Las autoridades mexicanas llevan una semana haciendo redadas contra migrantes en Chiapas y Oaxaca
El cubano Antuan Granela asegura que les cobran 500 pesos por un documento de estancia de 15 días
Ciudad de México/Cubanos, venezolanos, hondureños, colombianos, guatemaltecos y haitianos denuncian que sufren detenciones arbitrarias por parte de agentes de Migración en los estados de Chiapas y Oaxaca. En Tapachula este martes fueron “detenidos y sacados 30 migrantes” de un hotel cercano al Parque Bicentenario, por no presentar permisos de estancia, asegura a 14ymedio el cubano Antuan Granela. El acoso comenzó, dice, la semana pasada. “A algunos les cobran 500 pesos por un documento que les permite estar 15 días en el país, pero el salvoconducto para poder transitar es de 20 días y ese no lo han entregado”.
Granela y su hermano, Eridani, evitaron el arresto porque salieron a comprar alimentos. “A empujones sacaron a las mujeres, les gritaban que obedecieran o las pondrían en un vuelo para la deportación”, cuenta el cubano, que pagó 1.000 pesos para evitar que los detengan a él y a su hermano.
“Lo único que queremos es salir de Tapachula, acercarnos a la frontera de Estados Unidos en lo que llega la respuesta de la solicitud realizada por la CBP One. No queremos quedarnos en México”, dice Granela.
Luis Rey García Villagrán, activista del Centro de Dignificación Humana (CDH), afirma que “el cártel del INM” –como califica al Instituto Nacional de Migración– ha iniciado cacería en contra de los migrantes” en Tapachula. Según el activista, “tratan de detener el flujo migratorio solo para fomentar la corrupción y evitar la salida de un contingente planeada para el día 12 de diciembre”.
“El objetivo es contener al mayor número de migrantes en la zona sur del país”, asegura el abogado José Luis Pérez. “Donald Trump no quiere migrantes y el Gobierno mexicano nuevamente accede a hacer el papel de la Border Patrol. El nuevo papel será contener. El republicano no dará dinero, como lo planteó Andrés Manuel López Obrador(ex presidente de México), para amainar el flujo migratorio en países como Venezuela, Cuba, Colombia, Honduras, Guatemala”.
A 375 kilómetros de Tapachula, la caravana integrada por 2.500 migrantes, entre ellos varios cubanos, denuncia el incumplimiento de promesa por parte de Migración. El grupo se encuentra varado en La Ventosa, una región del Istmo de Tehuantepec. Erika, una de los migrantes, asegura que les prometieron llevarlos en autobuses a todos, pero “no cumplieron”.
La mujer de nacionalidad hondureña cuenta que el pasado domingo trasladaron a 90 migrantes en un autobús a un albergue del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de las Familias (DIF) estatal y, la noche del martes, a otros 20, pero “no sabemos dónde están, ni si están detenidos o están bien”.
En las oficinas de Migración estatal, una funcionaria aseguró que el lunes, el grupo de rescate Beta “trasladó a 20 mujeres con hijos, entre ellas varias cubanas, al albergue Hermanos en el Camino”, donde Médicos Sin Fronteras les atendió, aseguró, porque “varios presentaban malestares estomacales, gripe y tos”.
La funcionaria explicó, sin ofrecer el nombre, que una congregación cristiana les permitió pasar la noche en el templo a 50 extranjeros.
La presencia de extranjeros se ha intensificado también por la vía marítima. En noviembre pasado un pescador de Quintana Roo, denunció que “Isla Mujeres se está convirtiendo en un cementerio de balsas abandonadas”, que son usadas por los migrantes de la Isla para llegar a México.
Este martes una embarcación con el nombre El Leal varada entre las rocas al sur de la casa del Caracol, alertó a los pobladores. “El arribo seguramente fue en la noche y, sí, al menos por la ropa encontrada y el dinero estamos hablando de unos siete cubanos”, dice el policía municipal Dagoberto Canul a este diario.
Las llegadas ilegales vía marítima han sido denunciadas por Naciones Unidas desde 2021 en su informe Mar adentro: migrantes y náufragos en el mar. Graviel García, un cubano originario de La Habana, confirmó en 2022 a 14ymedio las salidas clandestinas desde Pinar del Río. “Nunca contacté al coyote, sí sé que cobraban 7.000 dólares, mucho para ese peligro”, dijo entonces.