Los expertos cubanos aplazan ahora a noviembre una mejora en los datos de covid
Raúl Guinovart Díaz reconoce que el descenso logrado en días precedentes ha dado un vuelco y augura un pronóstico desfavorable
Madrid/Las matemáticas pusieron este martes coto al optimismo. Después de semanas con las autoridades augurando una irremisible mejora, fruto del avance de la vacunación, Raúl Guinovart Díaz, responsable del pronóstico estadístico en el grupo de trabajo cubano contra el covid-19, fue claro.
"Ha habido una tendencia al crecimiento en el número de casos activos; se había logrado un buen descenso en las semanas anteriores, pero esta semana el incremento ha sido muy notorio", dijo el decano de la Facultad de Matemática y Computación de la Universidad de La Habana. A su juicio, todas las provincias tienen pronósticos desfavorables y las cifras de incidencia de transmisión de la enfermedad son elevadas.
Sus anteriores proyecciones indicaban que entre finales de julio y principios de agosto podría lograrse un cierto control y se llegaría a "una situación mucho más favorable para los últimos días de agosto y principios de septiembre
Con los datos que maneja, "podría ser que a principios de noviembre se vea un descenso", aventuró Guinovart en una nueva prórroga a la última fecha que anunció. Hace ahora dos meses, sus proyecciones indicaban que entre finales de julio y principios de agosto podría lograrse un cierto control y se llegaría a "una situación mucho más favorable para los últimos días de agosto y principios de septiembre", pero la realidad se ha impuesto.
Guinovart Díaz avisaba entonces que la condición para que se cumplieran sus pronósticos, era que las vacunas funcionaran y que los ciudadanos asumieran y cumplieran las medidas restrictivas, y ayer insistió en la idea.
"Lo que está pasando ahora es que nos estamos moviendo casi de modo horizontal", dijo antes de repetir que el comportamiento y la campaña de inmunización serán las que harán (o no) realidad sus estadísticas.
Pero la vacunación avanza y las cifras de contagios se mantienen, algo que es extrapolable al resto del mundo, donde la variable Delta está dando al traste con la esperada y ansiada inmunidad, pero que a Cuba le coge con la guardia baja. Mientras en muchos de los países en que la vacunación comenzó antes y está muy extendida las peores olas ya se habían producido y se estaba logrando estabilizar unos sistemas sanitarios que quedaron rotos en muchos momentos, la Isla ha tenido un rumbo inverso.
Durante todo 2020, las cifras de contagios fueron bajas y las muertes se mantenían mínimas, pero la reapertura parcial al turismo en noviembre de 2021 comenzó a representar una escalada que explotó la primavera pasada y ha llevado a hacer coincidir el proceso de vacunación con un pico máximo de fallecimientos y enfermos que han colapsado un sistema de salud con mínimos recursos para sobreponerse a una situación de saturación.
Con incidencias acumuladas (IA) tan elevadas como las que notifican todas las provincias actualmente, el control de la enfermedad está perdido, como advertía la Organización Mundial de la Salud (OMS), que considera riesgo extremo 500 casos por cada 100.000 en dos semanas. La IA en Cienfuegos supera los 3.700, en Pinar del Río los 2.700 y en Ciego de Ávila los 1.4000.
Aunque las provincias donde el proceso de vacunación es más avanzado muestran, en efecto, datos más favorables –La Habana más de 600, Matanzas 917, Santiago más de 700– las cifras son de vértigo, los sanitarios están agotados, las medicinas y el oxígeno no alcanzan y la situación económica va de muy mal a mucho peor.
Esto último es lo que ha motivado, aparentemente, una reapertura de fronteras para el 15 de noviembre, que coincide con el pronóstico de mejora ofrecido por Guinovart
Esto último es lo que ha motivado, aparentemente, una reapertura de fronteras para el 15 de noviembre, que coincide con el pronóstico de mejora ofrecido por Guinovart. Pero esa proyección puede volver a caer en saco roto si los casos se incrementan con la mayor circulación de personas.
En ese contexto se mueven los cubanos, a cuya responsabilidad se apela, pero quienes deben hacer largas colas a diario para conseguir algo que llevarse a la boca, cubiertos con unas mascarillas de tela que no garantizan la mejor protección en medio de unas aglomeraciones. Estas aumentan cuanto más se alejan de las grandes ciudades, mejor abastecidas pese a todo.
En San José de las Lajas, en Mayabeque, fuentes de 14ymedio aseguran que las colas pueden alcanzar las tres cuadras para comprar en la única tienda en pesos cubanos que queda en la localidad. Muchas personas están pasando la enfermedad, o al menos así lo creen, porque los test de antígenos apenas llegan hasta allí.
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