Poses, posturas y actitudes
A los empleados de empresas y oficinas estatales se les reconoce con facilidad. Todo su cuerpo envía claras señales de tedio
La Habana/A los empleados de empresas y oficinas estatales se les reconoce con facilidad. Basta mirarlos brevemente para detectar en ellos poses y gestos que solo pueden hallarse ahí donde el tiempo no vale mucho y los salarios tampoco. Todo su cuerpo envía claras señales de tedio, desidia y ganas de que termine el horario laboral para salir corriendo por la puerta.
Detrás del buró es común ver a una trabajadora que se pinta las uñas, un administrador que juega al solitario en la computadora, alguien de rostro aburrido y codos callosos de tanto apoyarlos sobre la mesa y, también, la plácida postura del durmiente. En fin de cuentas, piensan ellos, no por esforzarse más sus sueldos van a mejorar.
Donde más chocantes resultan estas actitudes es ahí donde quienes vienen en busca de un servicio o una información tienen urgencia. Dígase un cuerpo de guardia de un hospital, una funeraria o una terminal de transporte, como en el caso de esta foto tomada en un punto de salida de ómnibus de la ciudad de Camagüey.
Es en ese momento en que el desespero del que llega colisiona con la parsimonia del empleado y, entonces, cualquier cosa puede ocurrir. Desde una pelea a gritos, hasta que el somnoliento trabajador responda con un monosílabo y vuelva a dormirse ante la mirada angustiada del cliente.
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