¿Qué hay detrás de las pequeñas empresas "privadas" en Cuba?
Las pesquisas indican que sirven al régimen como una forma de obtener dinero a través de las compras realizadas por exiliados, destinadas a sus familiares en la Isla
Miami/Hemos sido testigos de un crecimiento aparente de las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) en Cuba, un programa presentado por el régimen como un supuesto paso hacia la libertad económica y el desarrollo. Sin embargo, detrás de la fachada se esconde una realidad mucho más compleja.
El régimen de La Habana está haciendo un esfuerzo visible por mostrar una apertura económica al mundo –especialmente a la Unión Europea–, de la que se lucra constantemente, mientras ejerce un control absoluto sobre las empresas para su conveniencia. Es evidente que la dictadura comunista necesita más recursos y apoyo internacional, y las mipymes son un medio para lograrlo.
¿Qué hay detrás de empresas aparentemente independientes?
Según investigaciones y declaraciones de diversos expertos, existe un entramado alrededor de las mipymes: habrían sido creadas por altos funcionarios del régimen, familiares o amigos, bajo la égida militar. Algunas se han registrado en países como Panamá y Canadá.
Uno de los casos más llamativos es el del espía cubano Gerardo Hernández, ahora coordinador nacional de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR). Se ha señalado que Hernández es "padrino", si no dueño, de una de las empresas privadas que operan en Cuba, un hecho que pone en entredicho su autonomía, y su clara conexión con el aparato estatal. Este es solo uno entre decenas de casos.
Es fundamental que la comunidad internacional siga investigándolas y cuestionándolas. Debe garantizarse que no se conviertan en una herramienta adicional del régimen
Además, las acusaciones de que las mipymes han sido utilizadas para adquirir propiedades de alto valor en el extranjero a través de paraísos fiscales son motivo de preocupación. No pueden ser en vano las dudas sobre el destino de los recursos generados por estas empresas y si están siendo utilizados en beneficio del pueblo cubano. La respuesta es no.
La directora de la plataforma digital ADN Cuba, Gelet Fraguela, ha expuesto públicamente el entramado durante una rueda de prensa organizada en Miami por la Asamblea de la Resistencia Cubana.
Las pesquisas indican que sirven al régimen como una forma de obtener dinero a través de las compras realizadas por exiliados, destinadas a sus familiares en la Isla. De esta forma, el régimen se capitaliza, en medio de la profunda crisis que afronta desde hace décadas.
El propósito detrás de estas mipymes parece ser la apertura de cuentas en bancos estadounidenses, para luego solicitar créditos a nombre de tales empresas. Sin embargo, esto genera preocupaciones adicionales, ya que podría llevar a una presión indebida sobre los bancos para utilizarlos como lobistas y que terminen pidiendo la eliminación del embargo.
Las mipymes en Cuba plantean muchas más interrogantes. Por tanto, es fundamental que la comunidad internacional siga investigándolas y cuestionándolas. Debe garantizarse que no se conviertan en una herramienta adicional del régimen para mantener su control sobre la economía cubana y evadir sanciones internacionales.
Una apertura económica genuina y la libertad empresarial en Cuba son deseables, pero en un gobierno democrático, que, como sabemos, no existe en la Isla desde 1959. Lo ideal sería que estas iniciativas estén en manos de emprendedores reales y no sean utilizadas como una estrategia para obtener recursos económicos y más poder. Es hora de que Estados Unidos abra sus ojos ante esta realidad.
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Nota de la Redacción: Orlando Gutiérrez-Boronat es coordinador de la Asamblea de la Resistencia Cubana.
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