos radioactivos para diagnosticar enfermedades– en la Isla. A pesar del desabastecimiento de medicamentos en el país, ambos científicos presentaron a Cuba como una exitosa “industria” farmacológica, pero sin medios para investigar.