La continuidad del triunfalismo

La Habana/El último día del año 2021 los directivos del mercado del Ejército Juvenil del Trabajo (EJT) de la calle Tulipán sorprendieron a sus habituales con un mural en relieve que reproduce un viejo ícono del triunfalismo: la imagen de un campesino portando un suculento racimo de plátanos extraída del dorso de los billetes de 20 pesos en circulación.

Lo curioso es que dicha imagen ya aparecía en los billetes de los años 90 con el rótulo de "Programa alimentario" y en los actuales el pie del grabado dice "Desarrollo Agrícola". Acompañan al guajiro, en ambos casos, unos surcos que se pierden en el infinito y unas combinadas cañeras en plena faena.

Sin ánimo de pedanterías esteticistas y sin pretender que detrás del inocente mural esté la mano peluda del aparato ideológico, la reproducción del recolector de plátanos a las puertas de un mercado ofrece señales de que se sigue proyectando la misma visión triunfalista de un Estado controlador que "garantiza" la alimentación al pueblo.

Poco importa que los plátanos que venden del otro lado de este portón ya no son aquellos "microjet" de los 90 que hacían saltar la grasa en la sartén por su desmesurado contenido de agua; menos importa que el precio se haya multiplicado hoy por diez, desde la última emisión de aquellos billetes.

Allí está con su leve y sudorosa sonrisa este campesino al que han amulatado en el artístico empeño y al que, sin ocultas intenciones ideológicas, le pasaron el racimo de la mano izquierda a la derecha. Cosas del diseño.

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