El deporte nacional
Del hambre que tiene el pueblo y las fugas de la Isla, las décimas de esta semana
Nueva Jersey/El deporte nacional
en Cuba no es la pelota,
sino luchar la compota,
el biberón, el pañal,
la ropa y el delantal
que se pondrá la criatura
recién nacida a esta altura
de un juego que no termina,
mas cuyo fin se avecina.
El deporte predilecto
de toda la población:
que castiga el intelecto.
No importa a dónde el trayecto
de la fuga se dirija.
Lo que quepa en la valija
será el único equipaje.
Adiós, atleta, ¡buen viaje!
El deporte preferido
de la población cubana,
muy practicado en La Habana
–mal que le pese al Partido–,
es partir a hacer el nido
con la mirada anhelante,
como el canario amarillo,
con un peso en el bolsillo,
bien lejos del Comandante.
El deporte que practica
luego de hacerse el café,
es soñar con Dominica,
Puerto Rico, Costa Rica,
México, España, Argentina,
Jamaica o la Conchinchina.
Sus medallas verdaderas:
escapar, cruzar fronteras,
como un sueño que camina.
El deporte imprescindible
en Cuba es la sobrevida.
Salir a buscar comida
Todo se ha hecho inaccesible
para el pueblo malnutrido,
y mientras tanto el Partido
se entretiene en reprimir,
aterrar y repetir
El deporte que florece
en Cuba cual calabaza
es el terror, la amenaza,
es ese miedo que crece
en un pueblo que merece
mejor futuro y destino,
mejor pan y mejor vino...
Ese temor visceral
es culpa del General
Saltó la valla un vallista;
se escabulló un pelotero
con fama de jonronero;
huyó una jabalinista;
se fugó un ajedrecista
que agarró su pasaporte
y pidió asilo en el Norte;
se fue a nado un nadador
rumbo a un futuro mejor...
En fin, ¡que ganó el deporte!
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