Luis Posada Carriles lamenta que la muerte de Castro llegara “tan tarde”
Miami/El militante anticastrista y enemigo público número uno de Fidel Castro calificó la muerte del exmandatario cubano como “injusta” y lamentó que llegara “tan tarde”.
El exiliado, que fue a celebrar el deceso junto a centenares de cubanos en el restaurante Versailles, dijo que lo había esperado desde hacía mucho tiempo.
“Es una muerte injusta. En el mejor hospital de Cuba, con los mejores médicos y las mejores medicinas. Eso no era lo que debía ocurrirle”, añadió.
“Él no cambió nunca, así se murió” dijo Posada en referencia al historial de asesinatos de Fidel Castro.
Además añadió que Fidel Castro siempre buscó la oportunidad de matarlo, y él reciprocaba sus intenciones.
“Castro buscaba la oportunidad para matarme a mí y yo para matarlo a él”, dijo.
Luis Posada Carriles: “Castro buscaba la oportunidad para matarme a mí y yo para matarlo a él”
De 88 años de edad y con sobreviviente de cáncer, atentados y un derrame cerebral, Luis Posada Carriles está considerado por expertos uno de los enemigos más peligrosos del Gobierno cubano. Hizo de su vida un intento constante de asesinar al expresidente cubano Fidel Castro.
Ha sido acusado de ser el autor intelectual de la voladura de un avión comercial de Cubana de Aviación en Barbados en 1976. Desde hace décadas, el gobierno cubano y después el Venezolano han intentado capturarlo para juzgarlo por terrorismo.
También ha sido vinculado a la explosión de bombas en los hoteles cubanos en los años 90 que costó la vida del joven turista italiano Fabio Di Celmo en 1997.
Según documentos desclasificados del Departamento de Estado Posada Carriles fue informante pagado de la CIA, por lo cual viajó por distintos países latinoamericanos en los cuales trabajó contra los movimientos comunistas y de izquierda.
Para el exiliado el fallecimiento de Castro es “un triunfo” y “un paso de avance” en la democratización de la Isla.
“Es una muerte injusta. En el mejor hospital de Cuba, con los mejores médicos y las mejores medicinas. Eso no era lo que debía ocurrirle”
Posada Carriles, quien se encuentra en un hospital de Miami relató que en horas de la noche comenzaron a llamarlo por teléfono para informarle la muerte de Castro.
“Tanto tiempo, demasiado tiempo, pero el destino no quiso ayudarme”, dijo el anciano exiliado, cuya última tentativa de asesinato fue en Panamá en el año 2000.
Según el plan, sacado a la luz por el propio Castro, colocarían bombas en el paraninfo de la universidad de Panamá donde había sido invitado a hablar.
Posada Carriles guardó prisión hasta que la presidenta panameña Mireya Moscoso lo indultó en el último gesto de su gobierno. Después, se refugió en El Salvador y en 2005 cruzó ilegalmente la frontera de Estados Unidos, país en el cual reside.
Sobre sus sentimientos sobre la muerte de Castro Posada dijo:
“Al principio sentí alegría, después no”.