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Luces y sombras del primer presidente

El monumento a Estrada Palma al que se le arrancó la estatua. (14ymedio)
Fernando Dámaso

26 de agosto 2014 - 15:00

La Habana/En los años de la República, Tomás Estrada Palma era perpetuado en ciudades y pueblos con estatuas y bustos. Su nombre aparecía en calles, escuelas y hasta en la denominación de un central azucarero. Tal honor se lo brindaban quienes lo conocieron y respetaban. En La Habana, su figura en bronce se situó en un pedestal en la Avenida de los Presidentes, en el capitalino barrio del Vedado.

A principios de la década de los años sesenta del siglo pasado, aparecieron "los revisionistas de la historia" y la emprendieron contra él. Su figura fue cortada a la altura de los tobillos y retirada del lugar, dejando como evidencia del vandalismo sus zapatos sobre el pedestal. El nombre y la figura de Estrada Palma también fueron retirados de otros espacios públicos y, si hoy se menciona, es solo para denostarlo. ¿Por qué tanto odio en contra del primer presidente?

Tomás Estrada Palma nació en Bayamo en 1835 y formó parte de los primeros que se incorporaron a la guerra contra España al comienzo de las hostilidades el 10 de octubre de 1868. Se convirtió en el primer alcalde del entonces Ayuntamiento libre de Bayamo y defendió la erradicación de la esclavitud.

El 29 de marzo de 1876 fue elegido presidente de la República en armas para sustituir a Juan Bautista Spotorno. Un año y medio después cayó prisionero de los españoles y con posterioridad se trasladó a Estados Unidos, donde se dedicó a la enseñanza y tuvo un colegio prestigioso en Central Valley, cerca de Nueva York. Allí estableció estrechos lazos políticos y personales con José Martí, con el cual trabajó en las actividades independentistas y quien lo designó, al partir hacia Cuba, como el delegado del Partido Revolucionario Cubano.

Concluida la guerra y ante la declinación del Generalísimo Máximo Gómez de presentarse como candidato a las elecciones, Estrada Palma fue promovido para enfrentar en las urnas a Bartolomé Masó. Resultó elegido como primer presidente de la República. Durante su presidencia continuó la reorganización de la administración pública, iniciada por el Gobierno interventor norteamericano.

Durante su mandato dedicó importantes recursos a la educación, elevando a 3.712 el número de escuelas

Estrada Palma durante su mandato dedicó importantes recursos a la educación, elevando a 3.712 el número de escuelas. Por otra parte creó las escuelas de Kindergarten, las escuelas de verano para la superación del personal docente y la Biblioteca Nacional. También prestó atención al fomento y a la protección de las industrias, la mejora del orden público y el sistema penitenciario. Durante su gestión se fomentó la construcción de vías de comunicación y se realizó el pago al Ejército Libertador, mediante un crédito de 35 millones de dólares.

Al primer presidente de la Cuba republicana le tocó enfrentar la huelga de tabaqueros en 1902, que pedía mejoras salariales y que fue duramente reprimida. Ratificó en febrero de 1903 el Tratado de Relaciones con los Estados Unidos, que conjuraba cualquier desastre industrial. Ese acuerdo concedía espacios en el territorio nacional para la instalación de bases navales y carboneras norteamericanas. La exigencia inicial incluía concesiones en Cienfuegos, Nipe, Bahía Honda y Guantánamo, pero se redujo primero a Bahía Honda y Guantánamo, para al final quedar solo en esta última región.

Durante su período presidencial (de 1902 a 1906), mantuvo una honradez irreprochable, no repartió ni permitió cargos públicos en los que se cobraba sin trabajar y que eran conocidos popularmente como "botellas". Estrada Palma redujo los gastos de la República, impulsó la reconstrucción de la industria azucarera, prestó atención a los servicios públicos, mantuvo un presupuesto anual justo y floreciente, mientras promovía el respeto a los derechos de los ciudadanos.

Sus principales errores fueron de carácter personal y político, al presumir que nadie como él reunía las condiciones para ejercer la presidencia

Sus principales errores fueron de carácter personal y político, al presumir que nadie como él reunía las condiciones para ejercer la presidencia. Un mal repetido en nuestra historia hasta nuestros días. Para lograr ese objetivo permitió el fraude en las elecciones parciales y generales. El 20 de mayo de 1906 asumió de nuevo la presidencia de la República, ante el descontento de la mayoría de los ciudadanos que preferían un cambio. Esa insatisfacción popular tomó cuerpo en la revolución de agosto, promovida por el Partido Liberal.

Ante la imposibilidad de detener los acontecimientos, solicitó la intervención del Gobierno de los Estados Unidos, que no la aceptó, conminándolo a resolver la situación con la oposición. Ante tal negativa, Estrada Palma renunció, dejando un vacío de poder que el Congreso no fue capaz de llenar. Esta actitud, a todas luces irresponsable, propició la Segunda Intervención norteamericana, que comenzó el 19 de septiembre de 1906 y se extendió hasta el 28 de enero de 1909.

Una vez separado del poder, el viejo amigo de José Martí se retiró a una finca en los alrededores de Bayamo, donde falleció en 1908. Fue enterrado en el cementerio de Santa Ifigenia, cerca de la tumba del Apóstol. A pesar de sus errores políticos -cometidos al final de su período presidencial- la austeridad, honradez y patriotismo que mantuvo durante la mayor parte de su vida, hacen de él una de las figuras cubanas más nobles de su tiempo.

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