El orgullo LGTBI se moviliza en Cuba con pegatinas en lugares públicos
La lucha por el matrimonio igualitario se enfrenta a "la homofobia cultural que opera de mil maneras"
La Habana/Los activistas LGBTI+ y las Iglesias han emprendido, cada grupo en su trinchera respectiva, una larga batalla en previsión del nuevo Código de Familias en Cuba. A las campañas de firmas organizadas por los sectores religiosos contra el matrimonio igualitario, responden las acciones en espacios públicos por el Día del Orgullo, este 28 de junio, de una comunidad que defiende sus derechos a golpe de pegatinas y de carteles en todo el país.
"Macondo (Cuba) necesita ser coloreada, no estamos imponiendo absolutamente nada, queremos lo que otros ya tienen. Aquí todos sufrimos persecución en algún momento de la historia hasta que finalmente salimos del hueco de donde estábamos", cuenta desde Sancti Spíritus Dennis Valdés Pilar.
El activista lamenta la posición de las Iglesias que, a su juicio, utilizan a menores de edad para compartir información desacertada sobre la verdadera finalidad del nuevo Código de Familias. "Nadie necesita derechos divinos, queremos derechos legales", argumenta.
Desde hace años la comunidad LGTBI+ exige al Gobierno cubano la aprobación del matrimonio igualitario, cuya inclusión en la Constitución de 2019 se vio frustrada por el debate generado. Este derecho puede quedar incluido en el Código de Familias que se está elaborando actualmente y se someterá a consulta popular. En este contexto, el colectivo ha lanzado una campaña para visibilizar sus demandas, "sensibilizar, avivar la empatía y la solidaridad sin importar la orientación sexual".
En este contexto, el colectivo ha lanzado una campaña para visibilizar sus demandas, "sensibilizar, avivar la empatía y la solidaridad sin importar la orientación sexual"
La idea surge en las redes sociales de la Plataforma11M [nacida para conmemorar la marcha LGTBI+ duramente reprimida por las autoridades cubanas el 11 de mayo de 2019] y a tono con la propuesta de la activista Dachelys Valdés de repartir en el portal de su casa unas pegatinas con forma de corazones arcoiris que los transeúntes podían llevarse.
El diseñador Roberto Ramos Mori es uno de los más activos organizadores imprimiendo volantes, carteles y pegatinas para difundir la iniciativa y promover la recaudación para seguir generando material.
"Tenía stickers [pegatinas] de esos, que había adquirido en Alien Cuba (la primera tienda online de productos LGBTI+ en Cuba)", recuerda el activista, que retomó la idea de Valdés y propuso llevar la acción a otros lugares. "Se sumaron las chicas de Alien y aportaron más cosas, para los que fueran llegando", dijo.
A medida que fue creciendo el interés desde distintas provincias, Ramos quiso financiar la impresión de más productos, aunque también se inició una colecta pública.
"Arrancamos el 26 de mayo, alcanzando en ese primer día un presupuesto que nos permitió ir por más y pensar en un alcance nacional de la acción", detalla. La locura fue tal que la Plataforma11M tuvo que crear un grupo de coordinación específico para la campaña y una red provincial que contribuye a mover contenido en redes sociales propio de cada territorio.
"El objetivo era ya generar más cursiva sobre las demandas LGBT de cara a la presentación del nuevo Código de Familias, pero añadiendo otras, como la de una ley de identidad de género (promovida por las personas trans) y visibilizando otros temas para hacer la batalla más transversal, como como la lucha feminista y antirracista", añade.
Sus acciones no han encontrado demasiada resistencia ante las autoridades, salvo "un par de encontronazos" que "fueron resueltos de manera 'misteriosa'". Uno de ellos, fruto del "chivatazo" de unos vecinos "preocupados por sabe Dios qué".
El activista recuerda que el caso más extraño que han vivido tuvo lugar en Bahía, Habana del Este, donde, a pesar de que la policía estuvo a punto de instarlos a abandonar la calle, pudieron quedarse gracias a la intervención de la coordinadora, que pudo convencer a los agentes de la importancia de concienciar sobre los derechos LGBTI+.
Roberto Ramos reivindica la importancia de celebrar el día internacional del orgullo, que en Cuba no se conmemora de manera oficial este 28 de junio, una fecha que el Gobierno considera impuesta desde fuera.
"Recordar que todo empezó el día que una mujer negra trans junto a otro par de amigas dijo: '¡Hasta hoy!' y entraron en forcejeo con la policía. La historia del movimiento LGBT cubano ha pasado por ahí también, por el forcejeo con el poder (el real y el que opera de formas más sutiles) y también hemos aprendido a dejar a un lado la quejadera y ser más proactivos, y llevar la batalla en varios frentes", analiza.
El artista señala que en Cuba, a la "homofobia cultural, que opera de mil maneras desde que eres niño", se une la institucional."Las autoridades no son muy receptivas a nada que huela a activismo, pero acá estamos, hemos librado también esas batallas, y hemos ganado terreno y madurez. Eso es importante celebrarlo, y el 28 es el día para ello", sostiene.
En cuanto al enfrentamiento con las campañas de las Iglesias contra los derechos del colectivo, Ramos es menos optimista pero cree que están logrando contrarrestarlas. "Quizás las más agresivas han sido las más replicadas, pero ya uno lo esperaba. Vienen de las mismas denominaciones fundamentalistas que provocaron con su amenaza al Estado que hoy estemos de nuevo en este 'debate'". Sin embargo, también añade que hay muchas Iglesias y muchos cristianos y las reacciones a las demandas LGBT son diversas.
"Creo que hemos sido muy proactivos, hemos arrancado antes de una manera muy diáfana colocando nuestros temas de cara a la ciudadanía en lugares públicos, fuera de las jornadas cubanas contra la homofobia promovidas por el Cenesex, y eso ha estado muy bien", señala.
"Nosotros aclaramos todo tipo de dudas. Todos querían stickers para sus celulares, puertas, amigos, familias, bicis, autos... fue extraordinario"
"Nosotros aclaramos todo tipo de dudas. Todos querían stickers para sus celulares, puertas, amigos, familias, bicis, autos... fue extraordinario", añade Denis Pilar, que también considera que la manera en que el colectivo LGBT está trabajando ha movilizado incluso a una ciudad conservadora como Sancti Spíritus.
"Para celebrar el orgullo LGBTIQ, vamos a continuar poniendo el dedo en la llaga", dice Raúl Soublett, director de la Alianza Afro-Cubana, que ha sumado a la movilización a su grupo. Hace unos días, esta comunidad salió a las calles de Cerro, en La Habana, a repartir pegatinas y volantes. "Nos encontramos con personas que se alegraban con lo que hacíamos y se sentían identificadas", pero también con quienes se asustaban. Una mujer, relata, les dijo que no quería una de sus banderas por la diversidad porque eran "cosas contra el Gobierno".
"Nosotros le explicamos, pero no quiso entender. Esto nos da la medida que hay mucho desconocimiento en la sociedad. Vemos en redes que todo fluye pero en el plano físico, en los barrios, hay mucha gente que desconoce, que no entiende, incluso personas LGBT".
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