El representante de Cuba en la ONU ensalza la ocupación del Tíbet por China

Aunque los diplomáticos han sido discretos con la visita, Juan Antonio Quintanilla ha publicado un minucioso resumen del viaje en las redes sociales

Embajadores en Ginebra de Venezuela, Nicaragua, Bielorrusia, Paquistán y Cuba. En el extremo derecho, el diplomático cubano Juan Antonio Quintanilla. (X/Juan Antonio Quintanilla)
Embajadores en Ginebra de Venezuela, Nicaragua, Bielorrusia, Paquistán y Cuba. En el extremo derecho, el diplomático cubano Juan Antonio Quintanilla. (X/Juan Antonio Quintanilla)
14ymedio

02 de septiembre 2023 - 15:29

La Habana/El apoyo de Cuba será fundamental para la inminente inspección que las Naciones Unidas realizarán en China, acusada de violar los derechos humanos y adoctrinar a los niños en el Tíbet, que mantiene bajo ocupación desde 1951. Para inclinar la balanza a su favor durante el examen, Beijing invitó a la región a un grupo de embajadores de naciones aliadas como Venezuela, Nicaragua, Bielorrusia o Paquistán, además del representante de La Habana en Ginebra, Juan Antonio Quintanilla.

Aunque los diplomáticos han sido discretos con la visita, Quintanilla ha publicado un minucioso resumen del viaje en las redes sociales y no ha escatimado elogios a los "logros" que el Tíbet tiene que agradecer a Pekín.

El pasado 10 de agosto, el Consejo de los Derechos Humanos de la ONU exigió a China una respuesta sobre el arresto de nueve líderes tibetanos que denunciaron la minería de "montañas sagradas" y la caza de especies protegidas, por lo cual fueron condenados a penas de hasta 11 años de prisión. Según el reclamo de la ONU, el silencio del Gobierno chino sobre las sentencias podía atribuirse a un intento deliberado de que "el mundo olvide" la detención de los activistas, mientras estos enfrentan "el aislamiento, año tras año".

Los países que aceptaron la invitación son estrechos aliados de China y es de esperar que apoyen al país asiático ante cualquier acusación en la tribuna internacional

El Consejo informó entonces a Pekín de que, a inicios de 2024, realizará una inspección del caso y de la situación del Tíbet, considerado por China como una "región autónoma". Por su parte, EE UU también acusó al país asiático de someter a los niños tibetanos a una "asimilación forzada" en las escuelas estatales, con el propósito de eliminar las tradiciones tibetanas e imponer el paradigma chino.

La respuesta de Pekín fue enviar una carta a la sede de la ONU en Ginebra, a la cual tuvo acceso la agencia británica Reuters, en la que invitaban a los diplomáticos que lo desearan a un viaje al Tíbet. El objetivo: que la ONU comprendiera "la política y las prácticas de China con respecto a los derechos humanos" a través de reuniones y recorridos por instituciones educativas, culturales y religiosas.

Los países que aceptaron la invitación son estrechos aliados de China y es de esperar que apoyen al país asiático ante cualquier acusación en la tribuna internacional. De los miembros de la delegación, solo Quintanilla ha ofrecido información sobre el viaje, que comenzó el pasado 29 de agosto.

"Agradezco al Gobierno chino por la invitación y la hospitalidad. Excelente oportunidad para apreciar el desarrollo económico y social de esta región", dijo el diplomático en su primer mensaje, cuyo tono laudatorio a Pekín marcó el resto de sus reportes.

Siguiendo la agenda prevista por las autoridades chinas, Quintanilla y sus colegas aseguraron haber constatado "el desarrollo económico alcanzado" en el Tíbet, "gracias al apoyo del Gobierno central chino". El embajador insistió en que la situación de la educación y la libertad religiosa era inmejorable, y que los valores espirituales del Tíbet –una de las regiones más sagradas para los creyentes del budismo– estaban "muy bien preservados y promovidos" por las autoridades, que respetaban su transmisión "a las nuevas generaciones".

En cuanto a la educación, Quintanilla afirmó, tras visitar una escuela primaria en la prefectura de Nyingchi, que Pekín sostenía un "elevado compromiso" con la formación de los niños en el Tíbet. También estuvo en Lhasa, la principal ciudad de la región, y garantizó que tanto los artistas como los estudiantes universitarios eran bien atendidos.

El miércoles, la delegación acudió al palacio de Potala, en Lhasa, que fue la residencia del dalái lama –el máximo líder espiritual del budismo tibetano– hasta 1959, cuando Tenzin Gyatso, el actual dalái lama, tuvo que exiliarse en la India tras la brutal represión del Ejército chino contra los intentos de mantener la independencia del Tíbet.

El embajador concluyó su viaje comentando que "la educación es prioridad para el Gobierno", "al tiempo que se preserva la cultura tibetana"

Sin embargo, Quintanilla opinó que en Potala los budistas pueden "profesar diariamente su religión", un comentario que repitió durante su encuentro con los monjes del templo de Jokhang.

El embajador concluyó su viaje comentando que "la educación es prioridad para el Gobierno", "al tiempo que se preserva la cultura tibetana". Finalmente, este jueves, se reunió con Ma Zhaoxu, viceministro de Relaciones Exteriores de China, que abordó el tema de los derechos humanos en el Tíbet durante un intercambio que Quintanilla encontró "provechoso".

El régimen de La Habana es uno de los incondicionales de Pekín. El mandatario cubano, Miguel Díaz-Canel, se encontró en agosto con su homólogo chino en Sudáfrica durante la cumbre del grupo de países Brics y aseguró que la relación de los partidos comunistas de ambos países estaba mejor que nunca.

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