El presidente salvadoreño Nayib Bukele elogia la salud pública en Cuba

La Habana/El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, elogió el sistema de salud pública cubana y aseguró que su país "tiene mucho que aprender" de la Isla. El mandatario, que asumió el cargo este sábado, conversó con la vicepresidenta del Consejo de Estado de Cuba, Gladys Bejarano Portela.

A la ceremonia de investidura no fueron invitados los presidentes de Venezuela, Honduras y Nicaragua. La prensa oficial cubana resaltó la presencia de Bejarano que calificó como "una oportunidad para profundizar los lazos históricos, culturales, de amistad y cooperación existentes entre ambas naciones".

En su cuenta de Twitter, el partido Nuevas Ideas -muy cercano a la campaña presidencial de Bukele- detalló que la vicepresidenta transmitió al mandatario "los mejores deseos del Presidente de Cuba para los próximos años de Gobierno".

La delegación de la Isla a la toma de posesión la integraron también el director de América Central, México y el Caribe del Ministerio de Relaciones Exteriores, Jorge Mayo Fernández, y el Embajador de Cuba en este país centroamericano, René Ceballo Prats.

Cuba y El Salvador mantuvieron una estrecha relación diplomática durante los cinco años de mandato del exguerrillero Salvador Sánchez Cerén

Cuba y El Salvador mantuvieron una estrecha relación diplomática durante los cinco años de mandato del exguerrillero Salvador Sánchez Cerén. La Isla apoyó al Gobierno salvadoreños con una misión médica hasta que en abril pasado los galenos cubanos salieron del país tras una denuncia en la Fiscalía General de la República (FGR) por estar ejerciendo la profesión de manera ilegal.

Hasta el momento Bukele no se ha pronunciado sobre una posible reactivación de la presencia médica cubana en El Salvador, en un momento en que La Habana ha sido ampliamente cuestionada en organismos internacionales por aplicar métodos de “esclavitud moderna” sobre el personal sanitario que despliega en otras naciones.

Un 'millenial' al frente de El Salvador

En su discurso de investidura Nayib Bukele, de 37 años, aseguró que el país centroamericano "es como un niño enfermo, nos toca ahora cuidarlo, nos toca ahora tomar un poco de medicina amarga". El ex alcalde de San Salvador obtuvo más votos que los demás candidatos en las elecciones presidenciales de febrero pasado y con su victoria puso punto final a un sistema bipartidista que dominó la escena política de El Salvador durante décadas.

El joven político, que ganó las elecciones en primera vuelta con más del 53% de los votos, desbancó en las urnas a la derechista Arena y a la exguerrilla del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN).

Una multitud acompañó este 1 de junio la toma de posesión de Bukele al grito de "¡sí, se pudo!", un acto que tuvo lugar en la plaza central de San Salvador y no en el habitual Centro Internacional de Ferias y Convenciones. Las expectativas de los ciudadanos apuntan a que Bukele pueda comenzar a solucionar los graves problemas de corrupción, impunidad, violencia y pocas oportunidades de empleos que complica la cotidianidad en el país.

Confiado de la escena pública, sonriente y apoyado con euforia desde las redes sociales, Bukele saludó a los invitados a la ceremonia. "No seré el presidente de un partido político", afirmó con vehemencia.

"Esta vez el cambio no vendrá de un presidente, no vendrá de un político, el cambio vendrá de cada uno de nosotros" proclamó el presidente”, exhortó y recordó que durante su campaña se había comprometido con "pasar la página de la posguerra” y “garantizar el bienestar social para el pueblo salvadoreño”.

Bukele llegó al poder bajo las siglas de la conservadora Gran Alianza por la Unidad Nacional (GANA) y según los analistas podría inaugurar "una nueva era" en El Salvador

Bukele llegó al poder bajo las siglas de la conservadora Gran Alianza por la Unidad Nacional (GANA) y según los analistas podría inaugurar "una nueva era" en El Salvador si cumple con promesas de cambios de envergadura en ámbitos sociales, y económicos, además de otra política exterior.

El nuevo presidente salvadoreño es considerado un millennial y muestra un amplio manejo de las redes sociales, especialmente de Facebook y Twitter. A través de estas plataformas hizo la mayor parte de sus anuncios de campaña y también dio a conocer el nombramientos este mes de su gabinete de ministros.

Con una extensión de apenas 21.000 kilómetros cuadrados y una población de 6,6 millones de habitantes, El Salvador tiene una gran dependencia económica de las remesas que envían sus emigrados, especialmente los radicados en Estados Unidos. Solo en 2018, la cifra de dinero que ingresó por esa vía superó los 5.000 millones.

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