Regálenme un doctorado
Las décimas de esta semana, dedicadas al reciente título obtenido por Lis Cuesta
Nueva Jersey/Ya Lis Cuesta defendió
una tesis doctoral.
Y el del cuerpo de tamal,
en las redes, la aplaudió.
El mismo que se quejó
de que en Cuba no hay pescado,
ya recibió un doctorado
en reprimir y acosar
y, claro, en implementar
en la Isla el terror de Estado.
Un doctorado en mentir
–en adular e inflar globo,
en ordeñar algarrobo,
en el diario reprimir
que ha impuesto ese malvivir,
que es legado de Fidel,
que hizo de Cuba un cuartel,
y nos prohibió la fiesta–
ha recibido Lis Cuesta,
¡igual que Díaz-Canel!
Regálenme un doctorado
y mencionar las secuelas
que sembró el terror de Estado
contra un pueblo que ha logrado
sacar del cajón de sastre
la esperanza, aunque ese lastre
del odio y la represión
le impida a nuestra nación
sobrevivir el desastre.
Para hacer un doctorado,
juntemos diez mil palancas,
tonfas, garrotes y trancas,
el terror y su legado,
que a Cuba entera han dejado
con el odio a flor de piel,
¡como lo soñó Fidel!
Y para empezar la fiesta,
"doctora" será Liz Cuesta,
y "doctor", Díaz-Canel.
Soñé con un doctorado
cuando hice mi maestría,
lejos de la policía,
lejos del terror de Estado
de la isla en que han entregado
el título de "doctora"
esposa del dictador,
el del cuerpo represor,
el de la ola represora.
Un "doctor" que no publica,
una "doctora" que miente
y que llama "presidente"
al dictador que le explica
que, si el dado se complica,
cambiarán de profesión,
terror, engaño, extremismo,
falacia, hambre, nepotismo,
odio, miedo y represión.
Me va a tildar de "odiador",
con desprecio, la señora
a quien han hecho "doctora"
por orden del dictador,
a quien hicieron "doctor"
por orden del General.
El del cuerpo de tamal,
que impone el terror de Estado,
sino un juicio criminal.
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