La venta de cocinas de inducción en Cuba se hará con libreta y por 3.343 pesos

La Habana/Los residentes en Las Tunas, Holguín, Granma, Santiago de Cuba y Guantánamo ya pueden conseguir una cocina de inducción, dos cacerolas, una sartén y una cafetera. Aunque podría parecer el anuncio de un sorteo, es la forma de vender los "módulos de inducción" en Cuba, pero hay dos requisitos que cumplir: poder demostrar que la anterior cocina está rota, y entregarla como prueba, y disponer de 3.343 pesos con los que afrontar el gasto, casi el salario completo de un mes para muchos trabajadores.

La venta comenzará en los próximos días, aunque había sido anunciada para marzo en las páginas de Granma, que señaló la reactivación, desde enero, del ensamblaje de los equipos en la empresa Industria Electrónica Camilo Cienfuegos, ubicada a las afueras de La Habana.

Este miércoles, Aida González Bravo, directora de Servicios Personales, Técnicos, Comerciales y de Uso Doméstico del Ministerio del Comercio Interior, explicó a la prensa oficial cómo se desarrollará la distribución, en los talleres del Programa de Ahorro Energético (PAE).

"En este primer momento, la venta es por la reposición de las cocinas, cuya resistencia eléctrica está sin solución, y que se vendieron hace algunos años como parte del programa del PAE"

"En este primer momento, la venta es por la reposición de las cocinas, cuya resistencia eléctrica está sin solución, y que se vendieron hace algunos años como parte del programa del PAE, y en los talleres existe un control de ese registro de pendientes", indica la funcionaria, que añade que la libreta de abastecimiento y el carné garantizarán el control de la venta para evitar el "acaparamiento".

Además, y para no desaprovechar nada, los talleres se apuntan al reciclaje. "El cliente deberá entregar la resistencia sin solución para recibir el módulo", ya que las cocinas "tienen partes y piezas que pueden ser recuperables y reaprovisionar los inventarios", explicó.

A pesar de ser por la libreta, los equipos tienen un costo tan elevado, y más en las condiciones actuales que vive el país, que la funcionaria tuvo que recordar que el Banco Central de Cuba ofrece créditos de hasta 5.000 pesos para la compra de bienes del hogar y efectos personales, siempre y cuando se tenga una cuenta y se pueda demostrar que se dispone de ingresos "lícitos", como destaca la resolución aprobada el pasado año.

Los módulos solo pueden comprarse al contado o si el banco concede estos créditos, ya que no será posible aplazar los pagos, una opción que a veces está disponible para los productos que superan los 2.500 pesos. Según la nota, este tipo de concesiones solo son para "aquellas unidades seleccionadas que cumplen ciertas condiciones", aunque el criterio de elección se desconoce.

La venta se iniciará con 40.000 equipos y, si la fábrica cumple y entrega las 10.000 unidades mensuales que ha prometido, se extenderá a otras provincias. Por ahora, los interesados deben acudir de manera presencial al taller para llevarse el combo, a excepción de quienes tienen algún motivo de salud que se lo impida, en cuyo caso se llevará a domicilio.

La funcionaria añadió que las familias vulnerables tendrán prioridad en la compra

La funcionaria añadió que las familias vulnerables, "los casos sociales identificados por la Seguridad Social, y pobladores del Plan Turquino (programa de atención para las familias de las zonas montañosas), además de las personas reportadas en el registro de pendientes", tendrán prioridad en la compra.

Las cocinas que ensambla la empresa Camilo Cienfuegos son posibles gracias a la cooperación china, según una nota de la agencia estatal del país asiático que a mediados de 2021 contó que los componentes llegan desde allí a Cuba para su montaje y posterior distribución en el PAE.

Este plan se enmarca en el desarrollo de la Revolución Energética, una iniciativa de Fidel Castro emprendida después de que el Periodo Especial hiciera mella en el sistema cubano. En la primera fase de este plan, a mediados de los 90, se identificó a los hogares considerados altos consumidores de energía para sustituir sus electrodomésticos, muchos de ellos fabricados en la Unión Soviética, y sustituirlos por unos nuevos más modernos y eficientes.

Aquel plan derivó en un cambio en la matriz energética del país, privilegiando la electricidad y sustituyendo poco a poco el gas. Sin embargo, el sistema nacional se ha ido encareciendo con el paso del tiempo, además de la irregularidad habitual que se produce en el suministro de energía, que sufre constantes cortes programados o no.

Las cocinas de inducción de venta en los últimos años tampoco han sido muy populares y los usuarios lamentan lo poco duraderas que son y la inexistencia de las piezas de repuesto en la Isla. Lo mismo sucede con el menaje que acompaña a estos equipos conformando los "módulos". Las quejas, en este caso, se centran en su fino material, que se dobla y deforma al poco de ser adquirido.

Para los que no reúnan los requisitos para adquirir el módulo en la nueva oferta, queda el camino del mercado informal, donde la cocina de inducción puede superar los 8.000 pesos y, si se añade el set de cazuelas, los 10.000. Los costos pueden ser más altos si se trata de un dispositivo importado, que goza de mejor reputación que los ensamblados en la Isla.

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