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La mensajería privada derrota a Correos de Cuba

En un país en el que no funciona Amazon y la mayoría de las tiendas no ofrecen servicio de entrega a domicilio, la novedad de que los productos lleguen hasta la puerta se extiende

Se extiende entre los cubanos la entrega a domicilio. (14ymedio)
Zunilda Mata

07 de octubre 2018 - 00:23

La Habana/“Llevamos los productos de las tiendas hasta su hogar”, reza un anuncio de uno de los sitios de clasificados más populares en Cuba. “No pase trabajo, no camine, no sude”, agrega en tono divertido el texto. En un país en el que no funciona el conocido portal Amazon y la mayoría de las tiendas no ofrecen el servicio de entrega a domicilio, la novedad de que los productos lleguen hasta la puerta empieza a extenderse.

Marieta y Carlos, de 23 y 28 años respectivamente, llevan más de un año dedicándose a lo que llaman “mensajería especializada”. Empezaron con un amigo vendiendo electrodomésticos y material de construcción que trasladaban hacia donde el cliente quisiera. “Pero después nos dimos cuenta de que el negocio era, justamente, colarse en el ramo de llevar cualquier producto hasta la casa”, asegura la joven.

Así crearon CHL, un pequeño negocio cuyas siglas recuerdan al famoso servicio de mensajería DHL, pero “con la C de Cuba”, advierte Marieta. “Movemos todo tipo de cosas, desde cartas hasta refrigeradores y si alguien quiere que vayamos por él al mercado y traerle la compra, también lo hacemos”. Los precios varían según la distancia pero dentro de La Habana “una visita a la tienda y el transporte de la mercancía cuesta entre 3 y 5 CUC según el volumen”.

Crearon CHL, un pequeño negocio cuyas siglas recuerdan al famoso servicio de mensajería DHL, pero “con la C de Cuba”

“Para gente muy ocupada o que tiene problemas de movilidad esto es un batazo”, asegura Carlos. “Además protegemos muy bien el paquete o los productos que vamos a trasladar y tenemos cajas y envases para que no se rompa ni un huevo”. En los últimos meses han “duplicado la clientela”, afirman ambos, gracias a que “se corrió la voz de lo que estamos haciendo”.

Ahora hay comerciantes del mercado informal que los contactan para que les brinde el servicio de llevar las compras a sus clientes. “Ellos se ocupan solo de la venta y nosotros del traslado, lo que les deja más tiempo para su negocio”, explica Carlos. “Funciona como una cadena, desde el sitio de clasificados, pasando por el vendedor y hasta llegar a nosotros”.

El negocio de los jóvenes funciona al margen del Estado y llena un vacío en el traslado de mercancías, paquetería o correspondencia entre los ciudadanos.

La Empresa Correos de Cuba tiene una pésima reputación entre el público, debido a la lentitud en las entregas y el vandalismo que sufren los paquetes transportados por esa compañía estatal. Al menos dos generaciones de cubanos han aprendido desde pequeños a no confiar en el servicio de correo y evitan colocar cartas o postales en los buzones.

Sin embargo, aunque la larga crisis del correo nacional puede ser un dolor de cabeza para unos, otros han decidido aprovechar sus fallos. “Nos dimos cuenta de que mucha gente quiere mandar un paquete, un ramo de rosas o una carta pero no confía en el servicio del Ministerio de Comunicaciones”, señala Abelardo, que trabajó dos años como ingeniero y decidió, a sus 33 años, pasarse al negocio de la mensajería informal.

La Empresa Correos de Cuba tiene una pésima reputación entre el público, debido a la lentitud en las entregas y el vandalismo que sufren los paquetes

“Mis clientes son mayoritariamente embajadas, pequeños negocios privados y extranjeros residentes en Cuba que quieren hacer llegar algo a algún lugar”, explica a 14ymedio. “Tenemos una amplia red de carteros en todas las provincias y para trasladar los paquetes usamos los ómnibus de Viazul o de Astro”.

En el lugar de destino, un colega de Abelardo espera al ómnibus, recepciona el paquete y lo lleva hasta su destinatario final. “En menos de 48 horas la persona tiene en sus manos el envío, mejor imposible”, se ufana el ingeniero, que sueña con “poder tener un parque de vehículos para seguir creciendo y un día hasta una avioneta ¿Por qué no?”

Abelardo se ha especializado en hacer de enlace entre los compradores y las mulas que importan mercancía a Cuba. También trabaja de la mano con agencias informales de paquetería que envían, en el equipaje de pasajeros, paquetes para distribuir a sus familiares en la Isla. En ese caso, su servicio es mucho más eficiente que el estatal.

Según Correos de Cuba, desde que un bulto postal llega a Cuba se demora “de 7 a 15 días en llegar a las provincias, en La Habana demoran 5 días hasta la unidad de distribución”. Abelardo se enorgullece de entregar dentro de la capital en menos de tres días y cuatro si el paquete debe llegar a provincia. “Está garantizado el cuidado físico y la seguridad del envío”, puntualiza.

“Si el cliente quiere que le hagamos la compra en el mercado, le llevamos el comprobante y por un plus le incorporamos el paquete semanal. Los que llevan tiempo con nosotros ya pagan una mensualidad fija”, cuenta Abelardo. “Así nació Alibaba el portal de comercio electrónico chino, así que nadie se asombre si en pocos años este pequeño negocio lleva de todo a todas partes de Cuba”.

Abelardo sabe que todavía “la ley no permite tener medianas o grandes empresas” y espera que con la reforma constitucional “dejen finalmente que los emprendedores crezcan, porque todos nos beneficiamos”. El timbre del teléfono lo interrumpe y Abelardo comienza a planificar la próxima entrega: esta vez se trata de llevar a domicilio un cachorro de dálmata.

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