Rusia recibe en la ONU dos reveses diplomáticos seguidos
Cuba vuelve a abstenerse en una resolución presentada por Francia y México pidiendo el inmediato cese de hostilidades contra Ucrania
Biden promete responder si Rusia usa armas químicas y pide expulsarla del G20
Londres/(Agencias).- Rusia recibió por segundo día consecutivo un revés diplomático en la ONU, después de que la Asamblea General aprobase este jueves de nuevo, por una amplísima mayoría, una resolución presentada por Francia y México y copatrocinada por 90 países que pide "un cese inmediato de hostilidades de Rusia contra Ucrania, y en particular cualquier ataque contra civiles y objetivos civiles".
De los 193 miembros de la ONU, 140 votaron en la Asamblea a favor de esta resolución presentada como "humanitaria", solo cinco países lo hicieron en contra (Rusia, Bielorrusia, Siria, Eritrea y Corea del Norte), mientras que 38 se abstuvieron, algunos de ellos aliados tradicionales de Moscú, como Cuba, Argelia o Armenia.
La votación de hoy repite casi calcados los resultados del pasado 2 de marzo, recién comenzada la guerra, cuando 141 países votaron contra la invasión rusa en parecidos términos, y muestra la soledad de Rusia en la escena internacional , aunque sigue contando con el apoyo más o menos explícito de China.
Esta resultado de hoy contra la invasión de Rusia del territorio ucraniano es casi similar al mostrado el pasado 2 de marzo, cuando se aprobó con 141 votos a favor otra resolución que "deploraba" la agresión rusa y pedía su cese inmediato.
Solo cinco países lo hicieron en contra (Rusia, Bielorrusia, Siria, Eritrea y Corea del Norte), mientras que 38 se abstuvieron, algunos de ellos aliados tradicionales de Moscú, como Cuba, Argelia o Armenia
La sucesión de imágenes de la devastación en Ucrania, llegadas ahora masivamente a todo el mundo con mucha más rapidez que en cualquier otra guerra anterior, no han variado mucho las tornas en cuanto a la actitud de los países, y Rusia sigue contando con la equidistancia (en algunos casos la "comprensión por sus preocupaciones", como habitualmente dice Pekín) de importantes países como China, India, Pakistán o Irán, que hoy se abstuvieron.
El presidente estadounidense Joe Biden, en una jornada maratoniana en Bruselas, en la que participó en tres cumbres sobre Ucrania: una de la OTAN, otra del G7 y otra de la Unión Europea (UE), prometió una respuesta "proporcional" si Moscú emplea armas químicas en Ucrania y pidió expulsar a Rusia del G20 como castigo por su invasión del territorio ucraniano.
Biden reconoció además que las sanciones internacionales probablemente no conseguirán que Rusia detenga a corto plazo la guerra en Ucrania y pronosticó que la escasez de alimentos derivada de la guerra "va a ser real". Su aviso no implica necesariamente que Estados Unidos y la Otan puedan optar por la vía militar: preguntado específicamente al respecto, Biden respondió que los aliados "tomarían esa decisión en su momento".
El mandatario reveló que pidió a sus aliados expulsar a Rusia del G20, a pesar de que Putin ya ha confirmado su asistencia a la cumbre que celebrará ese grupo de economías avanzadas y emergentes a finales de este año en Indonesia. Añadió que "si Indonesia y otros países no están de acuerdo" en echar a Rusia, se debería permitir "que Ucrania también pueda asistir a las reuniones".
El mandatario reveló que pidió a sus aliados expulsar a Rusia del G20, a pesar de que Putin ya ha confirmado su asistencia a la cumbre que celebrará ese grupo de economías avanzadas y emergentes a finales de este año en Indonesia
Rusia ya fue expulsada la década pasada del grupo de economías industrializadas conocido entonces como G8, que pasó a llamarse G7, después de su invasión de la península ucraniana de Crimea en 2014. El mandatario reconoció que "las sanciones nunca disuaden" a gente como Putin, poco después de que su Gobierno anunciara nuevas restricciones a más de 400 legisladores, oligarcas y empresas de Rusia.
