Tras meses sin verlos en Camagüey, los cigarros cubanos vuelven en dólares

Lejos de la industria artesanal e ilegal, los fumadores no se acostumbran a los nuevos precios oficiales

Tabaco en la tienda en divisas de Nuevitas La Alameda. (14ymedio)
Tabaco en la tienda en divisas de Nuevitas La Alameda. (14ymedio)
Ricardo Fernández

12 de abril 2021 - 12:13

Nuevitas/El déficit de cigarrillos, que disparó el precio de la cajetilla a más de 100 pesos en el mercado informal en Cuba, llegó a su fin en Camagüey. Aunque el producto ha regresado, ahora no bastan las largas colas ni pagar elevados precios, sino que para comprarlo se necesita de moneda extranjera, único camino hacia este ícono de la identidad nacional.

El tabaco subió de precio el 1 de enero, con el inicio de la Tarea Ordenamiento, pero el alza fue el menor de los problemas de unos consumidores que habían visto desaparecer el producto meses atrás. Junto al ron y el café, dos de los otros símbolos de la cubanidad, la "fuma" dejó de estar disponible para los bolsillos del trabajador.

Desde finales del pasado año se esfumaron de la red de tiendas y cafeterías estatales los cigarros que se vendían de forma liberada, de las marcas Popular, Aromas, Titanes y Criollo

Desde finales del pasado año se esfumaron de la red de tiendas y cafeterías estatales los cigarros que se vendían de forma liberada, de las marcas Popular, Aromas, Titanes y Criollo. Primero se dejaron de ver los que se vendían en moneda nacional pero el déficit alcanzó también a la oferta en pesos convertibles.

La carestía de los cigarros se agravó cuando el CUP y el CUC se dieron el abrazo mortal de la unificación monetaria. "La demanda disparó los precios de los cigarros", explica a 14ymedio Rubén, un cuentapropista de Nuevitas, Camagüey. La ausencia del producto ha multiplicado su valor y hecho que los renqueantes negocios locales se aferren a él para reflotar sus ventas.

"En mi merendero llegamos a ofertar la cajetilla de H.Upmann con filtro a 100 pesos para mantener la clientela, porque comprándolo en el mercado negro en cantidades tenía que pagarlo a 95. Esa misma cajetilla la había vendido en octubre pasado a 20 pesos, porque la compraba en las tiendas de pesos convertibles a 70 centavos".

La subida de precios y desaparición del producto es una buena noticia para quienes advierten sobre el flagelo del tabaco en la sociedad cubana. En enero de 2020 se confirmó que el cáncer de pulmón es la primera causa de muerte en la Isla, según el Ministerio de Salud Pública.

Solo en 2019 se registraron 48.617 nuevos casos de este tipo de cáncer, y fueron 24.912 personas las que fallecieron por ese padecimiento en ese período. Pero la falta de cigarros en la red de venta estatal no significa que el consumo haya caído. El mercado informal tiene una vieja experiencia en producir cigarrillos.

"Tenemos turnos rotativos, esto no para", explica a 14ymedio el administrador principal de una industria clandestina en la barriada de San Leopoldo en La Habana. "El problema es que como hay varias fábricas estatales cerradas por brotes de covid o porque están organizándose con los precios, la picadura que se puede sacar no es tanta".

La industria informal de cigarrillos se nutre de la materia prima sustraída de las fábricas estatales, puesto que los cultivadores de tabaco, o vegueros, solo pueden vender las hojas cosechadas al Estado y su comercialización es un monopolio oficial, como la leche, el ron, el cacao, la papa y la carne de res.

Seis empleados se rotan cada ocho horas en unas rudimentarias máquinas que envuelven el tabaco picado en papel, mientras otros trabajadores compilan los cigarrillos y los meten en cajas. La pequeña fábrica clandestina cabe en la sala de la casa.

"No puedes esconder cuando cocinas langosta, envuelves cigarros o revendes gasolina, la peste te señala", admite el productor informal, pero los vecinos simulan no darse por enterados. "Al que no se quiere callar le damos unas cajitas de regalo y termina poniéndose punto en boca", explica.

No obstante, lejos de la industria artesanal e ilegal de San Leopoldo, los camagüeyanos no se acostumbran a los nuevos precios oficiales.

"Nunca pensé volver a ver el cigarro a ese precio", comenta Juan Álvarez, un jubilado que recibe remesas de su hija en Estados Unidos. "En los 90, cuando el Período Especial estaba duro, pagué hasta 40 pesos por una caja de cigarros. Ahora he llegado a comprar una de Criollos a 50 pesos, porque los H. Upmann con filtro no aparecían", lamenta.

"Pero lo peor es que en los 90 los compraba de contrabando, hoy es el propio Gobierno el que estableció los altos precios poniendo los cigarros en MLC (moneda libremente convertible) y a 1,05 la H. Upmann con filtro, que antes costaba 0,70 CUC, eso equivale a unos 50 pesos si lo calculamos a como está el dólar en la calle."

Pese al aumento de los salarios a partir del 1 de enero, la subida del precio de la cajetilla de tabaco afecta al amplio sector de la población cubana, que, según datos de 2010, tiene un consumo per cápita de 1.362,5 cigarrillos al año.

Tradicionalmente, a Camagüey llegaban, cada mes, tres millones de cajas de todo tipo de cigarro fuerte y rubio, para la venta libre en el mercado minorista, cantidad que no se alcanzó en ninguno de los meses transcurridos este año

Según Alexis Álvarez Macías, de la Empresa Mayorista de Productos Alimenticios, que pertenece al Estado, la llegada a la provincia de Camagüey de solo el 63% de los cigarrillos Populares se debe a "dificultades con la transportación por escasez de combustible y la llegada tardía de las cargas a la Empa para asegurar el reaprovisionamiento del producto en el mercado minorista".

Tradicionalmente, a Camagüey llegaban, cada mes, tres millones de cajas de todo tipo de cigarro fuerte y rubio, para la venta libre en el mercado minorista, cantidad que no se alcanzó en ninguno de los meses transcurridos este año.

"Las dos veces que entró cigarro a Nuevitas vendieron una asignación de 4 cajas a 10 pesos cada una, por núcleo; pero había que llevar la libreta de abastecimiento. Imagínate que nosotros somos 5 en la casa y tres fumadores, aquello no nos alcanzó ni para empezar", comenta, molesta y con la mirada perdida entre los columpios vacíos, Yusimí, una guardaparques mientras amontonaba las hojas secas de los árboles.

"Digan lo que digan, pero esta escasez fue para poner los cigarros en dólares y que nosotros lo viéramos como un beneficio, en vez de protestar. Yo tendré que seguir comprándolos por la calle al precio que pidan, porque no tengo de dónde sacar los dólares".

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