Los excarcelados siguen siendo rehenes del régimen cubano

Grupos terroristas, como Hamás, aprendieron de la dictadura cubana el arte de secuestrar para tener siempre presos de los cuales sacar provecho

Los almacenes estarán siempre llenos de rehenes para conseguir algún provecho.
Los almacenes estarán siempre llenos de rehenes para conseguir algún provecho. / EFE
Mario Félix Lleonart Barroso

18 de enero 2025 - 18:04

Washington/La excarcelación de prisioneros en Cuba en enero de 2025 como parte de una negociación con la Administración de Joe Biden me lleva por asociación a aquella otra de octubre de 1980. Entonces, EE UU se movía en el péndulo entre Carter y Reagan, ahora entre Biden y Trump. Y en Cuba, como dijera Augusto Monterroso en su cuento más corto: "Cuando desperté, el dinosaurio todavía estaba allí."

Han pasado 45 años: mientras en EE UU los presidentes y las administraciones cambian, en Cuba se mantiene la misma dictadura platanera, aferrada al poder, y con sus mismos vicios y mañas, especializada en el negocio de utilizar a la gente llana y sencilla del pueblo como fichas de cambio. Grupos terroristas, como Hamás, aprendieron de la dictadura cubana el arte de secuestrar para tener siempre rehenes de los cuales sacar el mejor partido.

En la excarcelación de 1980 salieron 3.900 presos políticos, muchos de los cuales habían estado detrás de las rejas desde 1959. La liberación fue el resultado de meses de negociaciones entre el Gobierno cubano y la Administración de Carter. Esta vez apenas han prometido 553 presos, y en su salida se evidencian las traquimañas del Gobierno cubano, acostumbrado a pasar gato por liebre con golpes de efecto, como excarcelar a presos de renombre como José Daniel Ferrer o el pastor Lorenzo Rosales.

Algunos habían cumplido o estaban a punto de cumplir sus sentencias; otros se encontraban ya en casa bajo licencia extrapenal

Algunos habían cumplido o estaban a punto de cumplir sus sentencias; otros se encontraban ya en casa bajo licencia extrapenal y los han visitado para ofrecerles libertad condicional e incluirlos en la lista. Así sucedió con el profesor Pedro Albert, quien, a riesgo de volver a la cárcel, no aceptó la propuesta de cambiar la licencia extrapenal, que por cuestiones serias de salud le permite estar en su casa, por una libertad condicional para ser incluido en la lista. 

Total, ¿qué significan para la dictadura cubana 553, si igual van a seguir presos bajo licencias extrapenales o libertades condicionales? Capturar a otros 553 es para el régimen un mero deporte.

Son frecuentes estas supuestas amnistías, que distan mucho de serlo realmente. Los almacenes estarán siempre llenos de rehenes para conseguir algún provecho. Más recientemente hubo otras, como la pedida por el papa Juan Pablo II en el marco de su visita a Cuba en enero de 1998. Entre los excarcelados tuve a un familiar, mi tío materno, Irelio Barroso, un héroe para mí, quien había sido condenado a 12 años de prisión en 1994, y que a la llegada del Papa se había declarado en huelga de hambre, y de no ser excarcelado habría muerto. 

Luego fue la amnistía de 2010 (126 excarcelados), tras la muerte del preso Orlando Zapata Tamayo, y la de 2012 durante la visita del Papa Benedicto XVI, y la de 2014 (53 excarcelados) tras el anuncio del restablecimiento de relaciones EE UU-Cuba, y la de septiembre 2015 durante la visita del papa Francisco.

Es triste ver como algunas fichas de cambio parecieran guardarse por determinadas razones para negociaciones mayores. Son los casos de presos como Miguel Díaz Bouza (más de 30 años preso) o Ernesto Borges Pérez (27 años preso). Ellos han sobrevivido a muchas de tales amnistías en las que apostamos por sus excarcelaciones y contra toda esperanza han permanecido en prisión. 

Es triste ver como algunas fichas de cambio parecieran guardarse por determinadas razones para negociaciones mayores

En algunos casos no solo han tenido como fichas de cambio a nacionales de los que se conduelen Gobiernos extranjeros como el de EE UU o hasta el propio Vaticano. Siempre que la dictadura puede se hace de algún "peje gordo", algún norteamericano, fichas valiosas, como lo fueron Thomas White o Mel Bailey en la negociación con Carter en 1980; o Alan Gross en la negociación con Obama en diciembre de 2014. 

Si un cubano tiene que pensárselo dos veces antes de salir a la calle para reclamar libertad, un estadounidense tendrá que pensárselo 10 veces. La Policía no dudará en convertirlo en una ficha de cambio bajo cualquier excusa.

Nicolás Maduro, aprendiz de la dictadura cubana, como lo fueron siempre los grupos guerrilleros o los grupos terroristas como Hamás o Hezbolá, en los últimos meses ha echado mano a varios estadounidenses para sacarles provecho en cualquier negociación futura, además de contar con varios centros de detención repletos de rehenes, como el temible Helicoide, donde por cierto, cuenta entre los verdugos con militares cubanos con larga experiencia en torturas. 

Uno de los casos más sonados de extranjeros secuestrados recientemente por Maduro en Venezuela es el del gendarme argentino Nahuel Gallo, que desde el 8 de diciembre de 2024 es motivo de preocupación por el Gobierno de Javier Milei.

No es de extrañar entonces que José Daniel Ferrer, uno de los opositores de mayor reconocimiento internacional, fuese citado en medios tan importantes como The New York Times. “Nunca agradecería mi liberación si se produjera en un intercambio que fuera un acuerdo poco claro, poco ético e indigno”, declaró. “Dije textualmente: prefiero la muerte a deber mi liberación a un acuerdo indigno”.

Ferrer expresó que el Gobierno de la Isla se burló tanto de Biden como del Vaticano, que deberían adoptar una postura más firme contra las violaciones de los derechos humanos en Cuba. Similares declaraciones realizó en una directa desde sus redes sociales Luis Robles Elizastigui, otro conocido opositor. 

He intercambiado con varios de los excarcelados, prefiero no mencionar nombres para que se mantengan en casa. La realidad es que no han sido liberados sino excarcelados, siguen siendo rehenes, y como rehenes en cualquier momento los pueden regresar a las bodegas de donde de momento les sacaron, hasta esperar otra posible negociación para ganar tiempo, como mismo lo hicieron en aquella otra de 1980. Y el dinosaurio sigue allí. 

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