La OSCE denuncia desigualdad y violación de derechos en las elecciones turcas

El presidente islamista Erdogan no logra reelegirse en primera vuelta en Turquía

El presidente de Turquía y candidato a la reelección, Recep Tayyip Erdogan, saluda a sus seguidores tras la jornada de votación. (EFE/EPA/Necati Savas)
El presidente de Turquía y candidato a la reelección, Recep Tayyip Erdogan, saluda a sus seguidores tras la jornada de votación. (EFE/EPA/Necati Savas)

15 de mayo 2023 - 10:13

Estambul/(EFE).- La misión de observadores internacionales de la OSCE (Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa) señaló este lunes que las elecciones celebradas el domingo en Turquía estuvieron marcadas por la vulneración de algunos derechos y por las ventajas de que disfrutaron los candidatos gubernamentales.

"Los votantes han tenido opciones entre genuinas alternativas políticas, pero los candidatos gubernamentales o a la reelección han disfrutado de ventajas no justificadas, incluida la cobertura sesgada de los medios de comunicación", señaló Michael Georg Link, responsable de la misión.

Link indicó que, en general, las elecciones fueron "competitivas pero limitadas", debido a que la "criminalización de algunas fuerzas políticas, incluida la detención de varios políticos de la oposición, impidió el pleno pluralismo político y obstaculizó el derecho de las personas a presentarse a las elecciones".

En ese sentido, señaló que las restricciones de derechos fundamentales, como los de reunión, asociación y expresión, han limitado la participación de algunos partidos políticos o candidatos.

"La campaña en sí fue competitiva y en gran medida libre para la mayoría de los contendientes, pero se caracterizó por una intensa polarización"

Link se refirió así al proceso de ilegalización abierto contra el partido progresista y prokurdo HDP, y al alcalde de Estambul, el socialdemócrata Ekrem Imamoglu, inhabilitado en primera instancia judicial para ejercer cargos públicos.

"La campaña en sí fue competitiva y en gran medida libre para la mayoría de los contendientes, pero se caracterizó por una intensa polarización y se vio empañada por una retórica dura, casos de uso indebido de recursos administrativos, y la presión e intimidación a la que se enfrentó un partido de la oposición", señaló Link.

Los observadores internacionales indicaron también que, aunque la Comisión Electoral ha gestionado bien el proceso electoral, se han registrado problemas en la comunicación de los resultados y hay dudas sobre la independencia de ese órgano.

En este sentido, Frank Schwabe, miembro de la delegación de la OSCE, confirmó que en algunos colegios electorales se habían pedido recuentos reiterativos de los votos ya contados "aunque el resultado estaba clarísimo", tal y como denunció anoche la oposición, pero le restó importancia, recordando que el recuento en sí es un derecho y finalmente no ha afectado a los resultados, aunque sí pudo dar la impresión de utilizarse para retrasar su difusión.

La senadora nerlandesa Farah Karimi criticó la falta de medidas para facilitar que cientos de miles de personas desplazadas de las regiones afectadas por los terremotos de febrero pasado pudieran volver a los municipios donde están censados para votar, lo que hizo que la tasa de participación en estas regiones fuera algunos puntos inferior a la media del país.

Destacó que aunque estos votantes no tuvieron obstáculos legales para votar, sí "tuvieron que hacer una inversión importante en dinero, tiempo y carga emocional" y recomendó que en la segunda vuelta se les facilitara este proceso.

Entre los puntos positivos, Link destacó que a diferencia de elecciones anteriores, el transporte y recuento del voto del extranjero estuvo en todo momento acompañado por representantes de la oposición y no hay señales de que estas papeletas pudieran manipularse.

En conjunto, los comicios estuvieron marcados por una competición política real y efectiva, pero en un campo de juego desigual, resume el comunicado de la OSCE.

Con un 35% en las elecciones parlamentarias, el partido de Erdogan cosechó el peor resultado desde que llegó al poder en 2002

Turquía se encamina a una segunda vuelta de las elecciones presidenciales el próximo día 28, según el recuento parcial de los votos, que dan al actual jefe de Estado y Gobierno, el islamista Recep Tayyip Erdogan, una clara ventaja frente a su principal rival, el socialdemócrata Kemal Kiliçdaroglu.

Según la comisión electoral, tras el escrutinio de cerca del 91% de las urnas abiertas ayer, domingo, en los comicios generales de Turquía, ningún candidato logró superar el 50% de las papeletas.

Con ese resultado provisional, y mientras aún faltan contabilizar los sufragios en el extranjero, los cerca de 65 millones de ciudadanos con derecho a voto deberán volver a las urnas en dos semanas para elegir a su nuevo presidente.

Con un 49,5% de los votos emitidos ayer, Erdogan partiría con una ventaja de más de 4 puntos frente a que Kiliçdaroglu, que obtuvo cerca del 44,8%.

Sinan Ogan, de la ultranacionalista Alianza Ata, quedó en un lejano tercer puesto, con alrededor del 5,3 %, por lo que quedaría fuera de juego.

Por otro lado, el Partido Justicia y Desarrollo (AKP) de Erdogan logró quedar primero en las elecciones parlamentarias celebradas también el domingo, aunque con un 35% cosechó el peor resultado desde que llegó al poder en 2002.

Incluso así, probablemente seguirá dominando el hemiciclo gracias la alianza electoral formado con otros partidos, principalmente el ultranacionalista MHP y el fundamentalista Yeniden Refah, con los que mantiene la mayoría absoluta de diputados.

Los buenos resultados del MHP, ligeramente por encima del 10%, son de cierto modo una sorpresa, ya que los sondeos le otorgaban varios puntos menos.

El Yeniden Refah no llega al 3% en el territorio nacional, pero sus buenos resultados en varias provincias del sureste de Anatolia le permiten enviar cinco diputados al hemiciclo.

Aunque el AKP bajará de los actuales 285 diputados a 268, se prevé que la alianza tendrá 324 de los 600 escaños, manteniendo así una cómoda mayoría.

El partido socialdemócrata CHP, por su parte, subirá de 134 a 167 escaños. Con los 44 que añadirá su socio de coalición, el nacionalista IYI, seguirá en la oposición, incluso si recibe el apoyo de la izquierda kurda, que seguirá siendo el tercer partido del hemiciclo, con 62 escaños.

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