Novena muerte en extrañas circunstancias de un oligarca ruso

Madrid/El presidente de la petrolera rusa Lukoil, Ravil Maganov, falleció este jueves tras caer por una ventana del Hospital Clínico Central de Moscú, donde estaba ingresado. Es la segunda muerte de un alto cargo de la empresa en cuatro meses, tras el fallecimiento este mayo de Alexander Subbotin al inyectarse veneno de sapo en casa de un chamán moscovita.

"Maganov cayó de la ventana de su habitación en el Hospital Clínico Central –conocido como Clínica Kremlin por sus pacientes y donde precisamente acaba de fallecer Mijaíl Gorbachov– esta mañana. Murió por las heridas", indicó una fuente anónima a Interfax.

La agencia TASS afirmó que, según las fuerzas del orden, el suceso fue a las 7 am hora local y que se trata de un suicidio. Maganov, que tenía 67 años, estaba ingresado por un ataque cardíaco y tomaba antidepresivos, según la misma fuente

Lukoil, la mayor petrolera privada rusa, ha sido una de las que ha apostado por el fin de la invasión de Rusia en Ucrania

En 2020 la junta directiva de Lukoil nombró a Maganov, que trabajaba en la compañía desde 1993, como presidente en lugar de Valeri Greifer, fallecido en abril de ese año. La petrolera ha dicho estar "entristecida" por el suceso.

"Gracias al talento gerencial de Ravil Maganov, Lukoil pasó rápidamente de ser una pequeña empresa productora de petróleo a una de las compañías energéticas líderes en el mundo (...)", afirma en un comunicado.

Lukoil, la mayor petrolera privada rusa, ha sido una de las que ha apostado por el fin de la invasión de Rusia en Ucrania. "Defendemos el cese inmediato del conflicto armado y apoyamos debidamente su resolución a través del proceso de negociación y por medios diplomáticos", sostuvo en un comunicado al inicio de la crisis y tras manifestar su "sincera empatía por todas las víctimas".

Según la prensa internacional, Maganov se había mostrado favorable a un alto el fuego y la resolución de los problemas "a través de negociaciones serias y diplomacia".

En mayo, la muerte, a los 43 años, de Alexander Subbotin, ex directivo de la misma compañía, sorprendió tanto o más que el fallecimiento de Maganov. Según trascendió, el empresario se sometió a un rito esotérico para paliar la resaca en casa de un chamán de Moscú que le inyectó veneno de sapo. El líquido le causó un ataque al corazón pero sobrevivió, según la extraña versión, a base de una infusión de valeriana. Un día después, el empresario apareció muerto.

Además de estas muertes, hubo siete oligarcas rusos vinculados a los sectores bancario y energético fallecidos en extrañas circunstancias

Además de estas muertes, hubo siete oligarcas rusos vinculados a los sectores bancario y energético fallecidos en extrañas circunstancias, lo que alimenta las especulaciones de que se trata realmente de crímenes organizados. Además, todos ellos habían mostrado posturas contrarias a la guerra contra Ucrania.

Yuri Voronov, de 61 años y ejecutivo de Gazprom, apareció en julio flotando en el agua en su lujosa mansión de San Petersburgo, con una bala en la cabeza y una pistola a mano. La investigación, que se lleva a cabo en Rusia, apunta a una "disputa con socios comerciales" por una presunta estafa, pero las cámaras de seguridad no muestran visitas ni intrusos.

Serguéi Protosenya, alto directivo de la gasística Novatek, apareció muerto este abril en una lujosa casa alquilada en España junto a su familia. Las investigaciones consideraron que se trataba sin duda del asesinato de la mujer e hija a manos del propio empresario antes de quitarse la vida, aunque su hijo ha declarado que considera imposible esta opción y dice estar convencido de que se trata de un suicidio simulado.

En abril, se encontraron los cuerpos sin vida de Vladislav Avayev, expresidente de Gazprombank, su esposa y su hija de 13 años. También en este caso se consideró que el autor del asesinato fue el empresario, antes de suicidarse, ya que tenía una pistola en la mano y el piso estaba cerrado con llave. Su hija mayor fue la que encontró los tres cadáveres.

En marzo se halló sin vida el cuerpo del multimillonario ruso Vasily Melnikov con su familia. Su esposa de 41 años y dos hijos de 10 y 4 años estaban heridos con arma blanca y, una vez más, se consideró un crimen cometido por el oligarca. Según algunas teorías, el empresario estaba en quiebra tras las sanciones de occidente y decidió poner fin a la situación, aunque sus vecinos y familiares negaron esta teoría.

Mikhail Watford murió ahorcado en su casa familiar en Surrey, Reino Unido. El empresario, de 66 años, era de origen ucraniano y había cambiado su apellido al instalarse en el país

Mikhail Watford murió ahorcado en su casa familiar en Surrey, Reino Unido. El empresario, de 66 años, era de origen ucraniano y había cambiado su apellido al instalarse en el país. Su esposa e hijos, que estaban en la vivienda, no sufrieron ningún daño, por lo que la Policía británica consideró que se trataba de un suicidio y cerró el caso sin verlo sospechoso. Watford hizo fortuna tras la caída de la Unión Soviética con el gas y el petróleo y, posteriormente, fundó un imperio inmobiliario en suelo británico.

Un día después del comienzo de la guerra se encontró ahorcado a Aleksander Tyulyakov, de 65 años. El alto ejecutivo de Gazprom estaba en su casa de campo, a las afueras de San Petersburgo, cuando, presuntamente, se suicidó en el garaje.

Por último, Leonid Shulman, de 60 años y también directivo en Gazprom, falleció un mes antes del inicio de la invasión. Su cadáver fue encontrado en el baño de su casa con cortes en las muñecas y junto a una nota en la que contaba el sufrimiento que vivía tras romperse una pierna. Esa versión fue cuestionada por el Instituto de Varsovia, que señaló a Shulman como vinculado a un caso de corrupción de la empresa.

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