Cuba solo tiene harina para el pan del racionamiento
La ministra de la Industria Alimentaria, Iris Quiñones Rojas, reconoce que se viven los momentos más tensos del año
La Habana/La rotura de los molinos y la falta de liquidez que atraviesa Cuba se han conjugado para que la situación del desabastecimiento de harina se agudice, según confirmó este lunes la ministra de la Industria Alimentaria, Iris Quiñones Rojas. La poca cantidad del producto que queda en la Isla se destina "prácticamente solo a asegurar el pan de la canasta familiar normada".
La titular del ramo participó en el programa Mesa Redonda en un contexto de crecientes quejas de los consumidores y negocios privados por la falta del producto en la red de tiendas de toda la Isla. Desde hace semanas el déficit de harina se ha profundizado y muchos productos que incluyen este ingrediente se han dejado de vender.
Desde principios de año "el país tuvo que disponer de recursos financieros que no estaban previstos en el plan para importar 30.000 toneladas de harina", debido a un incumplimiento de 70.000 toneladas del plan nacional
Quiñones achacó la ausencia de esta materia prima al mal estado de los molinos que se dedican al procesamiento del trigo en la Isla y explicó que desde principios de año "el país tuvo que disponer de recursos financieros que no estaban previstos en el plan para importar 30.000 toneladas de harina", debido a un incumplimiento de 70.000 toneladas del plan nacional.
Hasta el momento, solo han arribado a la Isla las piezas para reparar el molino de Santiago de Cuba, cuyas labores de mantenimiento se están realizando sin parar la industria para evitar mayores perjuicios. Sin embargo, el molino santiaguero no tiene capacidad para abastecer a toda la zona oriental del país y necesita el apoyo del ubicado en Cienfuegos, muy deteriorado y que aún no ha recibido sus repuestos.
Quiñones reconoció que en los últimos días se han estado viviendo "los momentos más tensos de todo el año en cuanto a suministro" de este ingrediente, una situación que ha obligado a la empresa a paralizar un grupo de otras producciones, especialmente en la Cadena Cubana del Pan, que suministra a los locales estatales de dulces y panes de venta libre en todo el país.
Desde inicios de noviembre no se vende harina en las tiendas del país y ha sido difícil comprar, tanto en el sector estatal como en el privado, productos como el pan, las galletas o los dulces. La carestía ha disparado los precios de la harina en el mercado informal, donde pasó de 5 a 25 CUP la libra en el último mes. Aún así, es muy difícil de encontrar.
La carestía ha disparado los precios de la harina en el mercado informal, donde pasó de 5 a 25 CUP la libra en el último mes. Aún así, es muy difícil de encontrar
Este fin de semana varios establecimientos de venta de pan en negocios particulares mostraban un cartel de "no hay pan" en sus mostradores.
La dueña de una panadería privada de la calle Tulipán, en Nuevo Vedado, explicaba a sus clientes este domingo que sería el último día del año que abriría al público hasta esperar a ver si en enero mejora la cosa.
La cuentapropista explica que no recibe casi nada desde hace semanas y que ninguno de sus proveedores "se quiere arriesgar" a hacer pan, dulces o galletas aunque tengan una reserva de harina porque los inspectores "los están persiguiendo" para saber de dónde la sacaron.
"Me dijeron que el saco de harina está a mil pesos ahora mismo en la calle", cuenta. Pero además del riesgo que supone adquirir el producto de manera ilegal, sostiene que "no da negocio". "Cierro y ya, porque vendiendo merenguitos y bombones esto lo que da es pérdida", asegura la mujer mientras cierra con candado la reja del establecimiento antes de marcharse.
El pregón de un vendedor de pan en la barriada de San Leopoldo en La Habana se escuchaba cada tarde, hasta que hace unos días muchos negocios privados que trabajan con harina han echado el cierre por la escasez de la materia prima. Los que han logrado seguir vendiendo mantienen una oferta reducida y el temor de que sus reservas se acaben antes de fin de año, según testimonios recogidos por 14ymedio.
En La Timba, una zona de bajos recursos muy cercana a la Plaza de la Revolución, la pizzería Loren lleva tres semanas cerrada por falta de harina. Los propietarios han aprovechado para hacer unas reparaciones en el local y pintar la fachada pero la preocupación sobre el futuro del negocio les está agriando el cierre de 2018.
Varias paladares con una carta basada en platos italianos, especialmente pizzas, canelones y lasañas, también han reducido su oferta. Las más grandes y concurridas siguen abiertas, pero sus propietarios no pueden asegurar cuánto tiempo más podrán mantenerse.
En el local Ring Pizza del Vedado habanero han optado por no ofrecer canelones porque prefieren destinar la harina que les queda a la elaboración de pizzas, que es lo que "tiene más salida", según explicó un empleado a este diario.
La ministra Quiñones auguró que la situación comenzará a mejorar antes de fin de año. "Estamos trabajando intensamente, todo el personal de la empresa molinera y del grupo empresarial, para lograr que se llegue a la normalidad", puntualizó este lunes.
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