Mauritania recibe una donación de Arabia Saudita y permite el regreso de médicos cubanos
El acuerdo prevé el envío por parte de Cuba de "profesionales de la salud, incluidos médicos de diferentes especialidades y técnicos
Nuakchot/El Gobierno mauritano ha decidido traer de vuelta a los médicos cubanos que trabajaban en un hospital en la ciudad de Nuadibú, varios meses después de su salida del país tras la no renovación de sus contratos.
El Ministerio de Sanidad de Mauritania anunció este sábado en un comunicado que el titular cubano de Salud Pública, José Ángel Portal Miranda, y su homólogo mauritano, Sidi Uld Zahav, han firmado un acuerdo que permite el regreso de estos médicos para trabajar en el país africano.
El acuerdo prevé el envío por parte de Cuba de "profesionales de la salud, incluidos médicos de diferentes especialidades y técnicos, para trabajar en los establecimientos de salud locales", agregó la nota.
En base de un acuerdo anterior entre los dos países, unos 60 médicos y técnicos sanitarios cubanos venían trabajando desde 2017 en un hospital de Nuadibú construido por el Estado mauritano y llamado por la población local "hospital de Cuba".
En base de un acuerdo anterior entre los dos países, unos 60 médicos y técnicos sanitarios cubanos venían trabajando desde 2017 en un hospital de Nuadibú construido por el Estado mauritano
Pero como el acuerdo no se renovó el año pasado, tuvieron que salir de Mauritania en abril en medio de fuertes protestas de los habitantes que exigen la renovación del acuerdo.
El Ministerio mauritano de Sanidad justificó entonces su decisión de rescindir los contratos de los médicos cubanos por su deseo de hallar puestos de trabajo para los profesionales locales.
El pasado 20 de febrero, Arabia Saudí ha concedido a Mauritania una financiación de 55 millones de dólares para cubrir el costo de construcción y equipamiento de un nuevo complejo hospitalario en la capital, Nuakchot, y que será el más grande del país.
En septiembre de 2019, 14ymediopublicó una carta de una enfermera cubana que formó parte de la misión en el Centre Hospitalier des Spécialités de Nouadhibou, en la que denunciaba las pésimas condiciones de trabajo que afrontaba el equipo de 60 colaboradores.
La denuncia llegó poco después de conocerse la muerte del médico Juan Manuel Obana Borges en un baño del aeropuerto Charles de Gaulle de París. El cubano tuvo una fuerte discrepancia con la dirección del hospital en que laboraba y fue expulsado por la jefa de brigada y enviado a Francia, donde fue hallado muerto por un presunto infarto.
La trabajadora indicó que los enfermeros realizan turnos de 24 horas con apenas otras 24 de descanso, lo que suponía unas 360 mensuales, 168 más de las que establecen los convenios internacionales y sin cobrar horas extra. En el caso de los médicos tampoco se producía este pago, pese a que trabajaban de lunes a domingo hasta la noche.
Ninguno de los colaboradores cobraba durante sus vacaciones y, si debía regresar a Cuba por algún imprevisto grave, el Gobierno no contribuía al pago del pasaje, que entonces podía costar hasta 2.000 euros, aproximadamente el salario de dos meses.
"Qué hipocresía, quitémonos la máscara, lo que le importa al Gobierno cubano es el dinero y no las personas. Cuando digo que no importan las personas incluyo a los colaboradores cubanos"
La sanidad en Mauritania es privada y los pacientes deben abonar los tratamientos para ser atendidos, por eso a la enfermera le resultaba incomprensible que el Gobierno cubano haga tratos con un sistema así.
Se le negaba los servicios a personas que no tenían recursos para pagar, "incluso con peligro inminente para la vida"; se demoraba "el servicio a gestantes en trabajo de parto y a pacientes en estado crítico, esperando por el pago"; hasta que no estaba depositado el dinero no se puede "tocar al paciente". Muchos pacientes, en deplorable estado, han tenido que irse para otros hospitales por no tener dinero", denunció la enfermera.
"¿Dónde están el humanitarismo y el altruismo del que tanto se jacta el Gobierno de Cuba? (...) Qué hipocresía, quitémonos la máscara, lo que le importa al Gobierno cubano es el dinero y no las personas. Cuando digo que no importan las personas incluyo a los colaboradores cubanos".
Como parte de la operación propagandística del régimen, la trabajadora afirmó que no solo estaba prohibido disentir y decir que se estaba allí por dinero en vez de por solidaridad, sino que era obligatorio formar parte de las celebraciones patrióticas (1 de enero, 26 de julio, 13 de agosto, 28 de septiembre, 8 y 28 de octubre) "aunque no se tenga el deseo" y promocionar en redes sociales el trabajo de la brigada y el respaldo al régimen "aunque uno piense que son unos chapuceros y corruptos explotadores".
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