Cuba no necesita la inversión de EE UU para desarrollar su economía
Facilitar la inversión de los capitales internos, reorganizar las del Gobierno y favorecer las de los emigrados permitiría la autosuficiencia
Miami/En un artículo anterior señalaba que la política económica del actual Gobierno cubano de obstaculizar la economía privada ‒la asociada y las inversiones de emigrados‒ y favorecer la inversión extranjera, principalmente estadounidense, podría llevar a Cuba a una situación de anexionismo virtual a EE UU si se permiten la inversión y la contratación libres, algo que no parece dispuesto a asimilar el sistema estatal-socialista.
Pero, ¿tendría que ser necesariamente así para que se pudiera desarrollar el país? ¿Tendría Cuba que depender de EE UU y la inversión extranjera en general?
Mi respuesta clara es no. Cuba sí necesita inversiones y mercado internacional para su desarrollo, pero no precisa depender de las inversiones norteamericanas ni del capital extranjero para desarrollar su economía.
El análisis de estos cuatro elementos básicos sugiere que Cuba podría resolver sus necesidades de inversión sin tener que acudir al capital propiamente estadounidense o extranjero en general, como sugieren el Gobierno, economistas oficialistas cubanos y otros que no imaginan a la Isla sino sujeta a EE UU.
1. Debido a la falta de transparencia en los datos económicos del Gobierno no se sabe si está invirtiendo lo que pudiera y debiera, cuánto se está guardando en las arcas de la burocracia a todos sus niveles, cuánto se dilapida en la mala economía paternalista-populista, ni a dónde va a parar ese dinero. Existe tal falta de transparencia sobre los ingresos y egresos de la nación que nadie se explica por qué habiendo tantas entradas por impuestos de todo tipo, remesas, servicios médicos y profesionales, o por turismo, la inversión nacional es tan baja.
Un cambio de la actual hipercentralización al control democrático de los ingresos y el presupuesto debería arrojar la existencia de un enorme capital actualmente malgastado
Un cambio de la actual hipercentralización al control democrático de los ingresos y el presupuesto debería arrojar la existencia de un enorme capital actualmente malgastado que pudiera aumentar el monto a invertir, desde los propios recursos de la nación. Pensemos en la necesaria reducción de las Fuerzas Armadas, del aparato de la Seguridad del Estado, del enorme servicio exterior, de la gran burocracia apoltronada en todos los ministerios y sus dependencias provinciales y municipales, de los aparatos de divulgación y propaganda y de los costos del sistema de organizaciones de la "dictadura del proletariado". ¿Cuánto dinero podría liberarse para inversiones con esas reducciones?
2. Existen dentro de Cuba enormes fortunas que no despliegan sus posibilidades por las limitaciones actuales y el miedo a ser intervenidas. Si se garantizara por ley la inviolabilidad del capital y la propiedad privada legalmente adquiridas y se establecieran claras relaciones de libre comercio, esos capitales internos podrían desarrollarse, generar banca privada para facilitar préstamos a emprendedores privados y asociados, importar medios y recursos necesarios para el desarrollo interno y realizar movimientos y asociaciones económicas para potenciar sus posibilidades. Hay cálculos imprecisos de que existen varios miles de millones de dólares, CUC y CUP guardados en bancos y colchones a la espera de cambios en Cuba.
3. Según distintas fuentes, Cuba está recibiendo entre 3.000 y 5.000 millones de dólares anuales por concepto de remesas. Buena parte de esos ingresos se están invirtiendo en negocios privados y otra parte en usar los servicios que generan. De manera que existe una predisposición positiva en la diáspora a apoyar las microempresas con microinversiones. Si se dieran en Cuba condiciones para el desarrollo del libre emprendimiento, esos pequeños capitales podrían crecer enormemente, multiplicarse y ampliarse en pocos años.
4. Existe un gran capital en manos de cubanoamericanos en EE UU, una parte del cual estaría dispuesto invertir en Cuba si un nuevo sistema de leyes, en un Estado de derecho, garantizara la propiedad privada y el libre mercado, independientemente de un postrer análisis sobre nacionalizaciones y compensaciones. Por su origen cubano y algunos por sus vínculos históricos con sectores específicos de la producción en la Isla, estarían en mejores condiciones que cualquier capital foráneo para imbricarse con la economía cubana e impulsar su desarrollo. Ellos traerían capital, técnicas, conocimiento, mercado y sistemas de transportación.
La interactuación de esos cuatro factores posibilitaría una economía autosuficiente, lo cual no debe confundirse con el disparate de una economía autárquica
Así, con solo facilitar la inversión de los capitales cubanos acumulados internamente, reorganizar las del Gobierno y favorecer las de los emigrados ‒grandes, medianos y pequeños‒ con plenas garantías, Cuba podría recibir una gran inyección de capitales de origen nacional, capaz de cambiar el panorama económico en unos pocos años.
No serían necesarias las inversiones propiamente estadounidenses o extranjeras en general. No se tendría que crear ninguna dependencia del gran capital norteamericano. No sería necesario ser anexados virtualmente a EE UU. Se comerciaría con EE UU como con el resto del Caribe, del continente americano y el mundo.
La interactuación de esos cuatro factores posibilitaría una economía autosuficiente, capaz de generar medios y recursos propios para resolver las necesidades de la población con productos nacionales, intercambiados o adquiridos en el mercado internacional. Lo cual no debe confundirse con el disparate de una economía autárquica que intente sobrevivir sin mercado externo.
Cómo lograrlo será tema de otro artículo.