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Elecciones parciales 2015: una vieja con colorete

Cartel de las elecciones parlamentarias 2008. (CC)
Miriam Celaya

19 de enero 2015 - 10:30

La Habana/La primavera próxima se celebrará en Cuba el primer proceso eleccionario tras el anuncio del restablecimiento de relaciones con el enemigo imperialista. Todo indica que las autoridades de la Isla se aprestan para superar la prueba del maquillaje democrático que deberán lucir para crear una impresión de cambios positivos. Para ello se apresuran a crear sus propios mecanismos de "homologación" con los sistemas democráticos de la región.

Si el presidente estadounidense quiere ver cambios democráticos en Cuba, los tramoyistas del régimen están trabajando en eso. A fin de cuentas ya lo ha dicho el viejo refrán popular: no basta ser la mujer del César; es preciso, además, aparentarlo. Aunque los cubanos sepamos que las innovaciones traídas de la mano del mismo gobierno que cercenó las libertades cívicas son solo un remedo de esos viejos edificios derruidos y mal reparados, para prolongar inútilmente su vida, y que en el argot popular solemos llamar "viejas con colorete".

El pasado 5 de enero la prensa oficial cubana publicó la convocatoria del Consejo de Estado a las elecciones parciales, "conforme a lo establecido en la Constitución de la República y en la Ley No. 72 de 29 de octubre de 1992", proceso en el cual se "elige" a los delegados a las asambleas municipales del Poder Popular para un "mandato" de dos años y medio, susceptible de revocación.

Un día después quedaron acreditados los 17 integrantes de la Comisión Electoral Nacional, quienes tomaron posesión de sus cargos y recibieron las acreditaciones correspondientes. Ellos deberán "organizar, dirigir y validar los actos electorales".

El periódico Granma informó del inicio de un "proceso político y de fortalecimiento Aniversario 55 de los CDR", a nivel municipal, como parte del cual se celebraron "asambleas a nivel de consejo popular" el día 8 de enero, y el día 12, se realizaron "en todas las zonas cederistas". Dicho proceso asambleario perseguía "mejorar el funcionamiento de las estructuras de dirección de los CDR", desde los niveles de base –en cada cuadra– hasta los comités de zona y municipales, y en el mismo marco se evaluaron "las condiciones de las personas que ocupan cargos en los diferentes niveles de dirección". Según expresó el coordinador nacional de los CDR, Carlos Rafael Miranda Martínez, este proceso tuvo entre sus objetivos "contribuir a apoyar el proceso eleccionario y la incorporación de jóvenes".

Las campañas electorales y los partidos políticos están expresamente prohibidos, pero de facto es el PCC el que dirige realmente el proceso eleccionario

El proceso tendrá lugar el 19 de abril de 2015 para una primera vuelta, en tanto el día 26 del mismo mes se realizará la segunda vuelta "en aquellas circunscripciones en que ninguno de los candidatos haya obtenido más del cincuenta por ciento de los votos válidos emitidos".

La Ley Electoral vigente en Cuba establece que cualquier ciudadano puede ser propuesto como candidato a delegado mediante votación a mano alzada en las asambleas de cada circunscripción, y someterse a votación popular en las urnas para ejercer dicho cargo. Las campañas electorales y los partidos políticos están expresamente prohibidos, por lo no es requisito obligatorio que los delegados y diputados pertenezcan al partido comunista, pero de facto es el PCC el que dirige realmente el proceso eleccionario y el que gobierna en el país, por tanto, todos los niveles de gobierno del poder popular se subordinan a él. De hecho, la militancia al partido suele ser un mérito relevante a la hora de proponer un candidato a delegado.

En el escueto proceso de propuesta, selección de candidatos y votación para delegados de circunscripción en los colegios electorales se agotan todas las "posibilidades democráticas" de los cubanos, que están privados de la capacidad legal para elegir, no ya al Presidente que habrá de gobernar el país por un período razonablemente definido, sino que tampoco podrán optar de forma directa por el gobernador de su municipio, de su ciudad o de la provincia en que residen.

El "delegado" constituye así el exponente vivo del principio y el fin del poder ciudadano (popular) en la Isla. De esta forma, desde la propia implementación del primer sistema electoral revolucionario, establecido en 1976, los cubanos solo han votado por un simple representante de circunscripción –apenas la porción de un barrio– cuya función radica principalmente en recibir las quejas de sus electores y transmitir a éstos las decisiones u orientaciones que dimanan de la Asamblea Municipal. Hasta ahí las atribuciones y poderes de electores y elegidos a nivel de base.

La posible prohibición de utilizar a los pioneritos como los agitadores que suelen enviar los presidentes de los colegios electorales a las casas de los ciudadanos para que acuden a las urnas

A pocos días de la convocatoria a elecciones parciales para abril de 2015, en la capital han comenzado a impartirse seminarios a los llamados "tríos" –compuestos por tres individuos, militantes del Partido Comunista, supeditados al comité municipal del PCC–, que son los encargados de conducir y controlar el proceso electoral de base.

En estos seminarios los tríos están siendo instruidos de las nuevas directrices que comenzarán a aplicarse en las elecciones cubanas, cuyo dato más significativo es la incorporación de dos nuevas figuras: el observador y el supervisor, dato éste que no ha sido revelado aún en los medios oficiales, como tampoco se ha informado a los seminaristas cuáles serían las organizaciones encargadas de observar y supervisar los comicios para validar su transparencia.

En este punto solo podríamos especular sobre la posibilidad de que el gobierno cubano solicite la presencia de observadores de organismos aliados, tales como la CELAC o el ALBA, puesto que Cuba no es miembro de la Organización de Estados Americanos –institución que cuenta con mecanismos propios para tales efectos– y esto le permite al Gobierno de la Isla evadir la supervisión directa de entidades más exigentes en materia de democracia.

Otro detalle de estas elecciones será posiblemente la prohibición de utilizar a los pioneritos como los agitadores que suelen enviar los presidentes de los colegios electorales a las casas de los ciudadanos para que acuden a las urnas, una práctica orientada desde las direcciones municipales del PCC a cada mesa electoral y que se ha mantenido desde el establecimiento del sistema.

"En estas elecciones no se podrá presionar a los electores para que vayan a votar y cerrar el colegio temprano", indicó esta semana el instructor de un seminario dirigido a un nutrido grupo de tríos del municipio Centro Habana. También hizo referencia implícita a la coacción que se ha ejercido sobre el electorado –que muchas veces vota para no "señalarse", para no perjudicar a los suyos, o cuyos sectores menos instruidos creen que votar es un ejercicio obligatorio– cuando expresó que "cada elector se presentará cuando así lo estime, y tampoco se debe presionar para forzarlos a que acudan a votar. Si vienen 10, pues serán 10. Los que sean; nadie está obligado a votar".

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