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Las falsas cooperativas de transporte en Cuba

o son cooperativas, en su sentido estricto, pues no surgen de la idea espontánea de los trabajadores de unir sus capitales. (14ymedio)
Pedro Campos

18 de mayo 2017 - 13:27

Miami/En su afán por hacer creer a los cubanos y a la izquierda internacional que "Cuba construye el socialismo", buscando convencer al mundo de que el castrismo está abandonando el estatalismo totalitario y para tratar de contrarrestar la independencia relativa alcanzada por los boteros, la "actualización del modelo económico" introdujo las llamadas cooperativas de ómnibus ruteros, con precios de 5 pesos por viaje.

No son cooperativas, en su sentido estricto, pues no surgen de la idea espontánea de los trabajadores de unir sus capitales y recursos para organizar la producción colectivamente y distribuirse las ganancias. Más bien son empresas estatales arrendatarias, con nombre de cooperativa, que alquilan los ómnibus a sus choferes a los que se les brinda algunas ventajas, como bajos precios de gasolina o petróleo, se les exige un pago diario y se les deja quedarse con el resto de la recaudación. Más o menos lo que han estado haciendo con los ómnibus urbanos en la capital últimamente.

Ante la incapacidad del Estado para lidiar con los boteros, se le ocurre inventar las "cooperativas de taxis" que no son más que una versión en automóvil de las cooperativas de ómnibus ruteros

Ahora, ante la incapacidad del Estado para lidiar con los boteros, que ante la inflación generada por las políticas burocráticas y sus problemas con el petróleo decidieron aumentar los precios y comenzar una especie de huelga, y, en lugar de negociar con ellos y buscar soluciones que resuelvan el problema favoreciendo a todos, se le ocurre inventar las "cooperativas de taxis" que no son más que una versión en automóvil de las cooperativas de ómnibus ruteros.

El sistema es más o menos el mismo. En carros del Estado, con gasolina del Estado y piezas de repuesto del Estado, alquilan el carro a un rompe huelga -los nuevos esquiroles- por mil pesos diarios, para pagarles 800 al mes, dicen, algo que no se deben creer ni los mismos que inventaron "las cooperativas estatales".

El filo cortante de las nuevas "cooperativas" está claramente dirigido contra los boteros, al poner un precio de 15 pesos al tramo por el que cobran 20 o 25 los dueños de los almendrones. No. No se busca solucionar el problema de transporte, se busca doblegar a los boteros, porque este sistema intolerante, no sabe, no le interesa negociar con el pueblo, con los trabajadores, solo sabe imponer.

Algo similar han hecho con "cooperativas" de servicios, como cafetería, reparadoras de calzado, de equipos electrodomésticos y otros, en viejas entidades estatales insostenibles. En la práctica han entregado en arriendo los locales e instrumentos de trabajo, sin ofertar nunca la propiedad y sujetando sus actividades a infinidad de controles y vínculos estatales. Mentira. Nada de cooperativismo.

Ya se ha hecho recurrente por el estado estalinista y antisocialista de los Castro llamar cooperativas a sus inventos paraestatales.

Estas tergiversaciones vienen desde los primeros años. Entonces, bajo la dirección personal de Fidel Castro, se crearon las cooperativas cañeras, sin entregar la tierra a los cooperativistas. El sistema de cooperativas cañeras mostraba cada vez mayor independencia, controlaba sus finanzas, creaba las tiendas del pueblo, obligaba al Ministerio de la Industria Azucarera a pagarle la caña que cortaba, tenía sus propias milicias y compraba con su dinero las máquinas que necesitaba.

Más tarde, cuando se hizo evidente que las granjas agropecuarias no funcionaban con trabajo asalariado, "inventaron" las Unidades Básicas de Producción Cooperativas

Cuando fue nombrado presidente del INRA Carlos Rafael Rodríguez, en febrero de 1962, disolvió las cooperativas cañeras, en medio de la zafra de ese año, para crear granjas del pueblo, convertir a los cooperativistas en obreros asalariados, entregar sus tierras al MINAZ del Che y así destruir las relaciones monetario-mercantiles entre la agricultura y la industria del azúcar.

Después obligaron a muchos campesinos a integrarse en "cooperativas" para poder controlar mejor sus producciones, imponerles precios de monopolio y "organizarlos" en función de los intereses del estado.

Más tarde, cuando se hizo evidente que las granjas agropecuarias no funcionaban con trabajo asalariado, "inventaron" las Unidades Básicas de Producción Cooperativas, UBPC, cooperativas solo de nombre porque los trabajadores siguieron recibiendo salarios del Estado, solo que vinculados al cumplimientos de los planes productivos, no a la realización mercantil, con planes puestos por el Estado y para entregar sus producciones "comprometidas" al sistema de acopio a los precios establecidos por el comprador. Toda una farsa.

A veces a los socialistas nos cabe la duda. ¿Todo ese manejo arbitrario del concepto cooperativismo ha respondido a que sus manipuladores no tienen idea de lo que es una cooperativa? ¿Lo hacen para tratar de engañar a los incultos políticos que abundan en todas partes? ¿O es parte de un plan para desprestigiar la idea original socialista del cooperativismo autogestionario de Karl Marx?

Cualquiera que sea la respuesta es, cuando menos, detestable.

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