El coronavirus mata tanto en Cuba como en el resto del mundo
Los datos científicos desmienten la propaganda oficial, que atribuye a los fármacos cubanos una eficiencia superior a los de otros países para salvar a los contagiados
Nueva York/Los datos científicos desmienten la propaganda oficial, encabezada por el propio Miguel Díaz-Canel, que atribuye a los fármacos cubanos una eficiencia superior a los del resto del mundo para salvar a los enfermos de covid-19.
El 22 de mayo de 2020 se le oyó decir por primera vez en público al presidente cubano una frase que luego él y su Gobierno repitieron como si fuera una conclusión científica, pero que en realidad se convirtió en un eslogan más propio de la mercadotecnia al servicio de propósitos políticos y de propaganda.
La frase fue pronunciada durante un encuentro con científicos y expertos cubanos que trabajan en la búsqueda de un tratamiento contra el covid-19: "Mientras en el resto del mundo el 80% de los pacientes graves y críticos muere, la ciencia y la medicina cubana han salvado el 80% de los pacientes críticos y graves contagiados por el virus Sars-CoV-2".
Luego fue repetida en la conferencia virtual Economía Pospandemia del ALBA y citada en un artículo titulado "Gestión gubernamental y ciencia cubana en el enfrentamiento a la Covid-19", firmado a cuatro manos por Díaz-Canel y Jorge Núñez Jover, Presidente de la Cátedra de Ciencia, Tecnología y Sociedad de la Universidad de La Habana.
Fuera de ser un eslogan, la frase se ha consolidado como una especie de branding, una de las tantas estrategias publicitarias del sistema cubano de salud pública
La frase que fue recogida también por Marcelino Medina, viceministro primero de Relaciones Exteriores, mereció las portadas de los periódicos Granma y Cubadebate y apareció en muchas de las páginas y cuentas oficiales del Gobierno de La Habana.
Fuera de ser un eslogan, la frase se ha consolidado como una especie de branding, una de las tantas estrategias publicitarias del sistema cubano de salud pública.
En un momento en que la exportación de servicios médicos es una de las fuentes principales de ingresos para el país, mostrar la eficacia de su sistema de salud es también una forma de atraer clientes para las brigadas médicas y compradores para los productos farmacéuticos cubanos.
Pero la afirmación del presidente cubano es engañosa. Ni fuera de Cuba la letalidad de la covid-19 es tan alta, ni hay muchos elementos para pensar que la medicina cubana está salvando a los pacientes que morirían en otros países.
Además, que en el resto del mundo muere el 80% de los pacientes de covid-19 en estado grave o crítico no es verdad. En un principio sí se consideró que la mortalidad entre los pacientes que tenían que ser conectados a ventiladores o eran internados en unidades de cuidados intensivos era muy alta.
Que en el resto del mundo muere el 80% de los pacientes de covid-19 en estado grave o crítico no es verdad
Estas cifras, no obstante, resultaron ser más benignas pues a medida que ha avanzado la pandemia, se ha conocido más acerca del virus, se ha tratado mejor por parte de los médicos y se han publicado estudios que calculan que la mortalidad en estos casos es considerablemente menor de lo que se pensaba.
Que en Cuba sobreviva el 80% de los contagiados graves o críticos, por el momento, no se puede corroborar porque las autoridades no han difundido los informes que permitirían hacerlo.
Sin embargo, datos publicados en investigaciones científicas cubanas muestran que la cifra de los recuperados que menciona Díaz-Canel es distinta ya que, hasta el 17 de junio, habían fallecido entre el 26 y el 63% de los ingresados en cuidados intensivos.
Francisco Durán García, director nacional de Epidemiología, dijo en mayo que el Ministerio de Salud Pública utilizaba "en pacientes graves diferentes fármacos que han probado su efectividad para combatir este grave padecimiento".
Por el momento, estos tratamientos solo se han sometido a ensayos clínicos preliminares porque las muestras que han realizado son muy limitadas y sus resultados no han sido revisados por pares independientes que puedan dar la certeza de que son estudios serios.
Según los datos oficiales, al comienzo de octubre, el virus había causado una letalidad del 2% en el país. Murieron de la enfermedad dos de cada 100 infectados confirmados. En ese momento, el promedio mundial era de tres de cada 100. Esto pone de relieve que Cuba no ha contado con un tratamiento contra el nuevo coronavirus más eficaz que el de otros países de la región y del mundo.
Por el momento, estos tratamientos solo se han sometido a ensayos clínicos preliminares porque las muestras que han realizado son muy limitadas y sus resultados no han sido revisados por pares independientes
En agosto, un grupo de científicos cubanos publicó un artículo que incluía datos que no se habían revelado antes sobre los casos de covid-19 en el país. El estudio trata sobre la eficacia de un fármaco llamado Heberon (Interferón Alfa 2b), que se probó en la mayoría de los pacientes confirmados en todo el país hasta el 17 de junio: un total de casi 2.300 personas.
