Jean Nouvel, ¿arquitecto por “cuenta propia” en Cuba?

Hotel Puerta de América en Madrid. (Jean Nouvel)
Hotel Puerta de América en Madrid. (Jean Nouvel)
Juan Luis Morales Menocal

26 de octubre 2015 - 13:16

París/Acabo de enterarme de que el arquitecto francés Jean Nouvel diseñará el nuevo edificio del Centro Nacional de las Artes Plásticas llamado El Almacén, donde habrá una sala destinada a preservar las obras del artista André Masson donadas por el coleccionista suizo-norteamericano Gilbert Brownstone.

Siempre me alegra mucho el anuncio de un nuevo proyecto de arquitectura y sobre todo en el mundo de la cultura, más si es en Cuba.

Pero, según entendí, esta donación de un privado es al Consejo de las Artes Plásticas, el cual pertenece al Ministerio de Cultura y se albergará en un nuevo edificio estatal.

Es por ello que me entristece que no se realice un concurso nacional o internacional, donde se le dé oportunidad a los arquitectos cubanos para que participen en la concepción del mismo, algo que es obligatorio (para Jean Nouvel) en Francia ante todo nuevo proyecto público. Sin hablar de que el diploma de arquitecto francés no es reconocido en Cuba, a falta de homologación mutua.

Por muy famoso que sea Jean Nouvel, su empresa (hasta donde sé) no está inscrita en el registro de proyectistas de Cuba (Micons), lo que me parece una violación a la muy estricta prohibición de los derechos de ejercer "por cuenta propia" la arquitectura en Cuba.

Me entristece que no se realice un concurso nacional o internacional para brindar la oportunidad a los arquitectos cubanos de participar

Quiero aclarar que no estoy en contra de la intervención de arquitectos extranjeros en proyectos dentro de Cuba; sería negar la gran importancia que han tenido en la historia de nuestra arquitectura los proyectos de Garatti, Gottardi, Baroni, Rallo, Betancourt por solo citar algunos después de la Revolución.

Lo que sí me molesta es la falta de legislación a favor del derecho al ejercicio de la profesión liberal (por cuenta propia) de los arquitectos (cubanos y extranjeros) dentro de Cuba. Los inversionistas públicos cubanos nos han presentado proyectos de Nouvel, Moneo, Foster, así como de otros menos famosos en los hoteles ya construidos para la cadena Meliá (Habana, Cohiba, Varadero), las cadenas Novotel y LTC en Monte Barreto, para la cadena holandesa Grand Tulip (Parque Central), los edificios de inmobiliarias (por inversionistas de Mónaco) en la Quinta Avenida o el Miramar Trade Center, edificado con capital extranjero.

Ante la prohibición por parte del Frente de Proyectos, el Micons y la Unión nacional de arquitectos e ingenieros de la construcción de Cuba (UNAICC), del ejercicio por "cuenta propia" de los arquitectos en Cuba, los inversionistas estatales cubanos encontraron entre otras la "pícara solución" de solicitar a la empresa constructora extranjera que incluyan los honorarios del arquitecto extranjero en el contrato de construcción y crearon empresas de proyectos en Cuba con arquitectos extranjeros asalariados que terminan el proyecto ejecutivo junto a otros cubanos; como Bouygues y Odebrecht, instalados en el Centro de Negocios de Miramar, por citar solo algunos ejemplos.

En todos los países del mundo donde se respeten los derechos de los arquitectos (no en Cuba) que trabajan por cuenta propia, la ley deja claro que si es un proyecto de instituciones públicas, se debe someter a concurso abierto, y la participación de los arquitectos extranjeros está sometida a la convalidación de su diploma en el país de realización de la obra; de lo contrario debe asociarse con un profesional nacional, algo que ya estaba estipulado en las bases del Colegio de Arquitectos antes de la Revolución.

Las instituciones cubanas deben simplemente adaptarse a los nuevos tiempos y acabar de crear una Ley sobre la Arquitectura

La donación de Brownstone, unida a la proposición de proyecto con arquitecto extranjero, no será ni la primera ni la última inversión extranjera privada en Cuba, sobre todo después de la normalización de las relaciones diplomáticas entre Cuba y EE UU, unida a la renormalización de las relaciones con la Unión Europea. Es por ello que las instituciones cubanas, creo, deben simplemente adaptarse a los nuevos tiempos y acabar de crear una Ley sobre la Arquitectura (que existe y respeta Jean Nouvel en Francia), donde se establezcan clara y definitivamente:

- Las condiciones del ejercicio de la profesión de arquitecto (cubanos y extranjeros) de forma liberal (por cuenta propia y en cooperativas), así como de forma asalariada en empresas de proyectos cubanas y extranjeras en Cuba, o como profesor de escuelas de arquitectura. Cada categoría implica un pago diferente de inscripción en el Colegio de arquitectos y de impuestos al país.

- Una vez aclaradas las condiciones del ejercicio, se debe autorizar a los profesionales cubanos y extranjeros que cumplan los requisitos a estar inscritos a nombre propio en el Registro de Proyectistas de arquitectura de Cuba. Este registro debe ser establecido y controlado por el Colegio de Arquitectos y no por el Micons, como es el caso actualmente.

- Esta ley debe dejar claro cuáles son los diplomas que se reconocen para ejercer la arquitectura en Cuba y que esto conlleve a una homologación con los países correspondientes.

- Establecer cuáles son las condiciones de asociación de los arquitectos extranjeros (con diplomas no homologados) con los arquitectos cubanos autorizados a ejercer la profesión por cuenta propia.

- Establecer la inscripción temporal de los arquitectos extranjeros (durante el periodo de proyectos y obra) en el Colegio de Arquitectos de Cuba, donde declaren el monto de los honorarios recibidos y paguen sus respectivos impuestos en Cuba, como lo exigen todos los Colegios de arquitectos del mundo, incluido el francés.

Estoy por que Jean Nouvel haga su proyecto de El Almacén como arquitecto "liberal y por cuenta propia" en Cuba, pero también estoy por que los profesionales cubanos puedan ejercer igualmente su profesión de forma liberal y pagar sus impuestos como trabajadores por cuenta propia de manera legal en Cuba, tal cual lo hacen los arquitectos extranjeros o cubanos ejerciendo la arquitectura fuera de Cuba.

Basta de inventar "pícaras soluciones" para que los arquitectos extranjeros ejerzan en Cuba y basta también de persecuciones por parte de los inquisidores del Frente de proyectos y Micons hacia los arquitectos cubanos que ejercen por cuenta propia.

Parafraseando a Juan Pablo II, yo diría: "Que Cuba se abra al mundo... y a los cubanos también", y para ello ¿quién le pone el cascabel al gato?.

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Nota de la Redacción: Juan Luis Morales Menocal es un arquitecto cubano que reside en París.

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