Tokáyev, el favorito de los inversores, gana las eleccciones en Kazajistán

Nur-Sultán/(EFE).- Un hombre de mundo que se formó en Moscú, aprendió chino en Pekín y trabajó en la ONU. Así es el nuevo presidente kazajo, Kasim-Yomart Tokáyev, y el elegido por el padre de la nación, Nursultán Nazarbáyev, para dirigir la transición en la mayor república de Asia Central.

"Es un honor y mi deber sagrado continuar la senda marcada por el primer presidente. El rumbo estratégico definido por el líder nacional será nuestra estrella polar", dijo Tokáyev tras asumir el poder en marzo.

Tokáyev, que ganó las elecciones presidenciales del domingo con más del 70% de los votos, conoce los tres mundos en los que se mueve Kazajistán como pez en el agua, ya que tanto rusos como chinos y occidentales ambicionan por igual los ingentes recursos naturales de este país.

Tokáyev conoce los tres mundos en los que se mueve Kazajistán como pez en el agua, ya que tanto rusos como chinos y occidentales ambicionan por igual los ingentes recursos naturales de este país

Además, a sus 66 años, Tokáyev es garantía de lealtad, estabilidad y de defensa de los 30 años de legado de Nazarbáyev. Y es que trabajó bajo su mando "desde los primeros días de la independencia" tras la caída de la URSS.

"Creo que Tokáyev es justo la persona a la que podemos confiar la gestión de Kazajistán. Es un hombre honesto, responsable y cumplidor", dijo Nazarbáyev el mismo día que renunció a la Presidencia.

Los kazajos no hubieran entendido que Nazarbáyev nombrara heredera a su hija, Dariga. Y no sólo por ser mujer, un paso demasiado aventurado en la ultraconservadora sociedad kazaja, sino por el hecho de que se hubiera interpretado como un caso de nepotismo trasnochado para un líder y un país que presumen de aperturismo.

Tokáyev será el encargado en los próximos años de allanar el camino para pasar de un sistema presidencialista a uno parlamentario, en línea con las demandas de Occidente, pero sin dar la espalda a las tradiciones nacionales ni inquietar con radicales reformas democráticas a estrechos aliados como Rusia y China.

"No necesitamos tumultos y cataclismos. Conocemos muy bien la historia de la Unión Soviética", dijo.

El nuevo presidente kazajo es un clásico producto de la diplomacia soviética, ya que fue en Moscú donde se licenció en Relaciones Internacionales en 1975, aunque completaría su formación en la academia diplomática rusa en 1992.

Hijo de un famoso escritor y héroe de guerra, Tokáyev estaba destinado a tener una brillante carrera política como funcionario en el ministerio de Exteriores la Unión Soviética, pero la caída del sistema comunista truncó sus planes

Hijo de un famoso escritor y héroe de guerra, Tokáyev estaba destinado a tener una brillante carrera política como funcionario en el ministerio de Exteriores la Unión Soviética, pero la caída del sistema comunista truncó sus planes, como los de muchos otros.

Llegó a trabajar como tercer secretario de la Cancillería soviética y ejerció en las embajadas de Singapur (1975-79) y China (1985-91), etapa en la que aprendió mandarín.

Una muestra de la confianza que tenía en él Nazarbáyev fue su nombramiento como ministro de Exteriores en 1994 y tras cinco años en el cargo fue elegido primer ministro, puesto desde el que frenó las veleidades reformistas de la nueva clase funcionarial kazaja.

Tras cumplir con dicha misión, regresó a su terreno. Durante otros cuatro años fue jefe de la diplomacia kazaja (2003-2007) y tras varios años de pausa en el Parlamento local, dio el salto a la arena internacional.

Durante dos años (2011-13) fue secretario general adjunto de Naciones Unidas y director general de la Oficina de la ONU en Ginebra.

Tras ser nombrado presidente en marzo, Tokáyev ya aseguró que una de las prioridades de su mandato sería reforzar la cooperación estratégica con China, el segundo socio comercial de Kazajistán.

En los últimos años ha crecido el descontento popular en Kazajistán por el creciente control de los principales activos del país por parte del gigante asiático, por lo que su dominio fluido del mandarín será crucial para calmar a los socios chinos y limar asperezas en caso de necesidad.

Tokáyev deberá continuar esa política de neutralidad, al tiempo que satisface las necesidades de hidrocarburos de sus socios y atrae sus inversiones

También deberá mantener un equilibrio aparentemente imposible entre Rusia y Occidente. Nazarbáyev logró llevarse bien con todas las grandes potencias. Un ejemplo de ello es que, pese a la buena relación con el presidente ruso, Vladímir Putin, nunca reconoció la anexión rusa de Crimea.

"Nuestros lazos con Rusia son indestructibles. Estamos condenados a ser amigos", señaló el nuevo presidente.

Tokáyev deberá continuar esa política de neutralidad, al tiempo que satisface las necesidades de hidrocarburos de sus socios y atrae sus inversiones para convertir a Kazajistán en el gigante asiático que vaticinó su antecesor.

Para ello, tendrá cinco años de mandato, ya que el contrato tácito que firmó con Nazarbáyev estipula que no puede eternizarse en el poder y que debe allanar el camino para el nuevo líder postsoviético de este país estepario.

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