Los republicanos abandonan a Trump
Miami/Donald Trump ganó la nominación republicana para las elecciones presidenciales en contra de la voluntad del establishment de su partido, derrotó a todos los precandidatos e impuso récord de votos en las primarias.
Lo que no hicieron los líderes republicanos entonces, enfrentarlo, ahora lo hacen en masa. Ya en la recta final de la campaña, cuando un video lo acusa de maltrato verbal a las mujeres y ha perdido los dos debates frente a la demócrata Hillary Clinton, importantes figuras tradicionales de su partido prefieren alejarse de él con toda claridad, hasta el punto de declarar que no votarán por él, sino por su oponente.
La tapa al pomo la puso el presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Paul Ryan, el republicano de mayor rango, y posiblemente de mayor influencia, en el partido, quien acaba de manifestar que ya no lo defenderá más ni hará campaña por él. Ryan dijo a los republicanos que luchan por escaños en el Congreso que debían hacer lo mejor para ellos en sus distritos, lo que ha sido interpretado como un permiso de la cúpula para prevenirse de los efectos negativos de la vinculación de Trump con el Partido Republicano.
Ante lo que muchos visualizan como un desastre electoral para el partido, éste parece decidido a volcar sus mayores esfuerzos en tratar de garantizar el control de la Cámara y el Senado. En este sentido la dirección republicana aprobó desviar fondos previstos para Trump a la campaña de los aspirantes al Congreso, según el periódico ABC de España.
Analistas han llegado a considerar que Trump se está convirtiendo en la práctica en un candidato independiente sin partido
Otros analistas han llegado a considerar que, por la falta de apoyo republicano, Trump se está convirtiendo en la práctica en un candidato independiente sin partido.
Florida, uno de los estados tradicionales en determinar votaciones presidenciales, a estas alturas parece perdido por Trump. Republicanos de base han manifestado que se sienten decepcionados por él y prefieren que su partido pierda las elecciones antes que verlo en la Casa Blanca. Ya, ni el cabo que le tiró Fidel Castro al proponer que se le otorgue una medalla de barro por sus políticas, parece salvar el voto cubano de Florida.
Varios líderes republicanos ya han retirado públicamente su apoyo a Trump. Desde los expresidentes Bush, padre e hijo, pasando por la ex secretaria de Estado Condoleezza Rice, la influyente representante republicana de Florida Ileana Ros-Lehtinen, quien lo instó a retirarse como candidato de su partido, o el actual alcalde de Miami-Dade y candidato a la reelección, el cubanoamericano Carlos Giménez, quien dijo que no votará por Trump y lo hará por Hillary Clinton.
La lista incluye a senadores de Arizona, South Dakota, Utah, Ohio, Alaska, Idaho, Colorado, Illinois, Nebraska, Nuevo Hampshire y Virginia Occidental. Lo mismo han expresado varios representantes republicanos de Virginia, Utah, Nevada y Alabama.
Entre los gobernadores republicanos, han retirado su apoyo a Trump los de Ohio, Dakota del Sur y Utah. Otras figuras republicanas que han expresado su rechazo a Trump son los exgobernadores Arnold Schwarzenegger (California), Jon Huntsman (Utah) y George Pataki (New York).
Dos importantes donantes de la campaña de Trump han pedido ya que les devuelva su dinero
Apréciese los estados que representan o han representado y su importancia en la votación final. Lo mismo encontramos figuras del Oeste y el Medio Oeste que del Sur o el Nordeste, las cuatro zonas tradicionales.
Para colmo, dos importantes donantes de la campaña de Trump han pedido ya que les devuelva su dinero.
A menos de un mes de las elecciones, la candidata demócrata Hillary Clinton tiene una ventaja en las encuestas que se sitúa entre el 9 y el 11%, muy por encima de cómo estaba Obama en igual momento respecto a su rival.
Sin el apoyo del aparato político del partido por el que se postula, con el voto mayoritario en contra de las mujeres, los hispanos, los negros y los musulmanes y con esa diferencia de alrededor del 10% en su contra, la campaña presidencial de Trump parece enfrentar escollos insuperables.
No obstante, el obstinado multimillonario no se rinde, ataca a sus críticos y sigue adelante en sus propósitos de obtener la Presidencia.