Peligro corriente

Este amasijo de groseras conexiones es probable que haya sido concebido como una solución provisional que se ha hecho definitiva. (14ymedio)
Este amasijo de groseras conexiones es probable que haya sido concebido como una solución provisional que se ha hecho definitiva. (14ymedio)
Marcelo Hernández

08 de febrero 2017 - 12:02

La Habana/En Centro Habana la gente vive más apretada, el habla popular se desarrolla a la velocidad del vértigo y los vendedores ilegales tienen su reino entre pasillos y ciudadelas. Pero también parte de este municipio es una de las pocas zonas de la ciudad con un sistema soterrado de electricidad, una instalación que tiene como gran ventaja la de no sufrir averías por la caída de postes ni verse afectada por los fuertes vientos.

En el emergente mercado inmobiliario cubano se valora en grado sumo que el inmueble esté ubicado en una zona donde los cables van por debajo de la calle. Los vendedores se jactan de este detalle y lo destacan con el mismo orgullo que otros aclaran las buenas condiciones de la casa porque fue "construida en el capitalismo", o lo que es lo mismo, antes de 1959.

En la céntrica esquina de Galiano y Dragones hubo una vez un discreto registro, apenas perceptible, que se ha convertido ahora en amenaza pública. Este amasijo de groseras conexiones es probable que haya sido concebido como una solución provisional que se ha hecho definitiva. Los transeúntes lo esquivan, los vecinos de los altos evitan lanzar agua desde el balcón y los padres se apuran en advertir a sus hijo de que eso "no se toca".

Quizás alguien debiera colocar un cartel que señale: "Peligro Corriente". No solo para advertir del riesgo de un contacto accidental, sino también para señalar lo habitual y común que se han vuelto este tipo de escenas en la capital. Un detalle que ningún propietario revelará en las edulcoradas descripciones que publique para vender su casa.

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