El pleno del PCC, los frijoles, la ropa y el techo
La Habana/Una escueta nota de Granma del 15 de enero informa del XIII pleno, del Comité Central del Partido Comunista de Cuba (PCC), al parecer realizado de forma clandestina, pues no se dice lugar ni fecha, en el que se reconoció que apenas el 21% de los acuerdos del VI Congreso se habían implementado y que el resto se encuentran en proceso de implementación.
El texto daba a conocer que en el encuentro se habían evaluado los documentos que se debatirán en el VII Congreso del PCC, especialmente la "conceptualización del modelo económico y social cubano de desarrollo" y otro documento sobre el plan la economía hasta 2030. Una especie de plan tri-quinquenal, para 15 años. Y concluía: "En próximas ediciones Granma ofrecerá más información sobre los temas evaluados por el XIII Pleno".
Forma y contenido sugieren que, al parecer, en la dirección del partido-Gobierno están al margen de lo que está pasando en el seno de la población, cuáles son sus inquietudes y necesidades, por dónde y de qué va la gente común.
Ni de los graves problemas de la alimentación y los precios de los productos de amplio consumo, ni de los bajos salarios, ni del asunto gravísimo de la doble moneda, ni de la crisis de la vivienda, ni de las deficiencias del transporte se dice nada, siquiera con la intención de calmar los ánimos. Nada se dice de la situación internacional ni de cómo afecta al país, ni de lo que están pasando cerca de 10.000 cubanos varados en Centroamérica.
Todo, como si nada de esto existiera, tratado con mucha parsimonia, como si en este país no hubiera un conjunto de situaciones de emergencia.
Muchos se preguntan por qué no se resuelven estos problemas con tanta plata que entra al país, tanta que deja de pagar el Estado a sus asalariados o tanto dinero que se recauda mediante impuestos.
Con esa concentración de las decisiones y las riquezas, este país no puede llegar a ningún buen lado
En Cuba hay dos presupuestos: el oficial que se da a conocer en la Asamblea Nacional y la "caja chica", que en todo caso debe ser bien grande, controlada por la cúpula dirigente. Así, con esa concentración de las decisiones y las riquezas, este país no puede llegar a ningún buen lado.
He conocido que incluso altos funcionarios del Gobierno confiesan que no saben por qué no se atienden las demandas de la población, de la intelectualidad, de los profesionales de las ciencias sociales que en los núcleos del partido están planteando los problemas y las soluciones. He sabido de la preocupación de oficiales de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) y el Ministerio de Interior (MININT) porque no se toman medidas efectivas para solucionar los graves problemas señalados. El descontento es general. Los mismos hijos de muchos de los dirigentes de primera fila se han ido del país.
Y cuando se piensa en todo esto es cuando uno se da cuenta, entiende por qué estos dirigentes que no han llegado a esas alturas por el voto popular directo, libre y democrático de nadie, están al parecer en "Belén con los pastores" aunque saben lo que pasa allá abajo en el fondo del caldero y no hacen nada para resolverlo.
Como “buenos marxistas” ellos saben que el ser humano primero tiene que alimentarse, vestirse, calzarse y tener en un techo, para luego pensar en política
Como "buenos marxistas" ellos saben que el ser humano primero tiene que alimentarse, vestirse, calzarse y tener en un techo, para luego pensar en política. Mientras la gente esté bien fastidiada, ocupándose de buscar los frijoles, ahorrando para comprarse ropas y zapatos y viendo cómo se hace con un techo, no va a pensar en que todo eso se resuelve con nuevos enfoques políticos y económicos que porten nuevos gobiernos. En fin, no van a ocuparse de la política. De ahí tanta despolitización en la población. De ahí que de internet, solo wifi caro, incómodo y peligroso.
Ante tanto desastre y tanta incertidumbre, ahora nos vienen a hablar de un plan de la economía tri-quinquenal, para dentro de 15 años, cuando el 25% de la población actual ya estará bajo tierra.
Así van: sin prisa, con muchas pausas, sin detalles, sin claras perspectivas y como si fuera poca la incertidumbre, con "informaciones" como éstas lacónicas, inconcretas, indefinidas...sumando más incertidumbre para que la gente se siga preocupando por los frijoles, la ropa y el techo.