Las tres paladares cerradas figuran entre los mejores restaurantes de La Habana
La Habana/El cierre de tres restaurantes privados en La Habana la semana pasada ha desatado las dudas entre los dueños de negocios gastronómicos. El hecho de que las tres paladares tuviesen una catalogación de "excelente" en Tripadvisor, uno de los portales de viajes más importantes de la red, ha alimentado el temor de que las autoridades estén actuando contra los negocios más prósperos.
La policía echó el cierre de El Litoral, Dolce Vita y Lungo Mare, todas ubicadas en el Vedado, después de un aparatoso operativo y la incautación de numerosos bienes, según pudo confirmar 14ymedio.
Alejandro Marcel Mendevil, cara visible de El Litoral, que figura a nombre de su madre, Nardis Francisca Mendivil, había tenido con anterioridad problemas con la justicia cuando trabajaba para una empresa vinculada al Ministerio de Turismo, según cuenta un empleado del local que prefirió permanecer en el anonimato. En esa ocasión estuvo "bajo investigación junto a otros empleados" por un supuesto desvío de recursos detectado en la entidad, que operaba con capital extranjero.
De aquella investigación salió sin cargos pero según el mismo empleado "ronda sobre él la sospecha de que en El Litoral estaba lavando el dinero extraviado"
De aquella investigación salió sin cargos pero según el mismo empleado "ronda sobre él la sospecha de que en El Litoral estaba lavando el dinero extraviado".
Nardis Francisca Mendivil, dueña legal de El Litoral, rechaza hablar con la prensa para no perjudicar a su hijo, que está preso en 100 y Aldabó y por advertencia de la Seguridad del Estado, pero sí desmiente la versión publicada por algunos medios según la cual él era propietario de los tres paladares cerrados.
"Nosotros no tenemos nada que ver con Lungo Mare", asegura la madre del detenido. Otras fuentes del entorno reconocen que Mendivil gestionó también en un momento esa paladar pero la había vendido "hace unos meses".
Además, se queja de que no es la primera vez que tratan de imputar delitos falsos a su hijo ya que en el pasado se le quiso achacar la muerte de un policía, ocurrida tiempo atrás, quien según Mendivil se disparó "a sí mismo en el interior de una patrulla policial", a pocos metros de la paladar.
El cierre de los restaurantes se produjo después de un exhaustivo registro por parte del Departamento Técnico de Investigaciones de conjunto con fuerzas de la policía.
La noticia de lo sucedido circuló a través de correos electrónicos en el boletín de Cubapaladar sobre negocios gastronómicos. Sus organizadores se apresuraron a retirar los locales de su lista de recomendaciones y advierten que nunca van a incluir un establecimiento que se encuentre "bajo una investigación legal o estuvo involucrado en algún caso que viole alguna ley cubana".
Este jueves un improvisado cartel con la palabra "Cerrado" era la única señal visible que encontraban los clientes en la puerta del número 161 de Malecón entre K y L donde hasta hace poco El Litoral desbordaba de dinamismo. La zona ahora permanece desierta.
El operativo y la confiscación de numerosas pertenencias del local fueron comentadas por todo el barrio. "Vi desfilar muchas cosas: aires acondicionados, bebidas de diferentes marcas que tenían en la bodega, sillas, mesas, hasta los cubiertos se llevaron", relata un vecino.
Según el empleado del local al que tuvo acceso 14ymedio, los agentes también se llevaron todo lo que había en el sótano donde iba a inaugurarse un nuevo espacio destinado a "la degustación de bebidas exquisitas y tabacos cubanos".
El sitio, con una vasta carta especializada en mariscos y pescados, se convirtió en poco tiempo en un emblema de la nueva época para el emprendimiento cubano tras las flexibilizaciones al sector cuentapropista impulsadas por el Gobierno de Raúl Castro a partir de 2010.
"Desde que entrabas por la puerta te parecía que no estabas en Cuba por la variedad de platos y la eficiencia del servicio", cuenta Grégory, un francés que en la última década ha visitado más de una veintena de veces Cuba, donde tiene "dos hijas y muchos amigos".
Sin embargo, aquellos tiempos de bonanza y glamour parecen haber terminado en la casona de amplios salones y una vista directamente hacia el mar.
La escena de El Litoral se repite en el restaurante Dolce Vita, especializado en comida mediterránea y también ubicado en el Malecón habanero. El lugar, que era un ajetreo de camareros y clientes, ahora está cerrado a cal y canto.
"Esto pasó porque se destacó mucho. El Litoral se convirtió en una referencia y venían muchos extranjeros y diplomáticos"
En la esquina que hacen la calle 1ra y C, en el Vedado, el silencio también se ha apoderado de la terraza exterior y del área interior de Lungo Mare. Bajo su distintivo toldo de listas blancas y rojas no se siente el ruido de los cubiertos ni el tintinear de las copas. "Esto está muerto y va a costar tiempo que resucite", ironiza un vendedor de periódicos que lamenta la situación.
"Todo el barrio se beneficiaba con este restaurante porque venía mucha gente y yo podía vender algunos de mis periódicos a un precio un poco mejor", explica.
"Esto pasó porque se destacó mucho", cuenta Luis Carlos un joven que hace de mensajero de productos agrícolas para varios restaurantes de la zona. "El Litoral se convirtió en una referencia y venían muchos extranjeros y diplomáticos", explica. "Aquí vendían las mejores croquetas de La Habana y no es un chiste".
Ningún otro propietario de restaurante o cafetería particulares de la zona ha querido comentar el caso.