Trump redobla su defensa de la separación familiar de inmigrantes pese a las críticas en su partido
Varios gobernadores estadounidenses anunciaron este martes que cancelan sus aportes a la militarización de la frontera con México con la Guardia Nacional
Washington/(EFE).- El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, redobló este martes su defensa de la política de "tolerancia cero" aplicada a los inmigrantes que llegan a la frontera y, pese a las críticas, insistió en culpar a los demócratas a quienes acusó de pretender que la inmigración ilegal "infeste" el país.
"Los demócratas son el problema. No les importa el crimen y quieren que los inmigrantes ilegales, sin importar lo malos que sean, entren e infesten nuestro país, como la (pandilla) MS-13. No pueden ganar con sus terribles políticas, así que ¡los ven como potenciales votantes!", dijo, primero, desde su cuenta de Twitter.
Trump reiteró su apoyo a estas medidas, que desde que se impusieron a mediados de abril han provocado miles de separaciones familiares entre los inmigrantes que llegan a la frontera, lo que ha suscitado un sinnúmero de críticas y denuncias, tanto desde la oposición demócrata como desde dentro de su propio partido y de la comunidad internacional.
"Siempre debemos arrestar a las personas que ingresen ilegalmente a nuestro país. De los 12.000 niños, 10.000 son enviados por sus padres en un viaje muy peligroso, y solo 2.000 están con sus padres, muchos de los cuales han tratado de ingresar ilegalmente a nuestro país en numerosas ocasiones", argumentó el mandatario.
Durante un discurso posterior en un acto con pequeños empresarios, Trump prosiguió con el asunto, y replicó a sus críticos que bajo la ley actual "solo" hay dos opciones políticas para responder a la crisis de separación familiar.
"Podemos liberar a todas las familias inmigrantes y menores que se presenten en la frontera desde América Central o podemos arrestar a los adultos por el delito federal de entradas ilegales. Esas son las dos opciones: fronteras totalmente abiertas o enjuiciamiento penal por infracción de la ley", aseguró.
Como incluso han asegurado algunos miembros del propio partido republicano, estas medidas de separación familiar responden a una política discrecional de la Casa Blanca que se puede evitar
Sin embargo, las afirmaciones de Trump no son ciertas a ese respecto ya que, como incluso han asegurado algunos miembros de su propio partido republicano, estas medidas de separación familiar responden a una política discrecional de la Casa Blanca que se puede evitar fácilmente.
Las leyes actuales no obligan a juzgar a los inmigrantes ilegales como autores de delitos penales, tal y como los está procesando ahora el Departamento de Justicia por orden de Trump, sino que la entrada ilegal en el país es considerada un delito civil que no tiene por qué incurrir en detenciones preventivas.
De esta forma, los adultos son llevados a centros de detención y sus hijos menores pasan a manos del Departamento de Salud y Servicios Humanos.
La secretaria de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen, aseguró el lunes que la Administración Trump "no va a pedir perdón" por separar a los niños de sus madres, mientras en los medios de comunicación circulan duras imágenes y testimonios de los menores afectados.
El Gobierno ha admitido que la separación de los niños de sus familias en la frontera tiene como fin disuadir la inmigración ilegal, una táctica que ya había adelantado hace un año el jefe de gabinete de la Casa Blanca, John Kelly, que podría adoptar.
El Gobierno ha admitido que la separación de los niños de sus familias en la frontera tiene como fin disuadir la inmigración ilegal
No obstante, y en la misma línea, Trump pidió al Congreso una "tercera opción", que permita encontrar una solución a la separación familiar, pero siempre supeditada a la aprobación de los fondos para la construcción de un muro con México y la prohibición de la reunificación familiar.
Mientras aumentan las críticas que tachan de "inhumana" esta nueva política de la Administración estadounidense, cada vez son más los republicanos en el Congreso que abogan por encontrar una solución para prohibir esta práctica, al margen de una reforma migratoria más amplia.
Varios gobernadores estadounidenses anunciaron este martes que cancelan sus aportes a la militarización de la frontera con México con la Guardia Nacional ordenada por el Gobierno de Donald Trump por la política de separar familias detenidas.
Aunque la mayoría de estos gobernadores son demócratas, como los de Connecticut, Delaware, Carolina del Norte, Pensilvania, Nueva York, Virginia o Rhode Island, también hay algunos republicanos, como el de Massachusetts, Charlie Baker, o el de Maryland, Larry Hogan.
El líder de la mayoría republicana en el Senado de EE UU, Mitch McConnell, afirmó que tanto él como sus compañeros de partido en la Cámara Alta quieren terminar con las separación familiar.
"Yo y todos los miembros de la conferencia republicana apoyamos un plan que mantenga unidas a las familias mientras se decide su estatus migratorio", declaró McConnell ante los periodistas junto a varios senadores del Partido Republicano. "Necesitamos arreglar este problema", agregó McConnell.
Por su parte, el senador republicano por Texas (EE UU), John Cornyn, indicó en esa misma rueda de prensa que la votación en el Senado sobre una propuesta de ley que pueda poner fin a las rupturas familiares es "cuestión de días".
"Hasta que esta política de separar a niños de sus familias haya sido rescindida, Maryland no desplegará recursos de la Guardia Nacional en la frontera"
Tanto Baker como Hogan, republicanos en estados de tradición demócrata, se presentan este noviembre a la reelección.
"Esta mañana, he ordenado a nuestros cuatro efectivos que regresen con el helicóptero desde donde están en Nuevo México", indicó Hogan.
"Hasta que esta política de separar a niños de sus familias haya sido rescindida, Maryland no desplegará recursos de la Guardia Nacional en la frontera", añadió.
El gobernador de Virginia, Ralph S. Northam, también ordenó el regreso de cuatro guardias y un helicóptero mientras que Baker suspendió en envío de un helicóptero y dos militares.
Los anuncios fueron en su mayoría simbólicos, ya que estos estados o no planeaban enviar grandes contingentes a la frontera o ya habían optado por no colaborar con la militarización ordenada por Trump desde antes.
"En circunstancias normales, no dudaríamos en responder a la llamada, pero dado lo que sabemos sobre las políticas en efecto en la frontera, no puedo enviar a los delawereños a colaborar en esa misión", dijo por su parte el gobernador de Delaware, el demócrata John Carney.
Otros gobernadores republicanos también alzaron sus voces para oponerse a la separación de familias en la frontera, como el de Nebraska, Pete Ricketts; el de Florida, Rick Scott; o el de Illinois, Bruce Rauner
Trump ordenó a principios de abril la militarización de la frontera con México con hasta 4.000 efectivos de la Guardia Nacional, un cuerpo de reserva bajo control de los estados, para combatir la inmigración.
El estado que más ha contribuido a ese esfuerzo ha sido Texas con unos 1.400 uniformados.
Otros gobernadores republicanos también alzaron sus voces para oponerse a la separación de familias en la frontera, como el de Nebraska, Pete Ricketts; el de Florida, Rick Scott; o el de Illinois, Bruce Rauner, que pidió a Trump su suspensión.
El Gobierno de Trump reconoció la semana pasada haber separado de sus padres a 2.000 menores de edad que cruzaron de forma irregular la frontera entre el 19 de abril y el 31 de mayo.
Las imágenes de los niños solos y encerrados que han divulgado los medios estadounidenses en los últimos días han sacudido a una gran parte de la opinión pública del país.
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