Navidades en Cuba, ¿pavo o 'hot dog'?
La Habana/Las cocinas y los restaurantes cubanos se preparan para la Nochebuena. El menú que se coloque sobre las mesas evidenciará el poder adquisitivo de cada familia y ahondará las diferencias sociales. Mientras algunos reservan en exclusivos sitios con comida gourmet, otros se conforman con productos del mercado racionado o con un hot dog: la "proteína" más barata del mercado en pesos convertibles.
La tradición navideña se abre paso en la Isla poco a poco. Los primeros árboles con guirnaldas que se colocaron en público, después de décadas de censura, se remontan a los años noventa del siglo pasado, con la dolarización de la economía y la irrupción de los negocios privados. Pero sólo a finales de 1997 la festividad volvió a ser "santificada" por el oficialismo, al decretarse el 25 de diciembre como feriado.
Desde ese entonces, la Nochebuena se ha hecho más sofisticada para quienes tienen acceso a la moneda fuerte. Doce uvas a las doce de la noche y sangría para brindar”, ofrece para este 24 de diciembre y para el 31 de diciembre. Una mezcla de tradiciones típicas del ajiaco cubano. El gobierno intenta hacer prevalecer la importancia de la festividad del 31 de diciembre, vísperas del triunfo de la Revolución, pero cada vez se hace más evidente que en el último mes del año a esa fecha le ha salido competencia.
Turrones, pavo en oferta por el equivalente a tres meses de salario y ron, mucho ron, se combinan en el menú que compartirán las familias de la clase media emergente
Turrones, pavo en oferta por el equivalente a tres meses de salario y ron, mucho ron, se combinan en el menú que compartirán las familias de la clase media emergente. Casi ocho años después de permitirse que los cubanos se hospeden en los hoteles nacionales, estos locales se han lanzado a la carrera por cautivar a un amplio espectro de clientes para la Navidad.
El Hotel Copacabana, en el municipio habanero de Playa, intenta competir en oferta con los glamorosos restaurantes privados de la zona. Por 30 pesos convertibles, el salario de un mes de un cirujano, cada persona accede en ese alojamiento a una mesa bufé en la que se brinda desde el tradicional pavo hasta lo más local, ropa vieja, pasando por mariscada, salmón, chuletas, lomo ahumado, o embutidos y quesos internacionales. Todo eso, con un coctel de bienvenida, música en vivo y un cake navideño.
Cerca de ahí, en la Tercera Avenida, la familia de Gladys prepara una cena muy diferente. "Sólo pude comprar tres libras de carne de cerdo porque está muy cara", comenta esta jubilada, a quien una hija emigrada le trajo los turrones desde Madrid. "El problema es que ahora diciembre lleva muchos gastos, tiene la cena del 31 y la del 24", se queja la mujer que asegurar preferir "como era hasta hace algunos años, en que este era un día como otro cualquiera".
Llevar a casa un conejo relleno se eleva a 180 pesos cubanos, lo que recibe de pensión mensual un maestro retirado
Para la familia de Gladys los gastos no se han convertido solo en comida. "El nieto más chiquito quería su arbolito, con nacimiento y todo", cuenta la pensionada. No obstante, reconoce: "Son unos días muy lindos que uno pasa con la familia y me hace recordar cuando era niña y mi abuela me cantaba villancicos y mis padres me ponían los regalos al pie del árbol de Navidad".
En Santiago de Cuba, el hotel que lleva el nombre de la ciudad cabecera también se ha preparado para la ocasión. Un bufé gourmet con precios que van desde 45 hasta 50 pesos convertibles por persona tiene opciones de comida italiana o criolla junto a una copa de vino. Algo que parece un sueño para una provincia donde la pobreza se ha extendido en los últimos años.
La clase emergente con menos recursos recurre a ofertas que no superen los 20 pesos convertibles con bebida incluida. Es el caso del Jazz Café de La Habana, donde por ese precio una persona obtiene tres copas de vino, variada comida internacional y un postre cubano. El jazz sonará en el escenario hasta pasada la medianoche.
Restaurantes estatales como El Conejito aseguran servir "abundante comida criolla con cerdo asado y una guarnición típica" en moneda nacional. Llevar a casa un conejo relleno se eleva a 180 pesos cubanos, lo que recibe de pensión mensual un maestro retirado. "Ayudamos a que no tenga que cocinar en una celebración así", publicita a la puerta del lugar un empleado con carta en la mano y pajarita en el cuello.
A los mercados del sistema racionado en La Habana y otras provincias ha llegado una cuota no esperada de pollo congelado. "Es por el aniversario de la Revolución" repiten los carniceros sin mucha convicción
A los mercados del sistema racionado en La Habana y otras provincias ha llegado una cuota no esperada de pollo congelado. "Es por el aniversario de la Revolución" repiten los carniceros sin mucha convicción. Para muchos no ha pasado desapercibido que el suministro aterrizó en los mostradores antes de la cena de Nochebuena. "Esto será lo que comeré esta noche", advierte Yaquelín, vecina del paupérrimo barrio de La Timba, cercano a la Plaza de la Revolución.
El cardenal Jaime Ortega y Alamino refirió en un mensaje navideño transmitido en la televisión oficial que la Navidad "no es una fiesta de fin de año, es en sí misma una celebración de un peso grande, histórico, espiritual, cultural". Aunque el prelado reconoció que a pesar de que las tiendas están llenas de adornos navideños en Cuba, "seguimos sin saber lo que es" esta fiesta.
Otros, han reservado su propio manjar para la noche, dejando a un lado tradiciones y gastos excesivos. "Compré un paquete de perritos [hot dogs] para hoy y los voy a hacer con salsa, que a mis hijos les encantan", comenta una empleada de limpieza de un policlínico en el municipio San Miguel del Padrón. "A fin de cuentas Jesús nació en un establo, rodeado de puercos y vacas, así que no se puede pedir más".