Los líderes izquierdistas abandonan a López Obrador en busca de una nueva ruta
La violenta campaña en México da paso a un tenso período de reflexión
Ciudad de México/(EFE). -La campaña electoral de los comicios más grandes de la historia de México, considerada también la más violenta, dio paso este jueves a un tenso período de reflexión de tres días durante el que partidos y autoridades tienen prohibido hacer campaña.
"Han acabado las campañas electorales. A partir de este momento queda prohibida la difusión de encuestas, propaganda electoral o actos proselitistas de toda índole", declaró en redes el presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), Lorenzo Córdova. La autoridad electoral hizo además un "respetuoso llamado a todas y todos a respetar la jornada de reflexión", tras una campaña muy polarizada.
Tras haber sido apercibido varias veces durante la campaña por hacer proselitismo cuando la ley se lo impide, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, optó finalmente este jueves por la cautela
Y es que es mucho lo que está en juego el próximo domingo ya que nunca antes se habían disputado tantos cargos a la vez, pues se renovará la Cámara de Diputados, 15 de 32 gobernadores, 30 congresos locales y miles de ayuntamientos.
Tras haber sido apercibido varias veces durante la campaña por hacer proselitismo cuando la ley se lo impide, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, optó finalmente este jueves por la cautela. El mandatario, que mantiene una fuerte disputa con el INE, aseguró que acatará el fallo del instituto electoral que este miércoles le ordenó retirar de las redes sociales los vídeos de tres ruedas de prensa en las que se inmiscuyó en las elecciones estatales de Nuevo León.
"Yo considero que nosotros informamos, no hacemos propaganda y la Constitución nos protege, pero si ellos tienen una interpretación distinta y han tomado una decisión, nosotros vamos a respetar", dijo.
El estilo y las formas del liderazgo del presidente han provocado desencuentros y confrontaciones con algunos líderes izquierdistas que le van abandonado en busca de una nueva orientación menos personalista.
El choque más sonado ha ocurrido con el veterano político Porfirio Muñoz Ledo, quien se ha convertido en uno de los críticos más duros de López Obrador y ha pasado de ser quien como presidente de la Cámara de Diputados le colocó la banda presidencial el 1 de diciembre de 2018, a reclamar que se vote en contra del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).
A pesar de formar parte del mismo partido político, Muñoz Ledo, de 87 años, se ha opuesto en varias ocasiones a las decisiones de López Obrador en cuestiones como la política migratoria, el manejo de la pandemia, la extensión de la presidencia de la Suprema Corte y el aval al político Félix Salgado hasta poner en marcha el opositor Movimiento por la Defensa de la Constitución y la Democracia.
"Muñoz Ledo quiere ser el cohesionador o el líder de la oposición al Gobierno actual, porque cree que en Morena sus oportunidades son escasas"
"Muñoz Ledo quiere ser el cohesionador o el líder de la oposición al Gobierno actual, porque cree que en Morena sus oportunidades son escasas", dijo en entrevista con Efe el profesor-investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) Iztapalapa, Ricardo Espinoza Toledo.
Recordó que el experimentado diputado intentó extender su gestión en la presidencia de la Cámara de Diputados, ser el presidente de Morena y reelegirse como diputado "y no se lo permitieron. En la medida en la que ha venido disminuyendo su presencia dentro de Morena, ha aumentado su discurso opositor al partido y al gobierno que lo respaldó".
Para el experto en Ciencia Política por la Sorbona de París, la elevada crítica de Muñoz Ledo contra López Obrador es porque "quiere preparar el terreno para una eventual candidatura presidencial en 2024 y como sabe que no hay una figura en la oposición capaz de liderar y de encabezar las diversas fuerzas, él se apunta".
Todavía más duras que las críticas de Muñoz Ledo han sido las del sociólogo Roger Bartra, quien ha sostenido que López Obrador durante sus casi dos años y medio de mandato ha mostrado tendencias autoritarias y de concentración del poder. Bartra considera que López Obrador "no es un hombre de izquierda" y por el contrario "es un "populista de derechas", según escribió en su libro Regreso a la jaula, en el que consideró que el proyecto político de López Obrador ha sido un fracaso que puede ser peligroso para el destino de México en el corto plazo.
