"El CDR siempre manda la ayuda a las mismas casas", protestan los vecinos de Regla

La Habana/En la sala de la cantante Haydée Milanés un grupo de artistas y periodistas independientes clasifica las donaciones entregadas por amigos y vecinos. Ropa, toallas, sábanas, juguetes, zapatos, velas y, también, leche en polvo, latas de carne, galletas, panes y agua embotellada.

Se han movilizado a través de las redes sociales para volver a las calles de las zonas de La Habana más afectadas por el tornado del pasado domingo. Los días anteriores fueron a Luyanó. Ahora toca ayudar a la gente de Regla.

Entre los artistas se nota algunas caras bien conocidas, como los músicos Jorgito Kamankola y Athanai o el director de cine Carlos Lechuga. Al filo de la una sale una caravana de ocho autos cargados de ropa y comida.

Al llegar a Regla la policía impide el acceso. El problema se resuelve con una visita a las autoridades del Poder Popular local, que designa una "representante del Gobierno" para acompañar a la caravana.

Al llegar a Regla la policía impide el acceso. El problema se resuelve con una visita a las autoridades del Poder Popular local, que designa una "representante del Gobierno"

Se trata de ir a las zonas más afectadas para llevar ayuda a los que han perdido el techo de su casa y llevan días durmiendo a la intemperie, como los vecinos de la Calzada Vieja. No tienen electricidad desde que el pasado domingo el tornado atravesó esa zona.

En esa calle trabajan los linieros, que aseguran que "ya les falta poco" para terminar. "No somos de La Habana pero hemos venido a ayudar a componer este desastre", dice uno de ellos mientras acepta un pomo de agua para aliviar la sed.

La "representante del Gobierno" busca a la presidenta del Comité de Defensa de la Revolución (CDR) para ver quiénes son los más afectados en esas calles. Vuelve con algunas direcciones y se comienza a repartir los artículos recolectados. Pero muy pronto todos se dan cuenta de que, excepto dos casitas que estaban en muy malas condiciones, todas las viviendas de la calle tienen techo y no están muy dañadas.

Algunos se acercan a los autos pidiendo velas y agua pero la representante del Gobierno les grita: "Aquí no puede venir nadie, nosotros iremos casa por casa".

Una de las voluntarias de la caravana se acerca a los vecinos para que le indiquen dónde encontrar casas con niños chiquitos y viviendas sin techo. La joven entrega agua, leche, pan, velas y latas de carne a esas familias.

Una de las voluntarias de la caravana se acerca a los vecinos para que le indiquen dónde encontrar casas con niños chiquitos y viviendas sin techo

Los ánimos se caldean y los vecinos comienzan a gritar su inconformidad. "Siempre son los mismos y aquí todo el mundo necesita ayuda, es un descaro lo que se trae la presidenta del CDR, siempre manda la ayuda para las mismas casas cada vez que llega alguien con donaciones".

Ante esa situación la representante del Gobierno ordena a la caravana que se retire y asegura que ella guiará al grupo hacia un nuevo lugar llamado La Ciruela. Cuesta entrar a esa zona porque la policía tiene bloqueadas muchas calles.

En La Ciruela se repite la misma escena que en la Calzada Vieja. Apenas hay casas sin techos, la pobreza y el mal vivir es el de todos los días, incrementados por la falta de electricidad. También aquí aparece el presidente del CDR, que informa de dos casos críticos. Una joven madre que vive en una casa que ha perdido su techo y un matrimonio de adultos mayores a los que se le derrumbó media casa. Les dejan agua, comida y algo de ropa.

"Muchas gracias por llegar hasta aquí mi niña, es que a mí no me gusta pedir nada ni meterme en moloteras", dice Lourdes Alfonso Villegas

"Muchas gracias por llegar hasta aquí mi niña, es que a mí no me gusta pedir nada ni meterme en moloteras", dice Lourdes Alfonso Villegas, que vive en la calle Gerardo Granda en una casa que ha perdido la mitad de su techo.

Otra vez el grupo constata que aquí no están los más necesitados. La caravana deja a la representante del Gobierno y coge rumbo a Luyanó, que los artistas conocen bien porque repartieron ayuda en esa zona en dos oportunidades esta semana.

En Luyanó todo es más fácil. Caminando calle por calle, visitando casa por casa, dejan todo lo que les queda. Ya es noche cuando terminan las entregas. Antes de irse, se hacen una foto al pie de una iglesia que ha perdido su campanario.

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