Los militares cubanos tratan de interferir en las elecciones de Estados Unidos
Las remesas son un tema muy sensible, y no es casualidad que haya sido el elemento utilizado por el régimen de la Isla
Miami/El Departamento de Estado de EE UU acaba de propinar un duro golpe al Grupo de Administración Empresarial S.A. (Gaesa), que controla en la Isla una parte considerable de la economía cubana y sus sectores más lucrativos, entre los que se destaca el 65% del turismo, el 90% del mercado minorista dolarizado y, los envíos de remesas al país.
En una nueva directa, prohíbe a las empresas norteamericanas hacer transacciones en negocios de remesas con empresas cubanas pertenecientes a la estructura empresarial de las fuerzas armadas y que se encuentran en la lista restringida del Departamento de Estado.
Las remesas a Cuba en el período 2008-2019 sumaron un total de 33.665,45 millones de dólares en efectivo.
Esta descomunal cifra enviada por los emigrados cubanos nunca ha llegado a manos de sus familiares y amigos en la Isla. Durante todo este tiempo, ese dinero ha ido directamente a cuentas bancarias en el exterior de las empresas controladas por los militares, convirtiéndose en una acaudalada fuente de financiamiento que no es controlada ni supervisada por la Contraloría General de la República y que es manejada y utilizada por la troika militar a su total discreción y conveniencia.
¿A dónde ha ido a parar ese voluminoso capital que sale del sudor de los emigrados cubanos? ¿Cómo es posible que el Gobierno cubano tenga a un país con sus hospitales cayéndose a pedazos y un mercado totalmente desabastecido de medicamentos y comida? ¿Cómo es posible que con la crisis de liquidez que dicen que tienen hayan podido construir 57 hoteles de 4 y 5 estrellas en el período 2017-2019? ¿Cómo es posible que teniendo ese voluminoso capital que se roban de las remesas no hayan podido cumplir con los pagos de los acreedores de la deuda externa, como el Club de París, el Club de Londres y el resto de una larga lista de deudores?
En otras palabras, por muchos años los militares cubanos han manejado ese cuantioso volumen de capital a su antojo y han convertido sin duda alguna al exilio cubano en su principal brazo financiero a costa del negocio de las remesas.
¿Cómo es posible que teniendo ese voluminoso capital que se roban de las remesas no hayan podido cumplir con los pagos de los acreedores de la deuda externa, como el Club de París, el Club de Londres y el resto de una larga lista de deudores?
En cambio, los cubanos en la Isla reciben una moneda (CUC) devaluada y que no tiene ningún valor fuera de Cuba. Dicha moneda la usan para comprar los productos que necesitan en el día a día y que se comercializan en las redes de tiendas dolarizadas que pertenecen también a Gaesa, donde estos productos cuestan como mínimo un 240% más caro que el precio de compra al que fue adquirido por los militares cubanos en el exterior.
Esta nueva medida tomada por el Departamento de Estado es la culminación de un proceso de advertencia al Gobierno cubano de que la Administración Trump no va a tolerar que los militares continúen apropiándose impunemente de las remesas que la diáspora cubana le envía a sus familiares para seguirlas usando como una fuente de financiamiento del régimen.
Con anterioridad, el Departamento de Estado había sancionado primero a Financiera Cimex S.A. (Fincimex) y después a la empresa American International Services S.A. (AIS), ambas pertenecientes a la corporación Cimex. Estas sanciones trataron de persuadir al Gobierno cubano de que tenían que apartar a los militares del negocio de las remesas.
Para no dejar ninguna duda, posteriormente el Departamento de Estado sancionó al general Luis Alberto Rodríguez López-Callejas, exyerno de Raúl Castro y presidente de Gaesa.
A raíz de estas acciones, los militares cubanos respondieron con un comunicado publicado en la página de Facebook de la empresa Fincimex, dirigido a armar el caos en las redes sociales, generando angustia y malestar tanto en los cubanos residentes en la Isla como en los emigrados cubanos residentes en los Estados Unidos, con el claro objetivo de interferir en las próximas elecciones del 3 de noviembre. Con esta deplorable acción, el Gobierno cubano se suma al grupo de países enemigos que han tratado de interferir en los comicios presidenciales estadounidenses, como son los casos de Irán, Rusia y China.
Los militares cubanos respondieron con un comunicado publicado en la página de Facebook de la empresa Fincimex, dirigido a armar el caos en las redes sociales, generando angustia y malestar tanto en los cubanos residentes en la Isla como en los emigrados cubanos residentes en los Estados Unidos
Fincimex el día 27 de octubre publicó en su cuenta de Facebook un mensaje donde sugería el cierre de las 407 ventanillas de entrega de Western Union en el país, como consecuencia directa de las nuevas sanciones de EE UU, que prohíben que cualquier compañía de ese país entregue remesas en la Isla usando a los militares como intermediarios.
En su comunicado, la financiera estatal expresó: "Fincimex, como parte del sistema financiero cubano es la entidad que por decisión soberana del gobierno cubano ha sido encargada de garantizar las remesas a Cuba desde los EE UU, que serán interrumpidas totalmente". Más adelante remató "Recae en el gobierno norteamericano la responsabilidad por la interrupción del servicio de remesas entre los dos países".