A pesar de esa aparente contradicción, Biden confió en que si los aliados "mantienen" la presión sobre Moscú, el líder ruso sienta cómo "aumenta el dolor" y cambie de trayectoria en Ucrania. Fue el mismo mensaje que envió poco después durante la cumbre de líderes de la UE, en la que pidió construir "una completa y total unidad entre las principales democracias del mundo" sobre la guerra en Ucrania.
No obstante, Biden admitió en su rueda de prensa que tanto Europa como Estados Unidos van a notar "el precio de las sanciones" y de la guerra en Ucrania, y que habrá escasez de alimentos porque tanto Rusia como Ucrania han sido "las cestas de pan de Europa".
Aseguró que había hablado con los líderes del G7 sobre cómo agilizar el comercio de trigo y "acabar con las restricciones comerciales" en el envío de alimentos al extranjero, para que otros países productores como EE UU y Canadá puedan suplir el vacío dejado por Ucrania y Rusia.
La ambigüedad de China ante la guerra en Ucrania también centró la atención de los aliados, y Biden reveló que en su reciente conversación con su homólogo chino, Xi Jinping, le advirtió de que, si ayuda a Rusia, pondrá en "un peligro significativo" su relación económica con Occidente.
Y antes de viajar este viernes a Polonia, el país más afectado por la crisis de refugiados derivada de la guerra, Biden anunció que su país está dispuesto a acoger a un máximo de 100.000 ucranianos y personas de otras nacionalidades que hayan huido de Ucrania a raíz de la invasión rusa.
El cupo máximo de 100.000 anunciado por Estados Unidos no solo incluye a los que puedan llegar al país como refugiados, sino que también puede llenarse mediante ucranianos que consigan distintos visados
"Nuestro énfasis estará en reunir a las familias", afirmó Biden, al confirmar que su Gobierno dará prioridad a aquellos ucranianos que tengan familiares en Estados Unidos. El cupo máximo de 100.000 anunciado por Estados Unidos no solo incluye a los que puedan llegar al país como refugiados, sino que también puede llenarse mediante ucranianos que consigan distintos visados, y no está claro cuánto puede durar el proceso para su reasentamiento, según la Casa Blanca.
El Gobierno de Biden también prometió este jueves otros 1.000 millones de dólares en ayuda humanitaria para proporcionar alimentos, medicinas, refugio y artículos de primera necesidad a poblaciones en riesgo en Ucrania.
En reuniones programadas para este jueves, Estados Unidos y los Aliados del Atlántico impondrán nuevas sanciones, según fue adelantado por el asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, en rueda de prensa esta semana, donde solo anticipó que se tratará de "un esfuerzo conjunto para reprimir la invasión de sanciones por parte de cualquier país que ayude a Rusia a socavar, debilitar o esquivar las sanciones".
Por otro lado, el presidente ruso, Vladímir Putin, ha usado la amenaza de recurrir a su arsenal nuclear para evitar que Occidente se plantee una intervención directa en el conflicto de Ucrania, aunque su mera alusión demuestra su voluntad de matar a muchos civiles, a juicio de varios expertos en armamento atómico.
En un coloquio virtual organizado por el centro de pensamiento Chatham House, los expertos coincidieron en que la referencia de Putin nada más comenzar la invasión a "consecuencias nunca antes vistas" contra quienes se implicasen en la guerra era una advertencia velada sobre el uso del arma nuclear, algo confirmado días después al elevar el nivel de alerta del arsenal atómico.
"Su objetivo era decirle a Occidente: 'No os impliquéis directamente'. La OTAN ya ha dejado claro que no intervendrá; en otras circunstancias, con tantos civiles muertos, habría habido un debate mucho mayor. En ese sentido, Putin consiguió su objetivo", opinó Lawrence Freedman, profesor emérito de Estudios Bélicos del King's College londinense.
Sin embargo, el experto se preguntó cómo el uso del arma atómica podría sacar a Putin de un problema "que él mismo se ha creado".
