Activista y ahora migrante forzoso, el cubano Jorge Cervantes está varado en México

Al ex militante de Unpacu la Seguridad del Estado le dio a escoger entre la prisión o el exilio

El activista cubano Jorge Cervantes García fue desterrado por el régimen cubano el pasado 10 de septiembre.
El activista cubano Jorge Cervantes García fue desterrado por el régimen cubano el pasado 10 de septiembre. / 14ymedio
Ángel Salinas

10 de enero 2025 - 20:54

Ciudad de México/El activista cubano Jorge Cervantes García, miembro del movimiento Cuba Primero y ex militante de la Unión Patriótica de Cuba, añora la Isla. Desde un punto fronterizo en México, donde se encuentra desde finales de diciembre pasado, confiesa a 14ymedio que querría regresar a su país, pero no para “ir a una celda de castigo simplemente por el hecho de pensar diferente y por luchar por la libertad de mi pueblo”. Extraña a sus hijos, a su esposa, a la familia.  

Hace cuatro meses funcionarios de la Seguridad del Estado se dirigieron a la celda de castigo en la prisión de Aguadores en Santiago de Cuba, donde había pasado seis meses por un supuesto delito tipificado como “otros actos contra la seguridad del Estado”, para forzarlo al destierro, asegura. “Cervantes, ya que lo que haces en las calles es insoportable, te vas a quedar con 15 años de petición fiscal”, le dijeron y le dieron a elegir entre tres lustros en prisión o irse del país, asegura.

Luego de consultar con los miembros de su movimiento, concluyó que “lo más sabio era aceptar el destierro, porque desde la cárcel en Cuba muy poco se puede hacer para continuar la lucha”. El activista fue sacado de su celda y escoltado hasta La Habana. “Me montaron en un avión con dirección a Guyana” el pasado 10 de septiembre, refiere. 

Su travesía, con Estados Unidos como objetivo final, inició en Georgetown. Hasta ahora, ha atravesado 10 países: Guyana, República Dominicana, Brasil, Venezuela, Colombia, Panamá, Costa Rica, Honduras, Guatemala y México, donde está varado. Pese a contar con un amparo, las autoridades le impidieron abordar un vuelo con dirección a la frontera con EE UU. El opositor aclara que no puede considerarse “un exiliado” porque aún no ha encontrado refugio en un lugar que legalice su estadía “para poder decir soy un exiliado político”.

 

El activista fue sacado de su celda y escoltado hasta La Habana. “Me montaron en un avión con dirección a Guyana” el pasado 10 de septiembre, refiere

Jamás, en 57 años de vida, Cervantes pensó enfrentar la migración, asegura. Nunca imaginó que iba a emprender largas y cansadas caminatas al lado de chinos, de inmigrantes de la India, Venezuela, Colombia, Brasil, Perú, Ecuador, África y de cubanos, “personas con motivos políticos, económicos, religiosos”. Tampoco se imaginó escuchar historias “desgarradoras” que convergen en ese trajín por un mejor futuro y por la libertad. 

"Madres traumatizadas porque les violaron a sus niñas o niños delante de ellas, personas que murieron, ancianos perdidos en las corrientes de los ríos. He visto lágrimas en médicos y profesionales que forman parte de caravanas de inmigrantes y tienen que vivir los horrores que nunca pensaron”, dice.

Por su experiencia personal, Cervantes dice que la migración es un fenómeno que “no tiene a la vista una solución”. La realidad es “que muchas personas tienen miedo de decir que los Gobiernos están estrechamente vinculados con las mafias, con las organizaciones criminales en el tráfico de migrantes”.

Para el opositor desterrado, las verdaderas mafias, "las más perjudiciales", son las de “los militares, de los Gobiernos que, amparados en las leyes, detienen a los migrantes y los expolian, los humillan, los maltratan y les quitan todo para dejarlos pasar de un lugar a otro. De país en país hay que pagar una, dos, tres, cuatro veces para montar un avión, para tomar un bus. Tienen todo bien organizado para poder estafar”. 

Uno de estos negocios son los famosos paquetes de viaje que anuncian por internet donde te ofrecen “sacarte y ponerte” en cualquier país. “Todo te lo pintan bien para que aceptes y pagues. Te estimulan a salir prometiendo una vía segura”, pero lo único real es que te van a asaltar. “Te metes en una telaraña” donde te dejan solo, explica.

 

Para Jorge Cervantes, las verdaderas mafias, "las más perjudiciales", son las de “los militares, de los Gobiernos que detienen a los migrantes y los expolian”.
Para Jorge Cervantes, las verdaderas mafias, "las más perjudiciales", son las de “los militares, de los Gobiernos que detienen a los migrantes y los expolian”. / 14ymedio

Cervantes recuerda que en Panamá, “después de que pasas el poblado de Bajo Chiquito y atraviesas la selva del Darién, ahí te reciben unas personas y te dan unas jabitas con alimentos”. El activista advierte que mientras en una parte “te dan un golpe, en otro te pasan la mano”. 

Según el opositor, “esas personas que están ahí son militares que saben que te están asaltando y no hacen nada, porque ellos viven de eso”. El migrante es tratado como “una mercancía”, afirma. 

De igual manera, lamenta que “muchas personas hablan de cómo resolver el problema pero en realidad no lo quieren hacer” porque existe un negocio, que también ha llevado prosperidad a algunas zonas alejadas.

El activista cubano cuenta que en Necoclí, un municipio colombiano que prácticamente estaba en el abandono, “en este momento tiene más de 500 negocios prósperos” por ser un paso obligado para los migrantes irregulares en su tránsito hacia EE UU. Otro “paradero”  en desarrollo es Bajo Chiquito”, al que llama un “pueblo perdido" allá por la selva del Darién, donde los extranjeros “le dan vida, desarrollo y bienestar”.      

Arropado por la bandera de Cuba, Cervantes confía en que el Gobierno de Donald Trump mantenga una postura firme contra el régimen cubano, Nicaragua y Venezuela. 

El opositor, en cualquier caso, quiere para Cuba lo que muchas personas disfrutan en países libres, democráticos, “donde por expresarte no te dan golpes, no te encarcelan; donde puedes tener las condiciones para que tus hijos crezcan sanos, saludables; donde en las escuelas lo eduquen, no lo adoctrinen”. Le duele que en la Isla su familia y compañeros de lucha estén “pasando hambre, necesidad, represión, hostigamiento y muerte”.

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