Acto seguido, la prensa internacional y los medios dieron la noticia con el gran titular de que Western Union cerraba las oficinas en Cuba debido a las nuevas sanciones implementadas por la Administración Trump.
De esta manera el corresponsal de CNN en La Habana colgaba el siguiente titular en su cuenta de Twitter:
La agencia EFE por su parte publicó el siguiente titular en su cuenta de Twitter:
En la misma cuerda, Ricardo Herrero, lobista del Cuban Study Group, también ponía los titulares del Miami Herald en su cuenta de Twitter:
Sin duda alguna, la prensa internacional se hizo eco de lo que puso la inteligencia cubana en las redes sociales, con el objetivo de impactar en los medios con titulares apocalípticos, con el objetivo de armar el caos en las redes sociales con información falsa y provocar el descontento de las comunidad cubana, así como tratar de inclinar el voto a favor del candidato Joe Biden.
Sin embargo, fue la propia Western Union (WU) quien desmintió a Fincimex, enviando un mensaje de consuelo a los clientes de la empresa, asegurando que ellos continúan ofreciendo el servicio de remesas y que además están trabajando en la implementación de las nuevas regulaciones establecidas por el Gobierno de los Estados Unidos con vistas a seguir su labor en el futuro.
Algunos medios de prensa incluso publicaron entrevistas con trabajadores que operan en las oficinas de WU en Cuba y estos dijeron que todo seguía en su rutina normal de trabajo, que no había ninguna orden de cerrar las oficinas.
Es obvio, entonces, que la intención del comunicado era generar una cortina de humo para armar el caos en las redes sociales, al tratar de demonizar a la administración Trump y ponerla como un enemigo del pueblo cubano, responsabilizándola de la falsa salida de Western Union del país, sembrando la confusión en la comunidad cubana asentada en el sur de Florida y tratando de influir en los resultados de las elecciones favoreciendo al candidato demócrata Joe Biden.
Este acto es una clara injerencia, sobre todo teniendo en cuenta que el voto cubano americano representa casi un 6% de los votantes de Florida y el 1% del votante a nivel nacional.
Hay que recordar que el voto cubano tuvo un peso muy grande en la decisión final de las elecciones del 2000, cuando George Bush ganó la presidencia a Al Gore por solo 537 votos
Hay que recordar que el voto cubano tuvo un peso muy grande en la decisión final de las elecciones del 2000, cuando George Bush ganó la presidencia a Al Gore por solo 537 votos. Dadas las circunstancias actuales, tenemos un escenario muy parecido al del año 2000, con unas elecciones muy reñidas en su pronóstico, y cada voto cuenta.
Las remesas son un tema muy sensible, y no es casualidad que haya sido el elemento utilizado por los militares. Sin duda, constituye una clara señal que la Administración Trump les ha asestado un duro golpe en la línea de flotación a la dictadura cubana, privándolo de su principal fuente de financiamiento.
El Departamento de Estado ha dejado bien claro que estas medidas no son para eliminar las remesas hacia Cuba, sino para sacar a los militares del negocio de las remesas. Su acción es clara: las remesas son de los cubanos, no de los tiranos.
La relación causa-efecto generada por la inevitable separación familiar que conlleva el proceso de emigrar del país y que hoy afecta a miles de familias cubanas es la base fundamental de la dependencia inducida que hoy miles de cubanos que viven en la Isla tienen de estos envíos.
Rescatar el carácter emprendedor de los cubanos y revalorizar el sentido y la dignidad del trabajo es la única manera de eliminar la parásita dependencia que hoy tienen los cubanos de las remesas. El poder producir libremente es la única forma que permitirá a los cubanos obtener un salario digno que le permita cubrir con holgura sus necesidades materiales y espirituales.
El pueblo cubano tiene que poner fin de una vez a esa draconiana dicotomía impuesta por la dictadura de pagar en pesos cubanos los salarios de los trabajadores y cobrarles en dólares los productos alimenticios
El pueblo cubano tiene que poner fin de una vez a esa draconiana dicotomía impuesta por la dictadura de pagar en pesos cubanos los salarios de los trabajadores y cobrarles en dólares los productos alimenticios y de todo tipo que le ofertan en las tiendas minoristas y que necesitan para su sustento diario.
Poner fin a un sistema donde al individuo no se le permite la generación de riquezas es la única forma de poder recuperar la libertad, de terminar con la división y separación de la familia, es la única forma de no permitir la división que el Gobierno siembra entre los cubanos.
La dictadura cubana está en el momento más vulnerable de su historia. Todas las estrellas se están alineando en el largo camino para lograr la libertad. La octogenaria generación está cerca de su desaparición física y el barco del comunismo cubano hace aguas, por su propia ineficiencia y sus limitaciones. Cuatro años más de Administración Trump darían el tiro de gracia final a tan abominable dictadura. En su pataleo final, tratan de interferir en las elecciones de los Estados Unidos para evitar una reelección de Donald Trump.
Ese movimiento desesperado muestra claramente que cuando Trump tuitea, la dictadura tiembla.
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