"Cualquier alusión al uso de este armamento debe ser considerado como una señal o una intención de matar a muchos civiles, y esto debería formar parte de nuestra comprensión de este conflicto"
En ese sentido, el director del Proyecto de Fuerzas Nucleares Rusas, Pavel Podvig, recordó que "las armas nucleares no son buenas ni sirven para misiones militares, (pero) para lo que son buenas es para matar a mucha gente o demostrar la voluntad de hacerlo".
"Cualquier alusión al uso de este armamento debe ser considerado como una señal o una intención de matar a muchos civiles, y esto debería formar parte de nuestra comprensión de este conflicto", señaló Podvig.
El analista destacó que es "muy raro" que se recurra a una amenaza como la de Putin nada más comenzar una guerra, aunque cree que se malinterpretó su orden de poner las capacidades de disuasión nuclear en "régimen especial de servicio".
"Podrían ser desplegadas, pero ello requeriría de pasos visibles, y que sepamos estos no se han dado. Rusia tiene unas mil armas atómicas de forma permanente en estado elevado de alerta, que podrían ser usadas en cuestión de minutos. El mensaje era sobre todo político", opinó.
La doctrina de Rusia sobre la disuasión nuclear estipula que las armas atómicas podrían ser utilizadas en caso de una amenaza existencial para el país. El problema, a juicio de Podvig, es que esa decisión le corresponde únicamente al Kremlin, y se ignora qué puede percibir Putin como un desafío a la supervivencia de su país.
En un video mensaje, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski pidió al mundo que se levante "contra la guerra en respaldo a Ucrania, la paz y la libertad"
Mientras tanto, este jueves se cumple un mes desde que Rusia invadió Ucrania y ya se contabilizan más de diez millones de desplazados y miles de civiles muertos, sin embargo, se asienta una situación desigual: una relativa normalidad en ciudades occidentales como Leópolis, mientras Mariúpol, en el sureste, soporta un duro asedio y Kiev resiste pese a la cercanía de tropas rusas.
Los combates directos se concentran en la mitad este del país y en las últimas horas el Ejército ucraniano ha detectado un incremento de las operaciones militares rusas en Kiev, Chernigov y Jarkov, que son ahora los principales objetivos, según un portavoz militar, junto con la estratégica Odesa en el sur.
En un video mensaje, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski pidió al mundo que se levante "contra la guerra en respaldo a Ucrania, la paz y la libertad".
La ciudad de Mariúpol se convirtió en un símbolo de guerra por la barbarie y el caos en que ha sido sumida, desde la invasión rusa.
Un trabajador de MSF que logró salir de la localidad a orillas del mar de Azov, cuenta que dejó atrás "un auténtico infierno", y teme lo que pase a corto plazo: "Hace un mes que empezó esta pesadilla y la situación empeora cada día".
Sasha ha vivido siempre en Mariúpol, y cuando escuchó a Vladímir Putin anunciar la invasión, pasó tres días sin comer por el miedo.
Nadie creía lo que ocurría "porque en nuestros tiempos este tipo de cosas simplemente no deberían ocurrir"
"¿Cómo se puede describir el hecho de que el hogar de una perseona se convierta en un lugar de terror?", plantea. Sin electricidad ni teléfono, ya no pudo realizar ningún trabajo con MSF y prácticamente se centraba en mantenerse con vida, mientras a su alrededor se levantaban nuevos cementerios, "incluso en el pequeño patio de una guardería".
Sasha dice que al principio nadie creía lo que ocurría "porque en nuestros tiempos este tipo de cosas simplemente no deberían ocurrir", añade.
Ahora está a salvo, pero no sabe qué le deparará el futuro. Desde fuera de Mariúpol, y ya con acceso a Internet, no encuentra las palabras para describir lo que ha dejado atrás. Se enteró de un convoy que saldría y, en su coche se apresuró a localizarlo y a decirlo a tantas personas pudo.
"Ahora me entristece enormemente pensar en todos aquellas a las que no pude contactar", dice, pues su familia sigue en ese "infierno", sin poderlos contactar.
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