La nueva Ley Electoral consolida el monopolio del Partido Comunista
Si algún reformista logra colarse en el próximo Parlamento o en el nuevo Consejo de Estado tendrá que ser necesariamente un hábil simulador
La Habana/El proyecto de Ley Electoral, publicado este jueves en los medios oficiales, confirma los más adversos presagios sobre el rechazo oficial a cualquier reforma de tipo político.
El texto, que los diputados aprobarán sin duda, sostiene con una nueva redacción el "fundamento ético" de la vieja ley al afirmar que el Sistema Electoral "destaca la capacidad, los valores, los méritos y el prestigio de los candidatos como únicos elementos a tomar en cuenta por los electores para emitir su voto, a cuyo fin se divulgan sus biografías en lugares públicos con suficiente antelación al día de las elecciones."
Excluye "todo tipo de propaganda electoral individual y cualquier otra acción encaminada a inclinar la decisión de los electores a favor o en contra de algún candidato"
Para ser aún más claros, el siguiente inciso excluye "todo tipo de propaganda electoral individual y cualquier otra acción encaminada a inclinar la decisión de los electores a favor o en contra de algún candidato".
Que una ley dictamine cuáles son "los únicos elementos" que pueden tomar en cuenta los electores para emitir su voto ya resulta, además de humillante, absurdo porque en la intimidad frente a la urna cada elector tendrá en cuenta lo que le venga en gana.
De lo que no podrá estar enterado es de sus opiniones. De eso se va a ocupar la Comisión de Candidaturas, el otro engendro que la nueva Ley hereda de la anterior.
El VII Título se ocupa de describir la composición y funciones de estas comisiones encargadas básicamente de elaborar y presentar los proyectos de candidaturas para las asambleas municipales y provinciales, así como la de diputados a la Asamblea Nacional del Poder Popular. Estas candidaturas se corresponden en número a la cantidad de puestos a ocupar, de manera que no existe la posibilidad de elegir entre uno u otro candidato, solo aprobarlo o no.
En el caso específico de la Comisión Nacional, ésta realiza también el proyecto de candidatura para ocupar los cargos de presidente y vicepresidente de la República, así como del presidente, vicepresidente y secretario de la Asamblea nacional del Poder Popular y de los miembros del Consejo de Estado. Estas propuestas son votadas solamente por los diputados del Parlamento.
Como es conocido, los máximos dirigentes de estas llamadas organizaciones de masa forman parte del Comité Central del Partido Comunista, algunos en el Buró Político
Los miembros de la todopoderosa comisión son representantes de las instituciones oficiales que ejercen el control político en todos los sectores de la sociedad: de la Central de Trabajadores de Cuba, de los Comités de Defensa de la Revolución, de la Federación de Mujeres Cubanas, de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños, de la Federación Estudiantil Universitaria y de la Federación de Estudiantes de la Enseñanza Media. Su designación es una potestad de las direcciones nacionales, provinciales y municipales respectivas.
Como es conocido, los máximos dirigentes de estas llamadas organizaciones de masa forman parte del Comité Central del Partido Comunista, algunos en el Buró Político. Los estatutos de estas entidades contienen todos un punto donde se asegura lealtad al Partido y a la Revolución.
Antes de preparar sus respectivas propuestas estas comisiones están facultadas para "consultar el parecer de cuantas instituciones, organizaciones de masas y sociales y centros de trabajo estimen pertinente", donde obviamente se incluye el parecer de los órganos de la Seguridad del Estado.
Con estos cabos bien atados resulta ingenuo considerar que la creación de una Comisión Electoral Nacional (CEN) como órgano permanente sea un paso de avance significativo, como tampoco lo es la reducción del número de diputados, que a partir de ahora será de 474 en vez de los 605 actuales.
Diferentes organizaciones opositoras han elaborado propuestas para una nueva ley electoral inclinadas todas al pluripartidismo y la competitividad entre los candidatos. Ninguno de esos planteamientos ha sido tenido en cuenta.
Se mantiene también la exclusión del proceso electoral de los cubanos que residen en el extranjero quienes, a pesar del protagonismo que tienen en la economía familiar, seguirán apartados
El proyecto que ahora se debate consolida el monopolio de poder del Partido Comunista y da continuidad a la exclusión ideológica y a la discriminación por motivos políticos. Si algún reformista logra colarse en el próximo Parlamento o en el nuevo Consejo de Estado tendrá que ser necesariamente un hábil simulador.
Se mantiene también la exclusión del proceso electoral de los cubanos que residen en el extranjero quienes, a pesar del protagonismo que tienen en la economía familiar, seguirán apartados de la posibilidad de elegir representantes locales y diputados al Parlamento. Mientras que los militares, exceptuados del sufragio pasivo en muchas naciones democráticas, aquí seguirán pudiendo ser candidatos.
A pesar de lo "atado y bien atado" que queda el camino electoral con esta nueva legislación, no está blindado contra el ácido corrosivo de los oportunistas. Esos que llevan máscaras por años, aplauden, asienten, se exhiben como seres confiables para el aparato partidista y, en el momento en que sientan que no arriesgan el cuello ni el cargo, cambian de postura. Incluso de quienes, deseosos de mantener el sistema, impulsen reformas que terminen por quebrarlo.
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