Croquetas de pescado
La Habana/¿Cuántas veces no hemos estado ante el refrigerador casi vacío y con la necesidad de preparar un plato para toda la familia? Las croquetas son ese tipo de recetas que nos permite hacer mucho con poco. Además, resultan muy sabrosas, gustan a la mayoría de los comensales y siempre se les puede dar un toque de distinción si se sirven acompañadas de varias salsas a elegir.
Hoy les propongo unas croquetas que lo mismo pueden ser de pescado de mar que de río. La aclaración no está mal, porque desde hace bastante tiempo en nuestras pescaderías sólo se ven tencas y clarias, mientras el pargo y la cherna son cosa del pasado. Bueno, pues a convertirlas en un sabroso plato hecho en casa.
Los ingredientes que vamos a necesitar son:
2 tazas de pescado hervido
1 ½ cucharadita de sal
1 cucharadita de vino seco
1 cucharada de cebolla
1 taza de leche
1 cucharada de mantequilla
1/8 cucharadita de pimienta
1/8 de cucharadita de nuez moscada rallada
6 cucharadas de harina de trigo
Para el empanizado:
2 tazas de pan rallado o galleta molida
2 huevos batidos
Modo de preparación:
Comencemos por hervir el pescado y, una vez que se haya enfriado, retiraremos todas las espinas, colaremos y pondremos en un vaso el caldo resultante. Entonces, procederemos a mezclar la harina con la leche y a esa mezcla le podemos sumar varias cucharadas de ese líquido con sabor a pescado que nos quedó después de cocinarlo.
La cebolla, cortada en cuadritos pequeñitos, debe ser sofreída en aceite bien caliente hasta que quede transparente. Una vez que tengamos en la sartén la cebolla ya lista, entonces le agregaremos la mezcla de la harina con la leche y las cucharadas de caldo. Debemos revolver la mezcla con una cuchara de madera, de forma constante hasta que se cuaje y para que no se pegue.
La mezcla debe quedar espesa como si fuera un puré o una crema bien densa. Es el momento indicado para agregar la pimienta, la sal, la nuez moscada, el vino seco y la cucharada de mantequilla. Esta última dará a las croquetas una textura más suave.
Seguiremos mezclando y revolviendo con la cuchara de madera, hasta que sintamos que la masa está compacta y se va formando una bola. Debemos proceder a retirarla del fuego y dejarla enfriar. Cuando ya no esté caliente, la iremos tomando en cucharadas y a esas bolitas les daremos una forma más cilíndrica, un poco más gruesas o más delgadas según el gusto de cada cual.
Tendremos cerca dos platos, uno de ellos donde hemos batido los dos huevos y el otro donde habremos colocado el pan rallado o el polvo de galletas. Entonces mojaremos la masa con la forma ya lograda con el huevo y después la pasaremos por el pan, al menos dos veces.
Una sartén con aceite caliente es el paso final para dejarlas doraditas y listas para comer. Al momento de servirlas podemos colocar al lado alguna salsa picante, mostaza o mayonesa para alternar sabores. ¡Buen provecho!