"Bartra nunca ha apoyado a López Obrador y nunca ha simpatizado con él", indicó Espinoza Toledo al recordar que en la campaña de 2018 que llevó a López Obrador a la presidencia Bartra "fue de un crítico duro, radical" y desde hace varios años lo llama "populista y autoritario".
Para el también especialista en temas de gobierno y partido políticos, "Bartra quiere ser el ideólogo de la izquierda mexicana tras el vacío que quedó con el fallecimiento de Arnaldo Córdova (padre del presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), Lorenzo Córdova), quien era el gran ideólogo de la izquierda, pero esa ausencia a Bartra le gustaría cubrirla".
"En ningún sistema democrático hay unanimidad y lo que ocurre en México, con ellos, no es nada excepcional"
Para el investigador las críticas y señalamientos de Muñoz Ledo y Bartra hacia López Obrador no son raras o inusuales.
"En ningún sistema democrático hay unanimidad y lo que ocurre en México, con ellos, no es nada excepcional. Ahora la política moderna es diversa, plural y esa confrontación de posturas y de intereses es la línea que han adoptado ambos", señaló. Recordó que el debate, la oposición y la disidencia son propias de la pluralidad política, "pero parece que el espacio que quieren ocupar Muñoz Ledo, en cuanto a liderar a la oposición, y Bartra, en querer ser el ideólogo de la izquierda, están, por ahora, ocupados".
"La oposición de izquierdas está buscando su ruta, aunque no lo tiene muy clara, mientras que Morena sigue encontrando en López Obrador a su cohesionador por su fuerte liderazgo, fortaleza que deriva del respaldo social con el que cuenta", finalizó.
Ayer jueves, López Obrador anunció que el domingo votará en un colegio electoral frente al Palacio Nacional y abrió la puerta a hacer cambios en su gabinete tras las elecciones, puesto que los llamados comicios intermedios "siempre son un antes y un después".
Paralelamente, el Gobierno hizo un llamamiento a las iglesias a respetar la veda electoral, después de que un pastor evangélico de la Luz del Mundo llamara durante un servicio religioso a votar a favor del oficialismo. Al terminar la campaña, la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, encargada de la política interna, dijo que quedan "tres días de reflexión para ir a votar el domingo con libertad, tranquilidad y seguridad" y aseguró que el Gobierno trabaja para "la paz en democracia".
A pesar del plan de protección de candidatos presentado por el Gobierno federal semanas atrás, esta se ha convertida en la campaña más violenta en cuanto a número de agresiones. Según datos de la consultora Etellekt, desde el inicio del proceso electoral el pasado septiembre, se han registrado 782 agresiones contra políticos, como palizas, secuestros o amenazas, un dato superior a las 774 del proceso de las elecciones presidenciales y locales de 2018.
Además, la campaña deja 89 políticos asesinados, 35 de ellos aspirantes o candidatos, si bien no se superaron los 152 asesinatos de 2018.
Según datos de la consultora Etellekt, desde el inicio del proceso electoral el pasado septiembre, se han registrado 782 agresiones contra políticos, como palizas, secuestros o amenazas
La misión electoral de la Organización de los Estados Americanos (OEA) expresó la semana pasada su "profunda preocupación" de que la violencia ponga en riesgo la jornada electoral. Pero López Obrador dijo este jueves que "hay normalidad política" en México y que "no hay nada que temer".
Desde este jueves ya no se pueden publicar encuestas, aunque los sondeos hechos durante la campaña dejan como claro favorito al Movimiento Regeneración Nacional (Morena) de López Obrador. La alianza "Juntos Haremos Historia", de Morena y sus partidos satélite, conservaría la mayoría absoluta en la Cámara de Diputados y ganaría la mitad de los estados en juego, como Guerrero o Michoacán.
A pesar del llamado al voto útil, la inédita coalición opositora "Va por México", del derechista Partido Acción Nacional (PAN), el exgobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD), quedaría lejos de la mayoría en la Cámara Baja. Pero sí podría retener estados tradicionalmente conservadores como Chihuahua o Querétaro.
Los sondeos perfilan al liberal Movimiento Ciudadano (MC), no aliado en ninguna coalición, como un partido bisagra en el Parlamento, además de que podría ganar la joya de la corona: el industrializado estado de Nuevo León.
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