Un médico cubano denuncia las violaciones del protocolo covid en su hospital

La Habana/Aramis Martínez Hernández, médico en el Hospital Docente Julio M. Aristegui Villamil de Cárdenas, Matanzas, ha denunciado que él y dos de sus compañeros se encuentran aislados tras ser contagiados de covid-19 por culpa de la mala gestión de la pandemia en su centro.

El doctor asegura que el día que llegó, recibió un traje y una mascarilla para toda la semana como únicos medios de protección para trabajar con casos sospechosos y positivos en coronavirus. Además, según su relato, convivió durante una semana completa en una sala sin filtros en su interior ni de acceso al cuarto de descanso de los sanitarios y sin distanciamiento. Por último, denuncia haber permanecido en una sala cerrada con problemas en la climatización sin que nadie hiciera nada por evitarlo a pesar de las quejas. "Lo vamos a resolver", es toda la respuesta que obtuvieron.

Martínez lamenta no haberse plantado ante semejantes violaciones del protocolo y admite que fue una irresponsabilidad por su parte haber consentido trabajar en unas circunstancias como esas, lo que no exime a los responsables del centro de cumplir con los protocolos por los que supuestamente se rigen.

Por último, denuncia haber permanecido en una sala cerrada con problemas en la climatización sin que nadie hiciera nada por evitarlo a pesar de las quejas. "Lo vamos a resolver", es toda la respuesta que obtuvieron

El doctor había regresado de una misión de 16 meses en Arabia Saudita, de los que ocho los pasó atendiendo enfermos de coronavirus sin resultar contagiado. "Se llevaban las medidas de protección de higiene y de seguridad al detalle, existían protocolos de control de infecciones, se preparaba a todo el personal, se le daba y se le exigía la utilización de los medios de protección. Esto no existe en nuestro hospital. Esa fue la primera irresponsabilidad: permitirlo", expone.

Los hechos ocurridos, relata, son propios del hospital de Cárdenas, que, a través de los años ha mostrado su mal funcionamiento, irrespeto, falta de sensibilidad humana e indolencias.

En su opinión, los directivos, el Gobierno, el Partido y el sindicato no escuchan las reclamaciones y pide que intervengan la Organización Mundial de la Salud (OMS) y su filial panamericana o Naciones Unidas.

"En nuestro país solo tenemos cuadros sordos a la verdad y defensores de la mentira. Soy otro médico que trata de decir la verdad aunque no sea escuchada. Si el covid nos lo permite seguiré esperando respuesta de la queja que hice antes de salir de la sala el lunes en la mañana en la dirección provincial de salud".

Matanzas, con 281 casos por cada 100.000 habitantes, es una de las provincias con mayor incidencia acumulada a 14 días en la Isla, solo por detrás de la capital. Este domingo se detectaron 76 casos, lo que la colocan también como segunda provincia en contagios. Según los datos facilitados este lunes, la Isla sumó 938 positivos y seis fallecidos.

Denuncias como las de Martínez cada vez se hacen más frecuentes en las redes sociales. Los sanitarios que han publicado sus quejas lamentan no solo la falta de insumos de protección, sino la mala calidad de los alimentos que reciben y la prolongación de los días de guardia cuando no llegan los relevos, algo que los aleja por semanas de sus familias.

Recientemente, un enfermero del hospital Hijas de Galicia, en La Habana, que prefirió el anonimato por temor a represalias, confirmó a este diario la falta de protección: "A pesar de que los enfermeros somos los que más contacto tenemos con los pacientes infectados, a nosotros nos dan los equipos de peor calidad".

"Las mejores máscaras se las reparten los directivos, el personal administrativo y los doctores", indica. Además, lamentó "la mala calidad de la comida y las meriendas" que recibe el personal sanitario, que pasa días "acuartelado" en el lugar.

En la capital cubana, las malas condiciones de los hospitales y el temor al contagio ha provocado que más de un 30% de trabajadores sanitarios se haya acogido a una licencia que los mantiene apartados de sus puestos, lo que supone un descenso preocupante del número de personal para atender el covid.

Durante la pandemia, numerosos sanitarios han resultado contagiados, especialmente en el inicio, cuando escaseaba el material protector y se tuvo que recurrir a soluciones de emergencia.

Sin embargo, situaciones como la de Cárdenas revelan que la experiencia de otros países ha servido de poco a las autoridades que, ahora, en lo peor de la enfermedad para la Isla, ven a los sanitarios desprotegidos

En septiembre, la OMS situó en más de 29 millones los sanitarios contagiados con covid-19 desde el inicio de la pandemia, aproximadamente el 14% de los casos totales. En aquel momento, la organización internacional instó a los gobiernos a extremar las precauciones y proteger a ese colectivo sobre el que se cierne otra amenaza constante: los problemas de salud mental motivados por las horas de sobrecarga laboral, el temor al contagio y las condiciones casi de guerra que han afrontado durante meses.

Cuba, que consiguió capear los primeros meses de pandemia, tuvo tiempo para elaborar una estrategia de defensa si se complicaba la pandemia, tanto de materiales como de organización. Sin embargo, situaciones como la de Cárdenas revelan que la experiencia de otros países ha servido de poco a las autoridades que, ahora, en lo peor de la enfermedad para la Isla, ven a los sanitarios desprotegidos y sin más remedio que vulnerar los protocolos ante las dificultades.

La vacunación de los sanitarios ha sido preferente en la mayoría de países por ser el colectivo más expuesto al virus junto con los mayores y residentes en asilos, pero en Cuba apenas acaban de empezar las pruebas de sus candidatos vacunales en personal médico (precisamente este lunes comenzó la fase 3 de ensayos de Soberana 02 en Irán), por lo que, a día de hoy, sus posibilidades de sufrir la enfermedad de manera grave continúa siendo elevada.

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