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Violaciones urbanísticas, viejas consignas para nuevas realidades

Víctor Ariel González

09 de octubre 2014 - 07:15

La Habana/La lucha contra las ilegalidades urbanísticas prosigue su papeleo. A la fusión de entidades como Planificación Física y el Instituto de la Vivienda se suma una reciente reunión de "la máxima dirección del país", cuya fotografía, publicada hoy en Granma, la asemeja a un Consejo de Ministros.

La cita de altos dirigentes no contó con la presencia del presidente Raúl Castro, que regularmente ha dirigido los encuentros. En su lugar ofició el vicepresidente José Ramón Machado Ventura.

Para las autoridades, la erradicación de las ilegalidades constructivas es un "imperativo". Como si la purga de violaciones a las normas en toda Cuba no tuviese una trágica historia de fondo, con miles de familias que buscan soluciones propias –y desesperadas– al problema habitacional.

Los principales cuadros de la nomenklatura se quejaron de que, a pesar de todos los mecanismos de control existentes, "no se alcanzan los resultados esperados por lo cual urge perfeccionar y consolidar el sistema de trabajo puesto en práctica".

"No se logra...", "se someterá a estudio...", "se comentó...", "se coincidió...", "se recordó...", entre otras frases por el estilo, abundan en la nota oficial que publica el órgano del Partido Comunista. Se repite el lenguaje utilizado desde hace décadas, durante el mismo período en que la crisis de la vivienda en Cuba ha estado empeorando. La ley deberá caer entonces sobre los miles de casos que se reportan por cada provincia en un país donde la cultura fiscal –y por tanto, el respeto a la autoridad del Estado– ha sido reportada como ausente por los propios medios del régimen.

"Cada cual debe cumplir lo que le corresponde", sentenció el general Samuel Rodiles Planas, presidente del Instituto de Planificación Física, quien además "presentó un detallado informe con especial énfasis en las principales deficiencias latentes".

En los últimos años el control casi absoluto que ejercía el Estado sobre la industria de la construcción se ha flexibilizado. Hoy existen fábricas particulares que producen materiales de construcción, así como se ha dado mayor permisividad a las edificaciones "por esfuerzo propio". Inclusive el banco está otorgando préstamos para aquellos que deseen hacerse una casa y no dispongan de los medios necesarios.

En lo que pudiera llamarse un "boom microconstructivo", abundan las violaciones urbanísticas. Sin embargo, luego de décadas de inmovilismo, la privatización de la pequeña industria ha demostrado ser la opción más viable para paliar el déficit habitacional.

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