Los datos muestran que la mortalidad en los pacientes graves o críticos pertenecientes a un grupo de personas más jóvenes y con menos enfermedades de base u otros factores de riesgo, fue del 26%. Sin embargo, en otro grupo, con personas de más edad y peor salud, falleció el 63% de ellos. En ninguno de los dos grupos se alcanzó una supervivencia del 80%.
Desde que se realizó este estudio, se ha doblado el número de casos de covid-19 en el país, por lo que estas cifras han podido cambiar.
Las afirmaciones de Díaz-Canel sobre una supervivencia del 80% en pacientes críticos presuntamente parecen ser el reflejo de los resultados del ensayo de dos medicamentos cubanos, probados en el sistema de salud durante la pandemia: Jusvinza e Itolizumab.
Aunque al comienzo de la enfermedad los medios estatales exaltaron los beneficios de medicinas de producción nacional como el Interferón Alfa 2b o la Biomodulina T para tratar a pacientes de covid-19, desde finales de mayo son Jusvinza e Itolizumab los fármacos más promocionados por las autoridades.
Ambos fueron desarrollados originalmente para otras enfermedades como la artritis reumatoide o la psoriasis y su objetivo es reducir la llamada "tormenta de citocinas" o la sobrerreacción del sistema inmune que provoca una inflamación masiva y causa la muerte a algunos de los infectados por coronavirus.
Pero ni Jusvinza ni Itolizumab han atravesado todas las pruebas necesarias para evaluar si son realmente efectivos. No han sido probados en grupos grandes de personas o en estudios con grupos de control. Sobre el presunto éxito de Jusvinza en los casos graves o críticos de covid-19 solo existe una publicación oficial en una revista científica.
Pero ni Jusvinza ni Itolizumab han atravesado todas las pruebas necesarias para evaluar si son realmente efectivos. No han sido probados en grupos grandes de personas o en estudios con grupos de control
El supuesto estudio, liderado por la doctora Domínguez Horta, expone que el medicamento se probó en abril en 16 personas, 11 de ellas críticas y cinco graves. Dos de ellas murieron, pero no por covid-19, sino por infecciones que contrajeron en el hospital, dijeron los científicos.
Sobre el uso de Itolizumab se han realizado dos publicaciones. En la primera, se describe una investigación realizada con un grupo de 24 personas, del que solo 13 eran pacientes graves o críticos, a pesar de que este medicamento se ha anunciado como especialmente dirigido a los enfermos de covid-19.
En el artículo, solo se habla de la mejora de la inmunidad de los pacientes, pero no se menciona una posible reducción de la letalidad de la enfermedad ni si alguno de los participantes murió.
La segunda investigación ofrece algún detalle más, pero, en este caso, ninguno de los participantes en el ensayo fue calificado de grave o crítico. Eran 19 personas, todas mayores de 64 años, que fueron descritas como "moderadamente enfermas". Un 60% de ellas no necesitaba asistencia alguna para respirar, y solo la mitad tenía algo de fiebre al comienzo del ensayo. De ellas, finalmente una murió (el 5%).
Ninguna de estas investigaciones ha sido sometida aún a revisión de pares ni verificación independiente. Normalmente, para que un medicamento sea aprobado atraviesa tres clases de estudios. En las dos primeras, se determina si realmente cura y si causa algún daño a la salud o efectos secundarios. En la tercera, se prueba de manera masiva y sus resultados se comparan con los dos de otro grupo al que se le suministra un placebo.
Normalmente, para que un medicamento sea aprobado atraviesa tres clases de estudios. En las dos primeras, se determina si realmente cura y si causa algún daño a la salud o efectos secundarios
Hasta el comienzo de octubre, con algo más de 5.300 casos positivos y 123 fallecidos, el país registraba una tasa de letalidad del 2%, muy similar a la de países vecinos como Costa Rica, Panamá, República Dominicana, Puerto Rico, Paraguay, Uruguay y Jamaica.
Salvo Perú, Bolivia, Ecuador y México, en todos los países de la región han muerto menos de cuatro de cada 100 casos confirmados.
Estados Unidos, que ha hecho siete veces más pruebas por cada 1000 habitantes que Cuba, y por tanto es posible que haya detectado más positivos, ha tenido desde agosto una letalidad cercana a la de Cuba. Hasta comienzos de octubre, en Estados Unidos habían muerto 2,8 de cada cien pacientes.
Esto pone de relieve que, a pesar de los esfuerzos oficiales por promover la industria farmacéutica cubana, el sistema de salud del país no ha contado con mejores tratamientos anti covid-19 que otros países.
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