"Usted no puede viajar, está regulado"

La nueva estrategia de la Seguridad del Estado consiste a impedir como sea que los opositores viajen al extranjero

Terminal 3 del Aeropuerto Internacional José Martí en La Habana. (14ymedio)
Muchos opositores sólo saben que no pueden salir del país al llegar al aeropuerto y serle comunicado en los mostradores de facturación. El importe del billete no se les devuelve. (14ymedio)
Luz Escobar

21 de junio 2017 - 15:20

La Habana/Joanna Columbié logró el sábado evadir la vigilancia alrededor de su casa en Camagüey y llegar hasta la capital para viajar a Perú, pero en el Aeropuerto Internacional José Martí le impidieron salir del país, aunque no ha cometido ningún delito. Casos como el suyo se repiten cada vez con más frecuencia contra opositores y periodistas independientes.

Prohibir la salida al extranjero se ha convertido en una modalidad represiva de la Seguridad del Estado. En la mayoría de los casos la negativa de viaje no es permanente, sino arbitraria, lo que dificulta su denuncia ante los organismos internacionales.

En enero de 2013 entró en vigor una Reforma Migratoria que eliminó el "permiso de salida" para los viajes al extranjero. En los primeros diez meses tras la aprobación de las nuevas medidas, los cubanos realizaron más de 250.000 viajes al exterior, una cifra récord comparada con los bajos volúmenes de años anteriores.

El Gobierno puede aplicar en cualquier momento algunos incisos del artículo 25 de la nueva regulación migratoria que prohíben la salida "por motivos de interés público o de seguridad nacional"

El activismo ha aumentado en estos cuatro años su presencia en foros internacionales. Decenas de opositores han logrado presentarse ante importantes auditorios de organismos como Naciones Unidas, el Parlamento Europeo, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, el Congreso de Estados Unidos o sedes de partidos políticos.

Sin embargo, el Gobierno puede aplicar en cualquier momento algunos incisos del artículo 25 de la nueva regulación migratoria que prohíben la salida "por motivos de interés público o de seguridad nacional". A los exprisioneros de la Primavera Negra que residen en la Isla solo les ha permitido viajar en una o dos ocasiones apelando a su condición de licencia extrapenal.

La nueva estrategia represiva tiene varias formas de ponerse en práctica y es difícil predecir a qué opositor le impedirán viajar y en qué momento le prohibirán subir a un avión. Puede ser obstaculizada la salida de su vivienda con un fuerte operativo, interceptado por la Seguridad del Estado el vehículo en el que se desplaza al aeropuerto o recibir la negativa de salida en la ventanilla de inmigración.

Las respuestas que obtienen los viajeros tras serles impedido el viaje pueden ser tan poco explícitas como "está regulado" o "tiene una multa pendiente", aunque en otras ocasiones es peor y solo aciertan a escuchar la repetitiva "no sabemos por qué no puede viajar". Además, las aerolíneas no devuelven el importe de los boletos que no lograron utilizar.

Este sábado, la situación escaló varios niveles cuando se impidió salir de la Isla a siete activistas, entre ellos Juan Antonio Madrazo, Marthadela Tamayo, Fernando Palacios, Jorge Amado Robert Vera, Lia Villares, Félix Yuniel Llerena y Joanna Columbié. Seis de ellos viajaban a Cancún para participar en el V Foro Regional Juventud y Democracia, además de otros foros paralelos a la sesión plenaria de la Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos (OEA).

Villares denunció a través de Twitter la prohibición de abordar el avión y comentó a 14ymedio que en la ventanilla de inmigración le dijeron que tenía "una limitante" para salir del país y que si quería reclamar se dirigiera "al Edificio C en la Plaza de la Revolución, donde radica la oficina de Atención a la ciudadanía".

Las dilaciones y enredos burocráticos son comunes también en estos casos. Los activistas afectados denuncian que pierden innumerables horas en descifrar el motivo por el que no se les permite salir de la Isla y pocas veces reciben una notificación oficial por escrito sobre las razones.

Con pocas esperanzas, este lunes Villares estuvo en el lugar que le indicaron y fue atendida por un oficial que se identificó como el Mayor Ariel, quien le aseguró que "a los del aeropuerto le gusta pelotear a la gente" y la remitió a su vez a las oficinas de la DIE (Dirección de Inmigración y Extranjería) en calle 20 entre 5ta y 7ma, en Playa.

Dispuesta a reclamar su derecho a viajar, la también bloguera se reunió con una oficial del lugar que quiso saber la razón por la que viajaba con frecuencia y le aseguró que informaría de su caso a "la jefatura". Villares debe esperar entre 30 y 60 días hábiles para obtener una respuesta.

Un caso similar al de Joanna Columbié, quien estaba invitada a participar en el curso Juventud, participación y derechos: Herramientas para analizar y promover el diálogo sobre la situación de los jóvenes, en Lima del 16 al 26 de junio, según detalla la web del Movimiento Somos+.

En la ventanilla de inmigración del aeropuerto de La Habana, la directora de la Academia 1010 fue retenida durante varios minutos y después conducida por un supervisor a una oficina. "Usted no tiene permiso de salir del país", le informó el oficial, quien solo explicó que la base de datos que utiliza la DIE "la da como regulada".

Este mismo sábado, la activista de la plataforma #Otro18, Marthadela Tamayo, fue al aeropuerto junto a su colega Fernando Palacios y, después de hacer el chequeo de los boletos, un oficial de inmigración les dijo que no podían viajar.

Tras ser apartados de la fila, ambos fueron llevados a una oficina donde se les leyó un documento que ampara a los oficiales de inmigración para impedirles viajar, pero no les entregaron una copia. Tampoco les precisaron cuánto tiempo durará la prohibición de salir.

En el caso de Juan Antonio Madrazo la estrategia usada fue interceptarlo a la salida de su vivienda. Un oficial de la Seguridad del Estado y un patrullero lo esperaron en los bajos de su casa para detenerlo y lo trasladaron a la Unidad de la Policía de Zapata y C, en el Vedado.

Invitado también a los foros paralelos a la reunión de la OEA, el activista Jorge Amado Robert Vera fue detenido en La Habana cuando se dirigía a la embajada de México para buscar su visado. Después de un arresto de más de dos días fue deportado a Santiago de Cuba, la ciudad donde reside.

A los arrestos, las confiscaciones de pertenencias personales, el allanamiento de sus viviendas y la imposición de cargos judiciales, ahora se suma la prohibición oficial contra el derecho a viajar de los opositores.

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