El café cubano se muda a las tiendas en divisas
Poseer dólares marca ahora la diferencia entre contar con un buchito mañanero o tener que apelar a una infusión de hierbas
La Habana/Mientras los preocupados consumidores de café comprueban que en las tiendas en pesos convertibles ha desaparecido el producto, los paquetes de Serrano y Cubita abundan en los recién abiertos mercados en divisas. Poseer dólares marca ahora la diferencia entre contar con un buchito mañanero o tener que apelar a una infusión de hierbas.
Es casi impensable imaginar la rutina diaria de la mayoría de los cubanos sin un buen café. Cada mañana la Isla parece empezar a despertarse con el sonido de una cafetera colando y hay quienes aseguran no poder siquiera salir a la calle si antes no se empinan una taza llena con esta popular bebida.
Pero en los últimos meses adquirir el producto se ha hecho difícil porque escasea en los mercados estatales y su precio ha subido considerablemente en las redes informales
Pero en los últimos meses adquirir el producto se ha hecho difícil porque escasea en los mercados estatales y su precio ha subido considerablemente en las redes informales. "Llevo una semana que cuando me levanto lo único que tengo para tomar es una infusión de orégano o agua con azúcar" comenta a 14ymedio Nora, una ama de casa del Cerro habanero.
"Estuve estirando un poco de polvo que me regalaron y hacía el café aguado pero ya ni eso, ahora cuando siento el olor de algún vecino que está colando me pongo como una leona enjaulada", lamenta la mujer. "Ayer me asomé al mercado en divisas del Boulevard de San Rafael y hay café Cubita pero no tengo dólares ni familia en el extranjero que me los mande".
Una fuente del Ministerio de Comercio Interior consultada por este diario asegura que los problemas en la distribución están causados por varias razones. "No nos han llegado a tiempo los envases porque todo el suministro de materia prima desde el exterior ha sido muy afectado con la pandemia", relata una empleada que prefirió el anonimato.
Aunque el café es uno de los productos que todavía se distribuye a través de la red de bodegas con alimentos racionados y subsidiados, el paquete contiene solo unas 7 onzas -del que cada consumidor solo puede comprar uno al mes- y cuesta 4 pesos nacionales. Además está mezclado con un 50% de otros granos, especialmente chícharos.
"También estamos teniendo dificultades con el suministro de granos porque parte de nuestras mezclas se hacen con producto nacional pero también agregando granos de café o de otro tipo que son importados y que ahora no tenemos dinero para comprar", añade la trabajadora del Ministerio.
El país importa anualmente cerca de 8.000 toneladas de café desde Vietnam y el resto lo trae desde otros países de la zona para poder satisfacer una demanda que se calcula en unas 24.000 toneladas al año, de los cuales en la Isla apenas se produce un poco más de un tercio.
Las últimas cosechas cafetaleras apenas han superado las 6.000 toneladas, en una nación que durante los años sesenta logró alcanzar hasta 62.000 toneladas del grano
Las últimas cosechas cafetaleras apenas han superado las 6.000 toneladas, en una nación que durante los años sesenta logró alcanzar hasta 62.000 toneladas del grano. A pesar de los intentos y las convocatorias oficiales a elevar estos números, con el paso de los años el sector ha vivido un estancamiento en algunos aspectos y un franco deterioro en otros.
Antes de la crisis del covid-19 no era complicado encontrar café importado en el mercado negro. Con un amplio surtido, las redes informales ofrecían paquetes de las marcas La Llave, Bustelo y Pilón, con un poco más de 280 gramos y que costaban alrededor de 8 CUC, el salario de toda una semana de un profesional cubano.
Con el cierre de las fronteras y la prohibición de viaje para los residentes en el país, la oferta del producto traído desde el extranjero se ha agotado prácticamente y los pocos que quedan a la venta superan los 12 CUC. Ahora, apenas se consigue en ese mercado el café que es desviado de los almacenes oficiales.
En las proximidades de la calle 26, a pocos metros del Zoológico de La Habana, un barrio de casas de madera y metal ha vivido por décadas de la venta del café sustraído de la cercana torrefactora. En las pequeñas viviendas separan en porciones, empaquetan y distribuyen la mercancía a vendedores informales que tienen una amplia red de contactos con cafeterías, paladares y clientes particulares.
"Estamos secos", advierte a varias familias de un bloque de edificios cercanos un vendedor que por años les ha llevado "café de calidad más barato que en la shopping pero con mejor sabor que el del mercado racionado". El pequeño comerciante asegura que "la torrefactora no está moliendo porque no hay café y no hay todavía una fecha para que se recupera la situación".
A pocos metros de la torrefactora, desde el pasado mes abrió sus puertas uno de los mercados de venta de alimento en divisas. En sus anaqueles se ven decenas de paquetes de café Cubita y Serrano que cuestan más de 4 dólares. A las afueras de la tienda, un vendedor informal propone su tarjeta magnética a los clientes que quieren entrar pero no tienen divisas. "Todo lo que quieras comprar y me pagas cada dólar gastado a 1,25 CUC".
Un paquete de café comprado a través de ese intermediario roza los 6 pesos convertibles. "Una fortuna pero que voy a pagar porque en mi casa puede faltar la comida y hasta el jabón, pero sin café no podemos funcionar", lamentaba una cliente que finalmente este sábado se decidió a aceptar la oferta del revendedor.
Mientras tanto, en los mercados en pesos, en cuanto se escucha el rumor de que van a vender café en pocos minutos se crea una fila larga y de gente ansiosa por conseguir el producto. La mayoría de las veces el suministro que llega a estos comercios es limitado y buena parte de los que esperan se van con las manos vacías.
La plataforma TuEnvío es de los pocos caminos legales que quedan para poder hacerse con el producto, pero solo se puede comprar en combos, acompañado de otras mercancías con menos demanda y el precio total puede superar los 24 CUC, imposible de pagar para muchas familias que tienen el salario como única entrada económica.
"Para comprar un paquete de café tuve que cargar también con dos salsas de tomate y una botella de aceite que no me hacía falta, pero bueno al menos mañana cuando me levante podré poner la cafetera", comenta Viviana, una cliente de este servicio de comercio electrónico que desde su apertura ha sufrido muchas críticas.
"El paquete que compré lo tengo que dividir entre mi mamá, una vecina que me había regalado un poco la semana pasada y una tía". Para Viviana, "la vida vuelve a tener sentido porque sin café estaba como un zombie".
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