Las ‘arañas’, el transporte de la necesidad y la diversión en los campos cubanos
Candelaria/Resuenan las herraduras contra el asfalto y saltan algunas chispas. Los conductores de las dos arañas se sienten como líderes de una cuadriga en el Coliseo romano. Es la hora de la carrera y de la diversión sobre un vehículo usado para el trabajo, el traslado y las apuestas en los campos cubanos.
Arnaldo cuidó y preparó a El Invencible desde que nació. "Vi que iba a ser un vencedor y no me ha defraudado", cuenta con orgullo mientras pasa la mano por el lomo del animal. "Este caballo me ha dado los mejores momentos de mi vida", comenta a 14ymedio. "La placa de la casa la pude hacer con el dinero que gané en las carreras".
Cada fin de semana, el orondo propietario viaja hasta cerca del poblado de Las Tecas en San Cristóbal, Artemisa, para participar en los topes. "Al principio era como un juego, pero esto se ha convertido en lo más importante que hago ahora mismo", cuenta.
En estos ligeros vehículos tirados por caballos se traslada la mensajería, las mercancías para el mercado informal, los enfermos a los hospitales y los niños a las escuelas
En los enormes altavoces que llevan algunos carromatos, resuenan las rancheras y los corridos mexicanos. Familias enteras vienen para ver a los caballos en plena acción, lo que atrae a vendedores con todo tipo de ofertas, desde algodón azucarado hasta panes con lechón. El ron también protagoniza parte de la jornada.
Las arañas han evitado que el guajiro cubano se quede en la inmovilidad a la que obliga el colapso del transporte. En estos ligeros vehículos tirados por caballos se traslada la mensajería, las mercancías para el mercado informal, los enfermos a los hospitales y los niños a las escuelas.
La Isla está surcada por miles de imaginarias hebras que tejen diariamente las arañitas, como cariñosamente también se las llama. "Una araña es para un guajiro como parte de su familia, de ella depende que coma y que no se le pudran los alimentos en los campos", reitera Arnaldo.
Artemisa, una provincia con profundas raíces agrícolas, es la meca de las arañas. Aquí se le rinde culto a ese rústico medio de transportación. Hasta el punto de ser uno de los lugares de la Isla donde más sofisticadas se han vuelto las carreras que ya cuentan con una legión de seguidores.
En Artemisa se han documentado 3.116 vehículos de tracción animal, empleados para la carga de materias primas, desechos, productos alimenticios, transporte de pasajeros o el disfrute personal de sus propietarios, según datos oficiales.
Esta cifra va en aumento, sobre todo en zonas de campo como Candelaria, Bahía Honda, Güira de Melena y San Cristóbal.
En Artemisa se han documentado 3.116 vehículos de tracción animal, empleados para la carga de materias primas, desechos, productos alimenticios, transporte de pasajeros o el disfrute personal de sus propietarios
"Vengo desde hace años y se pasa muy bien los fines de semana", cuenta Roberto, un militar jubilado que siempre soñó con ver "una carrera de verdad". Cuando era niño su padre le contaba los detalles del mítico Hipódromo Oriental Park, de Marianao, en La Habana, cerrado desde 1967.
Recientemente, el embajador de Cuba en Estados Unidos, José Ramón Cabañas, fue invitado al Kentucky Derby, la prestigiosa cita hípica norteamericana que tiene muchos admiradores en la Isla. El funcionario definió el momento como "un intercambio productivo con líderes de negocios, funcionarios y cubanoamericanos".
Los elevados precios de otras opciones recreativas también motivan a muchos a tener un rato de ocio en la carretera mientras ven a su araña preferida correr contra otras. Alrededor de varias cafeterías privadas de la zona se reúnen caballiteros, como se le dice a los corredores, y un público fiel que aplaude y grita.
Los ánimos suben de temperatura en algunas ocasiones y no faltan las broncas, aunque muchos artemiseños de la zona se quejan fundamentalmente de la congestión en las carreteras y de los peligros para el tránsito de vehículos.
"Hay que apartarse hasta que pase esta locura", advierte Adriana, vecina de uno de los puntos más concurridos de carreras de arañas. Rara vez la policía aparece por el lugar y el poco orden que existe en el evento lo pone el interés de que todo salga bien para que no se pierdan las apuestas.
Pero no es solo diversión o necesidad lo que mueve a estos vehículos. Raúl Martínez goza de gran prestigio entre los arañeros de la zona, pues se ocupa de la organización de las peregrinaciones de estos vehículos hasta el Santuario de San Lázaro en el vecino poblado El Rincón cada 17 de diciembre.
Martínez acoge en su casa a los arañeros que vienen desde los Remates de Guane. Le brinda descanso y alimentos a los animales para continuar el viaje intercalando la travesía por carretera y cerca de la línea de ferrocarril.
"En realidad no sé cuándo comenzó la tradición, si tuviera carro no hacía la travesía en araña, pero es lo que hay".
"Como no tenemos un rodeo dónde agruparnos, nos reunimos en Las Tecas y ahí corremos los caballos y fiestamos un poco, luego regresamos topando los caballos a ver cuál es el mejor", cuenta Alejandro, otro de los arañeros.
El joven describe la construcción de una araña como "fácil". Se necesitan "ruedas de moto, un par de sillas plásticas de esas de las escuelas, y enganches ligeros, para que no se formen cajones de aire y el caballo pueda avanzar más fácil".
Alejandro asegura que "las carreras de Las Tecas son por diversión, aunque siempre hay un loco que apuesta algo". Otro parroquiano asegura que ha llegado a haber apuestas hasta de 20.000 pesos
Algunos prefieren hacer un trabajo más fino y ponen asientos de madera bien tallada con letreros, equipos de música con baterías y adornos llamativos. La mayoría de los corredores tiene dos arañas, una para trabajar y otra "para salir".
Los caballos llegan a alcanzar más de 40 kilómetros por hora en tramos que pueden variar aproximadamente desde los cinco y hasta los 20 kilómetros.
"Las quejas sobre estas carreras aumentan cada semana", asegura una funcionaria del Poder Popular en San Cristóbal que prefirió el anonimato. "Sabemos que es imposible transitar por la carretera central en los horarios en que salen de Las Tecas, estamos haciendo lo posible por eliminar esta situación", explicó a 14ymedio.
Entre 2010 y 2014 se registraron en Cuba 2.093 accidentes de tránsito en los que estuvieron involucrados vehículos tirados por animales en los que perdieron la vida 84 personas y otras 1.805 resultaron lesionadas.
Alejandro asegura que "las carreras de Las Tecas son por diversión, aunque siempre hay un loco que apuesta algo". Pero cerca del joven, otro parroquiano asegura que las que se realizan en la autopista en el tramo de Bauta-Caimito han llegado a tener apuestas hasta de 20.000 pesos. "Todo depende de la fama que haya alcanzado el caballo en otras carreras".