La provincia cubana de Ciego de Ávila registra una mortalidad infantil superior a la de México y El Salvador
Este 2021 fallecieron 45 menores de 1 año, frente a los 23 del pasado, pero el problema se remonta a antes de la pandemia
Madrid/Las muertes infantiles se duplicaron en Ciego de Ávila este 2021 respecto al año anterior, al pasar de los 23 a los 45 bebés de hasta 12 meses fallecidos en lo que va de año. El efecto también se nota en la tasa de mortalidad, que da un salto desde los 6,4 a los 13,8 por mil, según revela el diario Invasor en un artículo que intenta analizar las causas de un problema que va más allá de la pandemia.
Aunque el trágico salto en las cifras que se produjo el último año y puede explicarse parcialmente por la repercusión del covid-19 en la saturación del Sistema Nacional de Salud, los profesionales confirman que las causas son variadas y se prolongan en el tiempo. La provincia tiene de forma constante desde hace años una de las tasas más elevadas de mortalidad infantil de la Isla, en franca disputa con Guantánamo, que alcanzó el 6,8 el pasado año. La media es, además, elevada frente al conjunto de la Isla, que el pasado año cerró con una tasa del 4,9 por cada mil.
Según el texto del diario provincial, los principales fallos se producen en la atención primaria, donde a veces no se recibe el seguimiento adecuado
"Inciden el bajo peso al nacer y la prematuridad en la morbilidad y la mortalidad del territorio, asociados, fundamentalmente, a la hipertensión arterial, el crecimiento intrauterino retardado y el embarazo en la adolescencia. Muchos bebés llegan al servicio de Neonatología con pesos extremos (menos de 1.500 y 1.000 gramos), que ponen en riesgo su vida y extienden la estadía hospitalaria", explicó a Invasor Luis Carmenate Martínez, jefe del área de ginecología y obstetricia en la provincia y funcionario del Programa Materno Infantil (Pami).
Según el texto del diario provincial, los principales fallos se producen en la atención primaria, donde a veces no se recibe el seguimiento adecuado, este año en parte porque hubo personal desplazado a las zonas rojas por el covid o se suspendieron consultas, pero también por falta de inversión.
Ernesto René, que trabajó durante 34 años en el Pami, dice que hace 20 años que se empezó a desarticular el trabajo intersectorial del programa, que, afirma categóricamente, hoy no funciona. El doctor ha expuesto su opinión en un comentario al artículo, en el que denuncia la falta de un sistema de promoción y educación para la salud que, a su juicio, ha sido desmontado. Además, añade, los grupos de trabajo no están completos y falta apoyo del sector.
"Se han perdido profesionales con experiencia en el PAMI por políticas y decisiones en la provincia de sus directivos de forma totalmente equivocadas y carentes de ciencia y de experiencia", agrega.
René, además advierte de la falta de motivación entre el personal de salud, que acaba abandonando. "No se han cuidado profesionales de valía como obstetras, pediatras o enfermeros clínicos, de las atenciones primarias y secundarias y considero que se deben revisar las motivaciones y barreras que tiene el personal que trabaja en esa área tan sensible".
El doctor, que describe el programa como bello y amoroso, cree que se ha dejado tanto que la provincia vuelve a niveles de mortalidad propios del siglo pasado, lo que además conduce a problemas secundarios como la depresión entre las familias de quienes pierden un bebé o a la madre. En Ciego de Ávila fallecieron también 11 mujeres en el parto, frente a las 2 de 2020.
"La tasa de mortalidad materna lleva análisis y toma de decisiones técnicas y administrativas de formas ágiles y dinámicas", juzga el profesor, que también alerta del riesgo de los embarazos adolescentes en Ciego de Ávila, líder en la Isla de este mal.
"La situación constructiva de los salones de parto y cesárea, y de otras estructuras en el Hospital Provincial General Docente Doctor Antonio Luaces Iraola, ha propiciado un alza de las infecciones"
El texto de Invasor destaca otro grave problema aunque apenas da detalles, las infecciones en los hospitales. "La situación constructiva de los salones de parto y cesárea, y de otras estructuras en el Hospital Provincial General Docente Doctor Antonio Luaces Iraola, ha propiciado un alza de las infecciones asociadas a los servicios sanitarios y los pronósticos no son buenos", explica Carmenate Martínez.
El artículo también analiza la caída de la natalidad, que en los últimos años ha sido notable, pasando de los más de 4.000 nacimientos en 2015 a los menos de 3.300 de este año. El problema es de gran preocupación para las autoridades, que al cierre de 2020 alertaron de que, al registrarse 105.038 nacimientos y 112.439 defunciones, se produce un decrecimiento de la población independientemente de la migración.
La difíciles circunstancias vitales y la falta de futuro con los que se enfrentan los jóvenes cubanos ha repercutido directamente en la disminución de nacimientos en Cuba y el envejecimiento poblacional, algo que augura inminentes problemas por la falta de reemplazo generacional.
En 2019, Cuba ya exhibió un fuerte aumento de la mortalidad infantil al aumentar un 26% (una tasa del 3,9 por mil) respecto a 2018. A pesar de esto, los datos continúan siendo buenos en el contexto regional, con tasas muy por debajo de los 21 de Venezuela o, incluso, los 11 de México y 12 de El Salvador.
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