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El día que Chanel llegó a La Habana

El desfile de Chanel, visto desde la periferia del Paseo del Prado. (14ymedio)
Zunilda Mata

03 de mayo 2016 - 20:35

La Habana/Karl Lagerfeld será el "kaiser" de la moda pero todavía no logra controlar el clima. Con más de 30 grados al sol amaneció este martes la capital cubana, donde el director creativo de Chanel presentará la colección Crucero de la casa francesa. Sudando la gota gorda, se veían los operarios que dan los últimos toques a la pasarela en el Paseo del Prado.

"Con este calor no hay quien se vista bonito", comenta una señora que vende maní en la cercanía de la céntrica avenida. La mujer cree que la moda es asunto "de gente con dinero, porque en este país uno tiene que ponerse lo que encuentra". Ataviada con una falda de algodón y una blusa de flores, dice haber comprado la indumentaria que lleva puesta en una "trapi-shopping" la manera popular en que se conocen las tiendas de ropa de segunda mano.

"No necesito mucho para tirarme encima", confiesa Ramón, de 52 años y quien labora en un central azucarero en la provincia de Matanzas pero está de paso por la capital cubana. Cuenta que lleva años usando solo "botas cañeras" y "pantalones militares" para su trabajo, pero los fines de semana le gusta vestir con "pulovers de rayas o camisas a cuadro". Su sueño es tener "un par de zapatos bien cómodos" que le sirvan "para salir".

"Vengo a refrescar un poco la vista porque uno se pasa el día viendo cosas feas y rotas, así que esto es una fiesta para los ojos"

El hombre no está interesado en mirar la exhibición de exclusivos modelos que tendrá lugar hoy en ese mismo Prado que ha sido escenario inspirador de canciones populares, galería improvisada de arte, punto de encuentro para permutas de viviendas y ruta escogida por activistas LGBT para su anual paseo por el dia del orgullo gay.

Otros aguardan desde temprano para no perderse ni un detalle. "Vengo a refrescar un poco la vista porque uno se pasa el día viendo cosas feas y rotas, así que esto es una fiesta para los ojos", explica una joven que ha llegado desde temprano al lugar en shorts, chancletas y una pamela amarilla con varios girasoles de plástico cosidos en el ala.

Llego a Ti se autodefine como el primer sitio cubano de venta de ropa por catálogo. Ofertan desde zapatos, pasando por pantalones y blusa, hasta carteras de mujer, que pueden solicitarse con una llamada telefónica o un mensaje de solo texto. Uno de sus empleados comenta a 14ymedio que los modelos con "más salida" son los de "tela elastizada" y ahora mismo aquellos con "banderas americanas". Estos últimos hasta hace poco satanizados por la propaganda oficial.

El peculiar mercado informal ha logrado colar su catálogo en el paquete semanal de audiovisuales y trae novedades como la posible devolución o cambio de la mercancía, en caso de necesitar otra talla o preferir otros colores. "Somos un equipo serio y garantizamos calidad", comenta el vendedor quien cree que el país vive "un excelente momento para vestirse bien, porque ahora la gente está más interesada en esos detalles".

Para Wendy Guerra la moda actúa como un "escudo" y los variados sombreros que usa "son la protección mágica" para resguardar sus ideas

Algo de los viejos resabios oficiales a ciertas prendas queda en la mente de algunos. "No me pongo un pitusa ni muerto", aclara un anciano que vende periódicos en las inmediaciones de la Universidad de La Habana. Todavía en su mente los jeans están asociados con "el diversionismo ideológico" del que se acusaba a quienes se vestían con ropa importada de Estados Unidos en los años 70 y 80.

Para la reconocida escritora Wendy Guerra la moda actúa como un "escudo" y los variados sombreros que usa y con los que se fotografía en las redes sociales "son la protección mágica" para resguardar sus ideas. A su juicio, "el cuerpo es una jaula" y vestir bien es una de las formas de liberarse "con estilo", asegura a este diario. La novelista, sin embargo, no podrá disfrutar en vivo de la pasarela porque presenta su nuevo libro, Domingo de Revolución, en Barcelona.

Otros beneficiados por el desfile son los emprendedores en las cercanías del Prado. En la paladar Doña Blanquita no es posible reservar turnos para la tarde o la noche. Varios propietarios de casas privadas parecen haberse puesto de acuerdo en fijar precios especiales desde el fin de semana y otros avispados ofrecían discretamente el alquiler de sus balcones para mirar el paseo de los modelos acompañados de un refrigerio y bebidas.

Los corresponsales extranjeros acreditados en la Isla y otros de paso por La Habana han encontrado a través de "productores locales" espacios privilegiados para hacer tomas con sus cámaras

Los corresponsales extranjeros acreditados en la Isla y otros de paso por La Habana han encontrado a través de "productores locales" espacios privilegiados para hacer tomas con sus cámaras. Como mudos testigos, los leones de bronce, fundidos con los cañones españoles de los tiempos de la guerra de independencia, le darán al desfile un toque adicional.

A pocos metros del lugar, una boutique cercana a la confluencia de Prado y Neptuno exhibe en sus vidrieras modelos de Dolce&Gabbana y Benetton. Algunos que pasan se ríen de los precios. Un vestido de noche por 75 pesos convertibles recibe a los clientes nada más traspasar la puerta. No será tan exclusivo como los que esta noche se mostrarán en el Prado habanero, pero resulta igual de inalcanzable para un salario promedio en la Isla.

Desde horas tempranas una orquesta ensaya en el lugar y varias modelos practican el hipnótico paso que desplegaran en la noche, cuando ya se vistan para la ocasión. Los curiosos les aplauden o lanzan algunas frases de "flaca, come" a las más delgadas.

Un fuerte despliegue de seguridad, con autos policiales, se apostó las esquinas de acceso a la improvisada pasarela y desde varios días atrás el área central está cerrada al paso con vallas. La excusa dada por un agente para impedir hacer fotos es que "esto es privado". Un miembro de los CDR le prohibió hacerlas desde el balcón de un edificio adonde subió 14ymedio, justificándose: "A mí me dijeron que no podía dejar a nadie hacer fotos".

Los viandantes, de cualquier manera, se aglomeraron alrededor del Prado, a pesar de la llovizna que comenzó a media tarde. El griterío se escuchaba a la distancia cuando empezaron a llegar famosos, el actor Vin Diesel, X Alfonso, Raúl Paz, Leo Brouwers y Alexander, de Gende de Zona, entre otros. Diesel, protagonista de Rápido y furioso, salió del "cerco de seguridad" y se dirigió a una muchedumbre de seguidores de sus películas que lo llamaba desde una esquina. "¿Qué bolá?", les gritó el actor.

El cóctel de bienvenida fue repartido en un "folclórico" carrito de granizado a los invitados, que llegaron en descapotables. Según pudo saber este diario, los coches fueron alquilados por Chanel a 150 pesos convertibles cada uno. El compromiso es llevar a los invitados hasta la pasarela y después a la cena en la plaza de la Catedral, y solo al final recibirán su pago correspondientes los choferes.

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