Por qué tienen a Daniel Llorente en Mazorra
Miami/¿Por qué la Seguridad del Estado tiene en el hospital psiquiátrico de Mazorra y no en otro hospital o una prisión cualquiera a Daniel Llorente, el cubano que “abrió” el desfile del 1ro de Mayo con una bandera de Estados Unidos?
Al parecer, hay dos razones fundamentales.
1- Tenerlo en Mazorra tiene como fin presentarlo a la opinión pública como un demente que necesita tratamiento psiquiátrico. De esa manera se evitan, públicamente, tratarlo como un clásico preso político en una prisión, algo que “enaltecería” a Llorente, nacional e internacionalmente, y complicaría su caso porque su acto fue simplemente enarbolar la bandera de EE UU, un país con el que Cuba tiene relaciones diplomáticas.
Algo que, para muchos artistas, fue un performance, un acto del Arte Útil. El enmazorrado no agredió físicamente a nadie, no puso ninguna bomba, no esgrimió ningún arma de fuego o punzocortante. Por lo que hizo no se le podría encarcelar en ningún país del mundo. Es mejor decir que está loco.
2- En ese hospital se utiliza la “terapia” del electroshock, aplicación de una o varias descargas eléctricas al cerebro, que pueden traer diversas consecuencias, entre ellas, destruir la voluntad del individuo y borrarle de su mente información pretérita. Desde mediados del siglo pasado hay un rechazo mayoritario al uso de este tipo de “terapia”, célebres por su utilización en las clínicas de Stalin para trastornar mentalmente a los disidentes.
Llorente está a expensas de ser tratado con electroshocks en cualquier momento, para tratar de demoler su voluntad que ha resultado en un gran peligro para el Gobierno cubano
En Mazorra, Llorente está a expensas de ser tratado con electroshocks en cualquier momento, para tratar de demoler su voluntad que ha resultado en un gran peligro para el Gobierno cubano.
Su acto público de correr con la bandera de EE UU arrancando y por delante del desfile del 1 de Mayo fue una noticia que conmovió al mundo y que, en cierta forma, representó las ansias libertarias de muchos cubanos que tienen a ese país como paradigma de libertad, democracia y bienestar, más que un acto anexionista, como lo calificó la dictadura militar en el poder.Simple, dos millones de cubanos que decidieron establecerse en EE UU ante las barbaridades del fidelismo; los cientos de miles de cubanos que han arriesgado y perdido sus vidas en el Estrecho de la Florida y en las selvas americanas, los otros tantos que se apuntan en el sorteo de visas y los muchos miles que esperan a ser reclamados por sus familiares, demuestran elocuentemente que un alto por ciento de los cubanos quisiera que en Cuba existieran las libertades económicas y políticas que existen en el país vecino y aspiran a que los cubanos de la Isla vivan con las comodidades y el nivel de vida del pueblo estadounidense.
Además, nuestras guerras por la independencia de España y la independencia misma quedaron marcadas por la intervención de EE UU, a solicitud de los patriotas cubanos, y hay una relación histórica que no es posible negar: durante el siglo XIX y buena parte del XX, EE UU fue un referente político, económico y social para la mayoría de los cubanos, igual que para el resto de América y el mundo occidental.
Su acto público de correr con la bandera de EE UU representó las ansias libertarias de muchos cubanos que tienen a ese país como paradigma de libertad, más que un acto anexionista, como lo calificó la dictadura militar en el poder
El enfrentamiento “antiimperialista” dirigido únicamente contra EE UU, que sirvió al fidelismo para tratar de justificar sus políticas antidemocráticas internas y el acercamiento a la URSS, generó una ambivalencia que terminó con una aproximación deseada por Gobierno y gobernados cubanos, en la administración Obama, y que finalmente obstaculizó la cúpula mandante, por temor a una anexión virtual, que ella misma se ha encargado de fomentar con tanto rechazo al vecino del Norte.
No hay información concreta que permita saber si Llorente ha sido ya tratado o no con electroshocks, pero esta posibilidad existe; hay que divulgarla internacionalmente y solicitar protección para él en los organismos internacionales de derechos humanos, para evitar que sea sometido a dicho tratamiento.
En Llorente se quiere matar a las ansias libertarias de muchos cubanos, su osadía, su irreverencia hacia las figuras que gobiernan ya por cerca de 60 años, sin someterse al escrutinio democrático. ¡Basta de abuso contra la oposición y la disidencia!