"Murió el tirano de Cuba", Miami está de fiesta
Miami/Miles de cubanos se lanzaron a las calles de Miami desde horas de la madrugada para festejar la muerte de Fidel Castro, exgobernante cubano, quien se mantuvo en el poder por casi cinco largas décadas. Al ritmo de “Nuestro día viene llegando” de Willy Chirino y “Por si acaso no regreso”, de la desaparecida Celia Cruz, los exiliados celebraron sobrevivir al hombre que dominó con mano de hierro los destinos de la Isla de Cuba.
“Aquí estamos festejando la libertad del pueblo de Cuba. Ha muerto Satanás, un hombre que ha sumido al pueblo en la miseria y el hambre”, dijo María Cristina Labrada Varona, integrante de las Damas de Blanco de visita en la ciudad de Miami.
El líder del Movimiento Democracia, Ramón Saúl Sánchez, explicó a 14ymedio que los exiliados no se alegran de la muerte de un ser humano sino “de la desaparición de un símbolo que es utilizado como una espada de Damocles contra los activistas de la sociedad civil y contra todo el que quiera democratizar Cuba”.
Sánchez dice que “Raúl y su hermano Fidel Castro se encargaron que se hiciera el traspaso dinástico” y argumenta que ejercicios militares como el Bastión 2016 se realizaron para intimidar a las personas y que el pueblo no se lanzara a las calles.
“El cubano está cambiando en su corazón, quiere libertad. Un día vamos a ver que esta alegría que se ve en el destierro cubano se va a manifestar ante los ojos de todo el mundo”
“El cubano está cambiando en su corazón, quiere libertad. Un día vamos a ver que esta alegría que se ve en el destierro cubano se va a manifestar ante los ojos de todo el mundo”, dijo Sánchez.
Ufracio González, un entrenador de boxeo presente en la manifestación explicó que decidió salir con su hija pequeña a las calles para celebrar la muerte del dictador, porque “Ese hombre ha hecho mucho daño a los cubanos. Tenemos recuerdos de sufrimiento y amargura”.
No solo habían cubanos entre los celebrantes. Venezolanos y latinoamericanos decidieron compartir la alegría del exilio. Lía Fausta, brasileña residente en Miami, dice que no celebra la muerte de Fidel Castro sino una vida nueva para Cuba y para todos los países de América.
“Lula, Dilma Rousseff, Evo Morales, Nicolás Maduro, Ortega y Santos. Hay que librarse de esta gente que destruye el futuro de nuestros jóvenes”, explicó.
“Amo a Cuba. Mi madre era una mujer que amaba a la Isla. Toda mi vida lo único que escuché fue “qué lástima que eso haya pasado (la revolución cubana) con un país que era el más hermoso del Caribe”, añadió.
Desde horas de la madrugada los policías del condado se hicieron presente y cerraron la céntrica Calle 8 en la Pequeña Habana, el sitio de reunión por excelencia de la emigración cubana en el sur de Florida, que se estima, ronde los dos millones de personas.
“Es una celebración familiar. Lo mismo encuentras a los ancianos que a los niños. Nadie se ha querido quedar en la casa. Es algo que le debíamos a nuestros padres, a nuestros abuelos, a todos los que sufrieron lo más duro de la tiranía Castrista”, comenta Elquíades Suárez, de 40 años.
En horas de la tarde visitaron el restaurante Versailles Willy Chirino y otros afamados artistas locales.
Los congresistas cubanoamericanos se reunieron también para dar una declaración conjunta.[[“No vamos a esperar grandes cambios”, dijo la recién reelecta Ileana Ros-Lehtinen en conferencia de prensa
“No vamos a esperar grandes cambios”, dijo la recién reelecta Ileana Ros-Lehtinen en conferencia de prensa junto a los republicanos Mario y Lincoln Díaz-Balart y Carlos Curbelo.
Ros-Lehtinen también lanzó un balde de agua fría sobre los que esperan cambios rápidos en la Isla con la muerte de Castro: “No esperen que la muerte de Fidel abra la puerta a un nuevo capítulo de libertad. No es tan fácil”.
“Lo que necesitamos es libertad para el pueblo cubano, libertad de expresión y todo lo que está escrito en la ley Helms-Burton”.
Díaz-Balart por su parte afirmó que el legado de Fidel Castro es “de tragedia, de represión, de corrupción, de narcotráfico y terrorismo”.
El militante anticastrista y enemigo público número uno de Fidel Castro, Luis Posada Carriles, calificó la muerte del ex gobernante cubano como “injusta” y lamentó que llegara “tan tarde”.