La Inteligencia Artificial, una herramienta para ganarle el pulso a la dictadura

Para aquellos que soñamos con hacer de Cuba un país libre y democrático, la IA puede ser un arma poderosísima

Imagen de La Habana generada con inteligencia artificial.
Imagen de La Habana generada con IA. / Vistar Magazine/Instagram
Yunior García Aguilera

18 de febrero 2025 - 12:20

Madrid/Este artículo no ha sido escrito por ChatGPT. Aunque, lo cierto es que no tengo forma de demostrarlo. Podría decir, por ejemplo, que mis lectores habituales ya conocen mi estilo, pero la IA también lo conoce y sería capaz de imitarlo a la perfección. Podría llenarlo de cosas humanísimas, como frases sarcásticas, juegos de palabras y mucho sentido del humor. Pero la Inteligencia Artificial ya aprendió a reírse de sí misma. Ayer le pregunté a ChatGPT si, en caso de molestarse con mis preguntas, comenzaría a responderme usando mayúsculas, como si me gritara. Y su respuesta demostró gracia e ingenio, me dijo: No, comenzaría a responderte usando código binario.

La IA tiene al mundo patas arriba. Uno de los primeros anuncios de Donal Trump tras su regreso a la Casa Blanca fue la inversión de 500.000 millones para desarrollar Stargate AI, el proyecto de infraestructura más grande de la historia. Elon Musk ha amenazado con comprar OpenAI por más de 97 billones de dólares. China sorprendió a todos con la presentación de DeepSeek, demostrando tener puestos sus guantes virtuales de boxeo para participar en la pelea. La vieja Europa empieza a reconocer que se está quedando rezagada, ya que se preocuparon más por regular que por desarrollar sus propios modelos y ser competitivos. Y el dictador cubano (que ni pinta ni da color en esta historia), cuando se le apaga el teleprompter, comienza a cantinflear sobre la IA, como si fuera un autómata arcaico y descompuesto fabricado en la UCI. Una cosa está clara: quien domine la Inteligencia Artificial, dominará el relato y todo lo que ello implica.  

Es normal sentir miedo. La tecnofobia y el temor de ser sustituidos y/o eliminados por las máquinas acompaña a la humanidad desde la Revolución Industrial. Yo llevo un par de meses usando la IA para crear canciones y videos, algo aparentemente inofensivo, pero he recibido varias críticas en redes sociales. Una amiga estadounidense a la que aprecio y respeto muchísimo me comentó en Facebook: “qué hermosa canción, ¿quién la canta?”. Cuando le respondí que la había hecho utilizando Suno.ai, me contestó cortante: “Yo odio la IA”. Me quedé un buen rato pensando en cómo reaccionar a su comentario. Para mí, estas herramientas son como un teclado o un martillo, y nunca se me ocurriría odiar a un serrucho, por muy avanzado que parezca. Pero me quedé callado porque comprendo sus temores.

Cuando Thomas Alva Edison presentó el fonógrafo en 1877, su dispositivo fue hartamente criticado

Cuando Thomas Alva Edison presentó el fonógrafo en 1877, su dispositivo fue hartamente criticado. Muchos dudaban de su utilidad, cuestionaban la calidad de su sonido e incluso lo vieron como un enemigo del arte. Era muy extraño aquello de que la voz saliera de un aparato y no de una garganta humana. Los propios músicos fueron sus principales detractores. Algunos sintieron que aquel invento restaría valor a sus trabajos o que afectaría la demanda de sus conciertos. Otros, sencillamente, rechazaban la idea de “enlatar” sus voces. Sin embargo, el tiempo se encargó de acoplar las cosas, y las grabaciones constituyen un aliado indiscutible para la música, para los artistas y para muchos otros.

El mismísimo José Martí escribió sobre el tema para el boletín de El Partido Liberal, de México, en 1890. Decía el apóstol: “Del fonógrafo se burlaban hasta hace poco tiempo los críticos de oficio, que todo lo que no hacen ellos lo hallan mal…” Y luego salió en su defensa: “Hasta los poetas han empezado a mirarlo con favor, porque en las altas horas de la noche, cuando las ideas echan alas, hablan por la trompeta al rollo que recoge sus imágenes; y a la mañana siguiente (…) los versos salen cantando”. Incluso se especula que Martí dejó su voz grabada en aquel invento, en español y en inglés. Si alguien llegara a encontrar ese cilindro perdido, sería como descubrir el santo grial de los martianos.

En resumen: la Inteligencia Artificial ya está aquí y su avance es inevitable. Por supuesto que son necesarios los debates sobre sus límites y peligros. Lo que no tiene ningún sentido es dejar que el miedo nos paralice y nos empuje a darle la espalda a algo que cambiará (ya lo hace) la forma en que funciona el mundo. Y para aquellos que soñamos con hacer de Cuba un país libre y democrático, la IA puede ser un arma poderosísima. El régimen ya se dio cuenta de ello y hará lo que pueda, con la ayuda de China, para usarla siguiendo sus maquiavélicos intereses. Ojalá que nuestras mentes más libres y brillantes, puedan aprovechar al máximo estas herramientas, para ganarle el pulso a la dictadura y contribuir al cambio que Cuba necesita.

Ahora díganme ustedes… ¿este artículo es mío o de ChatGPT?

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